Ezequiel “Canino” Santana murió el 5 de octubre pasado. Anunció su propia muerte por teléfono a sus seres queridos mientras se lo devoraba la trampa.
Ese día, el hombre de 31 años, ex empleado municipal, oriundo de Lomas de Zamora, le dijo a alguien cercano a su entorno que ese martes visitaría una quinta en la zona de Guernica. Un hombre que él conocía lo llevó a bordo de un Ford Ka, con el que pasaron por la casa de Ezequiel tiempo antes de salir a Guernica. El entorno de “Canino” no sabía mucho. Les había dicho que se reuniría con un tal Nahuel, una reunión de negocios. En esa reunión, algo pasó. “Canino” envió su ubicación por teléfono, aseguró que Nahuel lo había traicionado. Por la noche, sus captores volvieron a su casa en el Ford Ka y la registraron para robarle, buscaban algo puntual, sospecha la Justicia. Había una camioneta Citröen Berlingo en la puerta, que se la llevaron y fue encontrada poco después.
Así, Santana desapareció. Un cadáver incinerado fue encontrado en un descampado de Guernica al día siguiente por dos chicos que jugaban al fútbol. En paralelo, la familia de “Canino” registraba una denuncia por su paradero en una UFI de Esteban Echeverría. El fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, a cargo de dilucidar a quién pertenecía ese cadáver, comenzó a conectar los puntos.
El propio entorno reveló las conexiones de Ezequiel y dio la hipótesis: una venganza criminal, un vuelto de 13 millones de pesos. Se cree que “Canino” habría desfalcado a sus propios cómplices, que se quedó con algo que no era suyo. Condomí tenía con qué empezar, había una cámara de seguridad en la cuadra de la casa de Santana, que había filmado toda la secuencia. Esos videos ilustran esta nota. Pronto surgió un nombre: “La Banda del V6″.
La Policía Bonaerense llamó así a la banda por su hábito de usar camionetas Volkswagen Amarok con ese motor para asaltar countries de la zona sur y luego huir, criminales avezados con una predilección por los botines de joyas y dólares en efectivo. No sería su único negocio: también se sospecha que se dedicaba a asaltar envíos narco para robar la droga y luego revenderla, con un golpe de casi tres toneladas de marihuana en la provincia de Córdoba.
Su presunto líder es Jorge Ezequiel Salgado, “El Negro Sombra”, apodado como uno de los más temidos secuestradores de la historia argentina. Había otro capo en el grupo, Luciano Leonel Gómez, alias “León”, encargado de la supuesta reventa de droga, y había un amigo de “León”, preso en la Unidad N°24 de Florencio Varela. Facundo Ariel Ledesma, según descubrió la Justicia, supuestamente estaba encargado de entregar a los dealers y narcos que la banda robaba. José Torres era otro jugador, supuestamente dedicado a las pastillas y a las drogas sintéticas. El flujo de caja parecía fenomenal
“La Banda del V6″ cumplió con una vieja regla del hampa: ningún ladrón que se precie va a elegir la modestia. La frase que sigue le pertenece a un viejo reincidente de tres condenas, un escruchante maestro de casas ricas hoy preso en un penal bonaerense, nostálgico por los billetes sucios que alguna vez supo derrochar: “Los chorros de verdad vivimos a lo grande. Si robás cien, gastás doscientos”.
La división Crimen Organizado de la Policía Bonaerense los allanó la semana pasada, golpearon once objetivos para buscar a mas de diez sospechosos. “León” fue detenido en Temperley, “El Negro Sombra” fue encontrado en una comisaría de Lomas. Ledesma fue allanado en su celda y le encontraron cuatro celulares. Entre los puntos allanados, se ingresó por la fuerza a una casa en el country Náutico Escobar de esa zona. Allí llegaron a una pequeña mansión ocupada por Torres. Le encontraron un Rolex Oyster Perpetual de oro valuado en diez mil dólares. Bajo el jacuzzi en la planta alta escondía una pistola.
La lista de objetos incautados incluye también incluye nueve pistolas y revólveres, dos cajas fuertes, televisores de 75 y 85 pulgadas, una moto de agua Sea Doo, 39 celulares, dos cajas fuertes, posters de Scarface, joyas de marcas como Bulgari. Había autos: les encontraron dos Volkswagen Amarok V6, además de un Audi A5, un Toyota Etios y otros cinco vehículos.
Nahuel también fue allanado por la Bonaerense. No lo encontraron a él, pero sí encontraron otra cosa igual de preocupante: una pistola que pertenecía a un Policía de la Ciudad y que, curiosamente, no tenía pedido de secuestro. Condomí Alcorta puso en la mira a ese policía, que será indagado en la jornada del lunes. El fiscal pidió su detención, que fue negada por el juez de garantías del caso: Condomí busca saber por qué un arma de la Policía porteña está en manos de una banda criminal.
Algunos sospechosos fueron elípticos en sus declaraciones. Los encontrados en el country de Escobar aseguraron llevar sus armas por seguridad, algo que no tiene mucho sentido dada la pistola bajo el jacuzzi. Otros negaron su participación en la banda. Se investigan también dos armas relacionadas a Nahuel
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