Los agentes de la División Operaciones Especiales de la Policía de la Ciudad llegaron al paseo de compras “La Unión”, ubicado en Sarmiento 2.864, cerca de la 1. Tenían la orden de allanar 42 locales donde se almacenaba ropa trucha. Pensaron que se trataría de un procedimiento más de los que se hicieron durante 2020 para secuestrar este tipo de indumentaria falsificada. Pero se encontraron con mucho más: el lugar tenía un galpón escondido de tres pisos donde se acopiaban toneladas de mercadería apócrifa, incluidos productos electrónicos. Los elementos estaban listos para ser vendidos por los manteros en Once, y también para ser trasladados a otros puntos del país. El dueño del lugar quedó detenido.
En este marco, hubo incidentes entre los manteros que están en las inmediaciones de Plaza Miserere luego de los operativos de esta madrugada e, incluso, se vivieron momentos de tensión con comerciantes y la Policía.
El allanamiento de este martes se realizó en el marco de la causa 79269/21: la fiscal Celsa Ramírez es la que investiga de donde proviene la mercadería, cómo y en qué lugares es almacenada en la Ciudad de Buenos Aires, y dónde se comercializa.
Cuando los policías ingresaron en plena madrugada se encontraron con los locales acomodados para vender la mercadería falsa. Pero no había nadie. El objetivo del operativo, realizado además por funcionarios del Centro de Investigaciones judiciales, era justamente desbaratar esos comercios.
Aunque había mucho más: en el fondo del terreno, bajando una escalera, encontraron un galpón de más de 900 metros cuadrados dividido en tres pisos. “Si bien solemos hacer operativos muy seguidos, nunca de esta envergadura. Es por lejos el depósito más grande allanado alguna vez con respecto a ropa falsificada”, dijo un oficial que participó del procedimiento.
En las imágenes que acompañan esta nota, tomadas de las cámaras de seguridad del lugar, se puede observar la enorme cantidad de cajas y bultos de mercadería. Se encontraron remeras, pantalones, zapatillas, entre otros. Todos con logos de Nike, Adidas, Reebok y Under Armour que habían sido adheridos recientemente. También se hallaron Play Station 4 con sus respectivos Joysticks.
Pero no fue lo único. Había otros elementos como ojotas tipo “Crocs”, osos de peluche para chicos, muñecas de princesas de una película de Disney pero con los logotipos falsificados, indumentaria trucha del PSG, de la Selección Argentina, de River y de Boca.
También se hallaron algunos stickers con logos de marcas que estaban listos para ser adheridos a productos electrónicos como, por ejemplo, calcomanías de la marca “Beat”, especializada en auriculares y parlantes.
Recién cerca de las 7 llegó al lugar una persona que se presentó como el dueño del predio, y se identificó como Gustavo Antonio M. de 52 años. Quedó inmediatamente detenido y se lo acusará de asociación ilícita. Según los registros públicos, el hombre vive en Avellaneda y está inscripto en la AFIP en el rubro de venta de flores, plantas y semillas, entre otros productos de vivero.
Además, desde de este año figura como socio de una empresa inmobiliaria llamada Rancho Moro SRL. Puntualmente, el 26 de marzo la sociedad fue constituida junto a su padre Antonino Sábado M. Justamente, este jubilado de 82 años figura como propietario del paseo de compras “La Unión” desde 2004, que tiene como domicilio fiscal un departamento en Magariños Cervantes al 4.400, en Floresta.
Con respecto a la mercadería encontrada, tal como contó Infobae, este tipo de productos falsos suelen llegar a Once en containers provenientes de China que son ingresados de manera ilegal por el puerto o por encomiendas que salen desde Brasil, pasan por Misiones y siguen una ruta que las deposita en manos de manteros en plena Ciudad de Buenos Aires.
Según los datos recopilados por este medio de distintos expedientes, la ropa falsificada que llega de Brasil se confecciona en fábricas ubicadas en dos ciudades que limitan con la provincia de Misiones, Santo Antonio y Dionisio Cerqueira. “Allí se elabora mercadería variada desde remeras o camperas, hasta zapatillas y gorras. Todo de manera legal hasta que, por izquierda, alguno de los compradores solicita que a su cargamento le pongan el logo de alguna de las marcas más renombradas y es ahí donde se convierte en ropa falsificada”, explicó un investigador.
Las fábricas están emplazadas en esas dos ciudades brasileñas por una cuestión estratégica: pasar de un lado al otro la frontera seca con Argentina es muy sencillo. Incluso, una delegación policial que fue enviada especialmente a la zona para investigar la situación se sorprendió cuando notó que existen grandes quintas privadas que, insólitamente, están sobre la frontera misma, es decir mitad en Brasil y mitad en Argentina.
“Las bandas de traficantes suelen comprar estos terrenos de propiedad privada para pasar de un país a otro sin que nadie les pida un solo documento. Ingresan con la mercadería al campo en cuestión por el lado de Brasil y salen por el de Argentina como si nada. Algo, por supuesto, sumamente irregular”, detalló a este medio uno de los policías que participó de la misión en Brasil.
Una vez que la mercadería -ya falsificada con el logo de la marca impreso- ingresa a suelo argentino, suele acopiarse en las localidades misionera de San Antonio e Irigoyen, lindantes con Brasil. También se eligen zonas un poco más alejadas como Eldorado. Allí se almacenan en grandes depósitos mientras se termina de diagramar el esquema para llevarlas a Buenos Aires. En la mayoría de los casos, la ropa viaja en micros de larga distancia.
Con respecto a lo encontrado en el allanamiento de este martes, se contabilizaron, hasta el momento, más de 600 bultos de gran tamaño. Para el secuestro se utilizaron cinco camionetas Citroën Jumper y dos camiones. Se espera que en los próximos días se realicen más allanamientos y procedimientos en el marco de la misma causa.
Lo cierto es que los operativos finalizaron con enfrentamientos entre los manteros, los comerciantes y la Policía. Es que, según contaron quienes protestaban a C5N en el cruce de Sarmiento y la avenida Pueyrredón, en el galpón allanado muchos de los manteros guardarían su mercadería cuando finalizan la jornada laboral.
SEGUIR LEYENDO