“¿Si la subasta cumplió las expectativas? La respuesta es no”, dice un miembro del entorno cercano de los herederos de Diego Armando Maradona sobre el saldo de la “Subasta del 10″. El remate de algunos de los bienes del astro del fútbol estuvo lejos de ser lo que se esperaba. En la compulsa apenas se vendieron algunos elementos como camisetas y gorras pero casi no hubo ofertas formales por las dos casas -entre ellas la histórica casa de los Maradona en Devoto- y tres vehículos. Sin embargo, las personas que manejan la herencia ya trabajan para vender esos bienes.
La promocionada subasta comenzó ayer domingo exactamente a las 11:24 cuando se remató el primero de los artículos. Fue un sombrero que utilizó Diego alguna vez. La puja comenzó con una base de 60 dólares y terminó en 320. Luego siguieron algunas camisetas como una del Napoli que comenzó a rematarse en 300 dólares y fue finalmente vendida en 1.500 y una camiseta argentina que en su espalda decía “Diego” que se subastó en 1.300 dólares.
Los elementos de menor valor fueron aquellos donde los ofertantes tuvieron mayor interés. A medida que los productos más caros se acercaban menos gente se interesaba.
Promediando las 13 se subastó un juego de sapo que Maradona usaba en Dubái con una base de 200 dólares pero que al bajarse el martillo se vendió en 1.700. Por esa hora también fue subastado el cuadro “Entre Fiorito y el cielo” que se llevó el precio más alto. Se trata de un óleo de 1,70cm x 1,70cm que fue realizado por la artista Lu Sedova. La obra cuenta con un marco diseñado por la misma artista y tallado a mano por Rosa Petit, un taller de artesanos que realizó el trabajo especialmente para el Diez. El cuadro fue entregado a Diego en su casa de Brandsen, convirtiéndose en uno de los últimos regalos que recibió. Su precio final fue de 2.150 dólares.
Luego fue el turno de algunas gorras y otros cuadros que oscilaron entre los 500 y los 1.500 dólares. La mayoría de los compradores fueron extranjeros, ya que la subasta estaba abierta a fanáticos de todo el mundo.
La recaudación total de esos elementos fue de 26.000 dólares. Quedaron sin vender tres televisores LED que Diego usaba en Dubai, una cinta de correr y un “multi gimnasio” que Diego usaba para la rehabilitación de su rodillo en sus últimos meses de vida.
Para el final del evento online quedó el plato fuerte: las dos casas y los tres autos donde los herederos habían depositado sus esperanzas. Sin embargo, la decepción fue total. No sólo no se vendieron sino que prácticamente no hubo personas que se inscribieran con la debida garantía que se pedía.
Para el chalet de Devoto, ubicado en la calle Cantillo, que Maradona le regaló a sus padres en los años 80 y que tenía una base de 900 mil dólares, no hubo nadie que aportara la garantía de 20 mil dólares que permitía ofertar. Tampoco hubo interesados desde el exterior. En ese caso la garantía debía ser en criptomonedas.
Lo mismo pasó con el departamento de Mar del Plata que alguna vez compró Diego pero que casi no usó y que comenzaba a rematarse en 65.000 dólares. Nadie se interesó formalmente durante el evento. Sin embargo, fuentes que trabajaron en la subasta aseguran que hay una persona que se comunicó después del remate con intenciones de adquirirlo.
La misma suerte de las casas corrieron los vehículos que estaban a la venta. Eran dos BMW y una camioneta. Una sola persona puso la garantía necesaria para ingresar a la compulsa de los autos. Incluso ese participante había anticipado que podía llegar a comprar los dos autos alemanes si el precio no se elevaba. Sin embargo, al momento de la verdad, no ofertó ni siquiera por uno.
¿Por qué nadie se interesó por ni por las casa donde vivió Maradona ni por los autos que alguna vez manejó? Para los organizadores y para los herederos la respuesta está en lo innovadora de la propuesta que habría, de alguna manera amedrentado a posibles compradores. Es que, según cuentan, es “la primera vez en Argentina que se hace una subasta judicial de manera internacional y vía online. Es a prueba y error”.
“Creemos que hay mucha gente que se interesó en los bienes por la importante publicidad que se hizo pero que no están acostumbrados a manejarse en remates y menos de este tipo tan masivos”, cuentan los organizadores.
Según pudo saber Infobae, muchas de las personas que se mostraron interesados en los inmuebles los días anteriores a la subasta dudaban con respecto a la garantía. Algunos tenían miedo de que, al tratarse de un evento tan publicitado y que despertaba tanta atención, la AFIP pudiera luego investigar a los compradores.
“La verdad que trabajamos mucho en este evento. Se hizo mucha publicidad. Obviamente que nos dimos cuenta que se podían haber mejorado muchas cosas. Los próximos días serán claves para poder saber si finalmente se vende lo que quedó”, cuenta alguien que está en contacto permanente con los herederos y formó parte de la subasta.
Según un comunicado del grupo Adrián Mercado, consensuado con los representantes de los hijos de Diego, se habilitaron 10 días para que aquellos interesados en los inmuebles y vehículos, que no pudieron participar del remate de ayer, puedan ofertar. Las pautas serán las mismas, ya que son las que en su momento autorizó la justicia.
En caso de que sigan sin aparecer compradores se dejaría pasar unos meses y se volverían a rematar en marzo del año que viene.
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