Mientras la salud de Arturo López, el playero de un estacionamiento de Monserrat golpeado el 19 de noviembre pasado tras un entredicho con un cliente, mejora lentamente, sigue la búsqueda de su agresor, Carlos Manuel A.
El adolescente de 17 años está prófugo desde exactamente el 26 de noviembre, cuando la jueza Carla Cavallieri firmó el requerimiento de detención efectuado por el fiscal juvenil Mauro Tereszko. La orden de arresto se produjo tras demoras iniciales en el expediente, que comenzó a moverse cuando el video de la cámara de seguridad se difundió en los medios de comunicación.
De acuerdo a fuentes del caso, la principal hipótesis de los investigadores hasta el momento es que el joven estaría siendo refugiado por miembros de la comunidad gitana. Según pudo saber Infobae desde el entorno del acusado, la decisión de no ponerse a derecho es pura y exclusiva de los padres de Carlos Manuel. Por eso la mirada de los fiscalía también se posa sobre ellos.
El padre del joven, llamado Reinaldo Javier Rivera A., tiene domicilios en Caleta Olivia, Santa Cruz, y una extraña vinculación con el BMW que originó la discusión que terminó con la agresión a Arturo.
En el registro automotor figuran varios autos a nombre de Rivera, algunos de ellos de lujo. Según esos documentos, posee una camioneta Jeep, un Mercedes Benz modelo ML350 CDI Matic y un Toyota Corolla de hace un par de años. Todos los vehículos tienen una cédula azul a favor de su hijo prófugo, Carlos Manuel.
En esa lista de autos no aparece el BMW patente MHA que fue el eje del entredicho que derivó en la golpiza que dejó mal herido a Arturo. Es que, según investiga la Justicia, ese vehículo estaría a nombre de una tercera persona. Es decir, un testaferro.
En los registros figura que el vehículo alemán está a nombre de un tal Abelardo F. y que lo adquirió en diciembre del año pasado por $1.800.000. Apenas terminó la transacción, hizo cedulas azules para Rivera A. y su hijo. El dueño del vehículo no cuenta con un trabajo en blanco desde el 2015.
Por otra parte, esta no es la primera vez que el menor Carlos Manuel se enfrenta con la Justicia. El 21 de septiembre de este año ingresó a la comisaria 14 C de la Ciudad de Buenos Aires una denuncia contra el joven por el delito de estafa y defraudación. Según fuentes judiciales, no sería el único imputado en esa causa y se trataría de una operación espuria de compra-venta de un auto.
Para Florencia, una de las hijas de Arturo, no quedan dudas de la complicidad familiar para mantener prófugo al menor. “Es evidente, un pibe de 17 años no se puede esconder sin ayuda de ellos”, dijo en diálogo con Infobae.
La joven definió a los familiares de Carlos Manuel como “gente horrenda, oscura”, porque “si bien no son los agresores, perpetúan el sufrimiento” de ella y de su hermana. Y reflexionó sobre cómo respondería si estuviera cara a cara con ellos: “Me planteé muchas veces ese escenario y no sé cómo respondería. Si les diría algo, si los insultaría, si les arrojaría un vaso con agua. Creo que me mantendría alejada”.
También manifestó su inconformidad respecto de la investigación.
En el marco de la causa, efectivos de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 1 de la fuerza porteña realizaron varios allanamientos. Tres fueron en domicilios particulares de las calles Victoria, El Tiziano y Miguel Ángel del partido de Moreno. En este último se secuestraron ocho celulares y un grabador. En una cuarta dirección se secuestró documentación del BMW con el que el agresor había llegado a la playa de estacionamiento y de un Mercedes Benz.
El operativo siguió en otras tres casas casi contiguas sobre la calle Juan Jofre de la localidad de Rafael Castillo, en el partido de La Matanza, donde se incautaron en total ocho teléfonos celulares más. Luego, en una vivienda sobre la calle Baliño al 1300 en la ciudad de Banfield, se secuestraron otros 4 teléfonos, un revólver calibre .32 largo marca Italo con su carnet de legítimo usuario ya vencido y una caja de municiones intactas.
Los allanamientos continuaron en Floresta, en tres domicilios sobre el Pasaje Haití al 3900, donde se secuestraron en total otros 9 celulares más, además de un CPU, una notebook y un grabador. Sin embargo, no hubo novedades respecto del paradero del acusado.
Ayer se hizo la apertura de ambos vehículos y se recolectaron algunos papeles y otros elementos que serán analizados, entre ellos una biblia.
Mientras la causa avanza con distintas medidas de prueba, Arturo sigue adelante con su recuperación. Esta semana abandonó la terapia intensiva de la clínica ITEBA y ahora ocupa una cama de sala intermedia en el Centro Médico Fitz Roy, en Villa Crespo, adonde fue trasladado el jueves para que empiece la rehabilitación.
Florencia contó que su padre alterna momentos de desorientación con otros de lucidez en los que cree que él las reconoce tanto a ella como a su hermana, Agostina. También reveló que el hombre requiere de atención todo el tiempo. “Papá no puede estar sin alguien que lo asista en todo momento. El camino que queda es larguísimo”, dijo la joven, que recientemente salió a aclarar la situación clínica de Arturo luego de que circulara la versión de que el hombre había sido dado de alta: “Ojalá estuviera dado de alta. Nadie más que nosotras queremos que se recupere pronto”.
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