Norberto Mario Oyarbide fue juez federal durante 21 años. Fue nombrado en 1994 por el entonces presidente Carlos Menem y renunció en 2016 durante el mandato de Mauricio Macri. Cuando se jubiló y abandonó su despacho del tercer piso del edificio de Comodoro Py llevaba más de cuatro décadas en el Poder Judicial.
El 22 de junio de 2021 había celebrado su cumpleaños número 70. Cuentan que luego del festejo se contagió de coronavirus y fue internado por padecer neumonía. Murió el 1 de septiembre pasado las 19.30 en el Instituto del Diagnóstico. El certificado de defunción fue emitido el 2 de septiembre y está agregado al expediente que se abrió por la sucesión y que, por lo menos hasta hoy, es de consulta pública.
El ex juez era soltero y no tuvo hijos. Su padre Gregorio Oyarbide murió en 1982 y su madre Isadora del Carmen Portillo falleció en 2007. Oyarbide no tiene herederos forzosos. Es por ello que hasta el viernes 24 de diciembre catorce primos se habían presentado ante el juzgado en la Civil y Comercial 22 -a cargo de Ignacio Martín Rebaudi Basavilbaso- para reclamar su parte de la herencia.
En un proceso sucesorio primero se tiene que determinar quiénes son los herederos, luego qué bienes tenía la persona fallecida y finalmente repartir lo que poseía. El expediente está en la primera etapa.
No está claro cuál era el patrimonio de Oyarbide. El único bien declarado era el departamento de la calle Rodríguez Peña 1978, sexto piso B en el que vivió hasta su muerte. Allí había cuadros y muebles que también integran el acervo hereditario. En el expediente sucesorio una de las primas pidió que el Banco Central de la República Argentina informe cuáles eran las cuentas que tenía el ex juez. Y también se solicitaron informes a otros organismos para saber si, por ejemplo, hay acciones, cajas de seguridad o barcos a su nombre. O si integraba sociedades en algún lugar del país.
El 18 de octubre pasado se inició la sucesión del ex juez federal. La primera prima en presentarse fue Laura Isabel Roberti quien además de explicar cuál era su grado de parentesco expuso en el expediente una situación respecto del departamento de Oyarbide.
Ella fue tan solo la que inició el trámite, luego se presentaron más primos y primas de Oyarbide. Son catorce los primos que reclaman la herencia de Oyarbide. Algunos llevan su apellido otros el de su madre y otros tienen un apellido distinto.
Para heredar los bienes del ex juez se presentaron hasta ahora, además de Roberti, Adriana Mabel Oyarbide, Ana Lydia Oyarbide, Luis Miguel Pereira, Emilio Pereira, Delio Portillo , Luis Portillo y Neris Dorila Delaloye. Según pudo confirmar Infobae a través de fuentes vinculadas a los aspirantes a herederos otros seis primos se presentaron en los últimos días en el expediente pero el escrito aún no tiene estado público, por eso en esta nota no se consignan sus nombres y apellidos.
Cuando el juez murió el cuerpo fue reconocido por Germán Ezequiel Muchico, quien acompañaba a Oyarbide por entonces. Roberti denunció que luego de de realizar el trámite de reconocimiento del cadáver se quedó con las llaves del departamento donde vivía el juez. La primera de las primas que se presentó como heredera pidió quedarse ella con las llaves.
En el expediente hay un intercambio de cartas documento entre Roberti y Muchico. El hombre que admite haber recibido las llaves de mano de Oyarbide delante de testigos, asegura que, cuando un juez se lo ordene, dejará el departamento. Roberti puso en duda esa afirmación ya que señala que cuando fue internado Oyarbide se mantuvo lúcido solo cuatro días y luego estuvo en coma y conectado a un respirador hasta que murió. La prima Roberti pide que desde el Instituto del Diagnóstico se informe qué pertenencias tenía el juez al momento de ser internado y a quién se las dieron. Muchico se negó a darle las llaves a Roberti y adujo que un tío y otro primo de Oyarbide ya le habían solicitado lo mismo. La mandó a Roberti a litigar en los tribunales. Cosa que así hizo.
Otra de las primas del ex juez, una de las de apellido Oyarbide, solicitó a su vez que se anule el pedido que hizo Roberti para ser depositaria de las llaves del departamento en disputa. Y solicitó que sea el juzgado el que las tenga en su poder.
A partir de lo volcado en el expediente se sabe que Oyarbide no firmó un testamento registrado. Así lo informaron oficialmente el Colegio Público de Escribanos y el Colegio Público de Abogados. Aún no se sabe si dejó algo escrito de puño y letra que indique el nombre de sus herederos. Si apareciera un testamento el proceso sucesorio cambiaría el rumbo.
En algunos escritos presentados por los primos y las primas se confunden la fecha de la muerte con el día en que se firmó el certificado de defunción. En otros no aciertan el nombre del ex juez: en una de las presentaciones lo llaman Mario Norberto y Mario Alberto Oyarbide. Probablemente quien firmó la presentación no tenía una relación muy cercana con el ex juez y por eso no acertó su nombre. Hecho que, por supuesto, no le impidió postularse para quedarse con la herencia.
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