Los investigadores no tienen dudas respecto al ataque que sufrió un supermercado chino de Morón el lunes por la noche: se trató de un nuevo atentado de la mafia. En las imágenes de las cámaras de seguridad se ve el momento en que dos hombres llegan en moto a la puerta, uno de ellos se baja y realiza cuatro disparos al interior del comercio. Fue cerca de las 21. A pesar de que estaba a punto de cerrar, todavía había un cliente pagando en la caja que salvó su vida por centímetros. Dos de los balazos impactaron en Rui Shemg, el dueño de 51 años, aunque está fuera de peligro.
El eje de la investigación gira en torno a un cartel azul y amarillo encontrado en la puerta del local que indicaría algún tipo de protección que recibiría el comercio por parte de alguna facción de la mafia.
Shemg, llegado hace pocos meses a Argentina, recibió un disparo en el tobillo derecho y otro en el glúteo izquierdo. Cuando viajaba en la ambulancia, efectivos de la Comisaría 1era de Morón intentaron indagar posibles hipótesis. Se encontraron con que el dueño del local no hablaba ni una sola palabra en español. Recién unas horas después, los investigadores pudieron entrevistar al hijo, que es quien lleva adelante el comercio en el día a día. Su testimonio fue importante para la investigación.
En el expediente que maneja la experimentada fiscal Adriana Suárez Corripio figura ese testimonio. El joven contó que tiene ese comercio desde el año 2017 y que nunca tuvieron la necesidad de hacer ningún tipo de denuncia. Pero sí habría confirmado que pagaban por protección o, en realidad, para no ser atacados. En este punto es donde entra en juego el cartel azul y amarillo.
“La mayoría de los supermercados chinos cuentan en su fachada con un cartel en el que acreditan que pagan por no ser atacados y a quién lo hacen. Así se manejan esta mafia y muchas otras. Las identificaciones suelen estar bien visibles o, incluso, pueden ser parte de la marquesina del lugar. Un cartel con un dragón dibujado muchas veces es un ejemplo de eso. En este caso nos topamos con un cartel amarillo y azul que no es muy usual de ver. Sólo sabíamos de su existencia en la Ciudad”, explica un investigador judicial dedicado casi exclusivamente a los ataques de la mafia china.
¿A qué parte de la mafia pertenece ese tipo de insignia? ¿Por qué fueron atacados si, evidentemente, pagaban por algún tipo de inmunidad? ¿Qué clase de mensaje quisieron entregarle a los dueños del supermercado?. Son respuestas que por estas horas la justicia intenta develar.
Otro dato importante, revelado en las cámaras de seguridad que tomaron la agresión, es que los atacantes no son orientales. “Hace ya algún tiempo que los encargos los vienen realizando argentinos o, por lo menos, personas que no son de la comunidad china. Esto se debe a que la mano de obra local es más barata. Por pocos pesos contratan a alguien y lo mandan a tirar”, cuenta el mismo investigador.
Tal como contó Infobae, Morón se convirtió en una zona donde la mafia china puso el foco. Una extorsión a un comerciante de esa zona a mediados de este año desembocó en una denuncia ante la Justicia. Los extorsionadores, chinos todos, fueron particularmente insistentes, con diversas visitas al comercio. Así, la división Antifraude de la Bonaerense recibió el caso y aplicó seguimientos. Encontraron que los mafiosos se movían en un Volkswagen Bora piloteado por dos mujeres. El auto fue incluso rastreado a un aguantadero en la zona de Constitución.
Se libraron 23 órdenes de allanamiento: en la lista se incluyó a un supermercado que los mafiosos controlaban en la calle Roca, zona de Florida, Vicente López. Allí encontraron dos sospechosos con una pistola calibre 22 y un revólver Magnum 357 con una vaina en el tambor, además de una granada de mano, otro implemento que comenzó a repetirse con frecuencia en los aprietes asiáticos más discretos, cuando no se envían sicarios para tirar a mansalva dentro de los comercios.
Otro sospechoso, Chen Tang, con DNI argentino y 20 años de residencia en Argentina, fue arrestado en Ingeniero Budge. A Chen lo habían ubicado junto a otro presunto cobrador en los viajes del Bora. A Chen, por otra parte, lo recuerdan en Tribunales de otra historia. En 2016, la división Antifraudes cargó contra Pi Xiu, la mafia china más temida del país, la de mayor expansión y poder de fuego, que habría controlado, al menos, 300 supermercados con extorsiones iniciales de 30 mil dólares cash y más, sospechada de girar 8 millones de dólares a Oriente.
La mafia china es el colectivo criminal más extendido y poderoso de la Argentina. No es una sola, no existe una única mafia. Hay, al menos, siete tríadas identificadas por las autoridades que operan en Capital y el Conurbano. Extorsionan supermercadistas, bazares y restaurantes de su propia comunidad, su negocio histórico, lo mismo de siempre. Controlan supermercados ellos mismos, giran dinero a China, lo filtran a través de cuevas financieras.
Reclutan a sus sicarios entre barrabravas y otros delincuentes del conurbano.
Con respecto al ataque del lunes por la noche, ahora la justicia intenta dar con más cámaras de seguridad para saber hacia dónde escaparon los atacantes. Por ahora no están identificados.
El temor, como cada vez que se da este tipo de ataques es que la escalada de violencia siga aumentando, y en poco tiempo.
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