Había pasado alrededor de media hora de las 3 del jueves pasado cuando un grupo de cuatro amigas, de entre 17 y 20 años, salieron de un baile en el centro de la ciudad de Córdoba y pidieron un remís por teléfono. Lo esperaban en una estación de servicio ubicada en la esquina de Humberto Primero y la avenida General Paz. Milagros (17) estaba sentada en el cordón. Jamás olvidará lo que sucedió esa madrugada.
Es que fue en ese momento que una camioneta Amarok azul frenó la marcha frente a Milagros y sus amigas. La manejaba el basquetbolista profesional Gastón Federico Elías (22), y como acompañantes viajaban otros dos jugadores, Cristian Amicucci (36) y Francisco Pedano (21), todos integrantes del plantel de Instituto de Córdoba. Venían del boliche “María María”, localizado a unas ocho cuadras de allí.
De acuerdo al relato de las jóvenes, el conductor bajó la ventanilla y comenzó a acosarlas, con el auto detenido en medio de la calle. “Nos dijo que hiciéramos un after con ellos, que nos subiéramos a la camioneta. Nosotras no le contestamos, los ignoramos. Ellos insistieron y nos querían llevar a toda costa”, contó Milagros en diálogo con El Doce. En su relato, Elías asegura que le pararon a preguntarles dónde había un after.
Lo cierto es que, en ese instante, apareció un auto Peugeot 207 gris que intentó esquivar a la camioneta estacionada, atropelló a Milagros y chocó contra un poste. Elías se marchó rápidamente, sin asistirla, algo que sí hizo el conductor del Peugeot, Walter Alberto Peyretti, de 58 años.
“Le aplastó la pierna. Nosotras zafamos de la nada. Esta vez fue ella, pero podríamos haber sido las cuatro”, dijo una de las amigas de la víctima. La chica fue trasladada al Hospital de Urgencias, donde la operaron inmediatamente: los médicos debieron amputarle su pierna izquierda.
La tragedia de Milagros tomó trascendencia pública y, ante esto, el basquetbolista se presentó ante la Justicia, reconoció que huyó del lugar y quedó imputado por lesiones graves culposas, aunque en libertad.
También negó la acusación de acoso verbal: “Frenamos y sólo le preguntamos si sabían de algún after, fue la única pregunta que hice, si iban a hacer algo. Nos dijeron que no. En ese momento, arranco y escucho una frenada, y lo primero que hago es atinar a quedarme. Y del shock, los otros chicos decían que nos vayamos, aceleré y nos fuimos”. Además, aseguró que esa noche no había consumido alcohol.
“Quiero aprovechar para hacerle llegar el mensaje a la familia de Milagros: estamos para lo que necesiten, mi familia vino a apoyarme, para nosotros no es fácil pero sé que para ellos menos. Nos vamos a hacer cargo”, agregó Elías, que es oriundo de Bahía Blanca.
Por su lado, Milagros exigió más que una disculpa desde la sala común del hospital cordobés donde continúa recuperándose: “Quiero que se haga Justicia y que los que me hicieron esto, paguen. Y no quede en la nada como otros casos. Con un perdón no me solucionan nada, a mí a la pierna no me la devuelven”.
El caso es investigado por el fiscal Guillermo González y, además de Elías, también está imputado Peyretti, por el mismo delito de lesiones graves culposas. Los peritajes al Peugeot 207 revelaron que el auto tenía problemas en el sistema de frenos.
Por otra parte, el club Instituto decidió apartar a los tres jugadores implicados hasta tanto no se resuelva su situación judicial. “La Comisión Directiva dispuso iniciar un proceso de investigación interna a los fines de conocer la intervención de los mismos en el hecho, su eventual participación y demás circunstancias referidas al asunto”, informaron a través de un comunicado.
Y subrayaron: “Durante el tiempo de esclarecimiento de los hechos y atento al compromiso del club con la sociedad en general y apego a las normas legales y morales, se resolvió apartar provisoriamente del plantel profesional a las personas que supuestamente estarían vinculadas en alguna medida al hecho. Este club siempre tendrá como objetivo el bien social general por sobre cualquier interés particular”.
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