Detuvieron otra vez al gigoló de zona Norte que estafaba mujeres a las que seducía por una aplicación de citas

Hace dos años, la detención de Roberto Carlos Bello, hoy de 48 años, generó revuelo. Se lo conoció como el gigoló de la zona Norte. ¿Su modus operandi? Conocía mujeres por una aplicación de citas, las seducía con su personaje de hombre adinerado que manejaba autos último modelo y decía tener propiedades en barrios privilegiados; pero todo era una trampa. Así, fue denunciado y detenido. En las últimas horas, volvió a caer preso.

Fue el 21 de noviembre que la fachada que había construido en su vínculo con una profesora de 40 años, divorciada y que vive en un country de Pilar, se quebró. La mujer, que lo había conocido por la aplicación de citas, había sido alertada por su hermano.

El hombre, que también le había dado dinero al presunto novio de su hermana, le dijo que su pareja no era trigo limpio sino “un estafador que buscaba solteras con cierto poder adquisitivo para tener una relación, que resultaba falsa, sólo para sacarles dinero, a ellas y a sus familiares”, describieron las fuentes consultadas por Infobae.

“Para entonces, al menos a ella la había convencido para que le entregue unos 30 mil dólares”, confiaron esas mismas fuentes. Lo cierto es que la mujer enfrentó a Bello, pese a que le costaba confiar en los rumores: “‘Uno cree que lo que la gente dice es mentira’, llegó a confesar luego la víctima. Está claro que el sospechoso sabe jugar con la psicología de la gente”, ampliaron sobre el ahora detenido.

Así, ese 21 de noviembre, Bello y la profesora discutieron. La mujer denunciaría luego ante los fiscales de la UFI de Género de Pilar, Manuel Cayuela y Victoria Santamaría que, durante ese entredicho, “la golpeó, se cayó una copa al piso y ella se cortó la pierna, y él hasta le puso un cuchillo en el cuello y la amenazó de muerte”, detallaron las fuentes consultadas. Ella pudo escapar y pedir ayuda en la casa de una vecina.

Tras la denuncia y la intervención de la fiscalía, se pidió la detención de Bello por el delito de “lesiones leves agravadas por el vínculo y por ser cometidas por un hombre hacia una mujer en un contexto de violencia de género, y amenazas calificadas por uso de arma”.

Fue entonces cuando los fiscales de la UFI de Género descubrieron que no era la primera vez que Bello estaba bajo la lupa de la Justicia, que ya había estado preso y que el titular de la UFI N°1 de Pilar, Raúl Casal, lo tenía en la mira por presuntas estafas a mujeres a las que había seducido.

El arresto de Bello fue concretado el miércoles por la sub DDI de Pilar en el complejo Village, de esa localidad de la zona Norte. Fue el juez de Garantías N°6 de ese distrito, Nicolás Ceballos, quien convalidó el pedido de detención en la causa por violencia de género.

Sin embargo, a Bello ahora se lo investiga también por las presuntas estafas. “Es que a la profesora que lo denunció la convenció para que le diera unos 30 mil dólares y a otra mujer, 18 mil”, explicaron las fuentes.

El secuestro del teléfono del acusado será clave en este punto. También lo que hallaron en los allanamientos en la casa de la madre del sospechoso: un neceser gris, donde además de somníferos varios, fotocopias de DNI, pasaporte y tarjetas de créditos a nombre de diversas mujeres, encontraron papeles de transferencias de varios autos: compró dos Mercedes Benz (modelo B200 Blue Efficiency y modelo GLK 300 4 Matic) y un Peugeot 208.

“Se sospecha que los adquiría con la plata que le sacaba a las mujeres y luego los revendía para quedarse con el dinero”, explicaron las fuentes de la investigación.

Es que, entre las denuncias que se pudieron recolectar y a las que accedió este medio, figuran tres de este año, dos ocurrieron en Pilar. La primera es de junio, una mujer relató que le robó las tarjetas de crédito mediante engaños. En septiembre, en tanto, otra víctima dijo que la sedujo y, cuando supo que tenía 35.000 dólares, se los pidió prestados, ella se negó y se los arrebató.

Mientras que en noviembre pasado, una vecina de Núñez denunció que su pareja de hacía tres meses le dio un vaso de gaseosa, ella se durmió y, cuando despertó, el sospechoso no estaba y le faltaban 5.000 dólares que tenía en el placard.

Más atrás en el tiempo, una mujer denunció que lo conocía desde septiembre de 2019 y que le entregó, tras ser engañada, 15 mil dólares. En abril de ese mismo año, otra víctima fue el hermano de una presunta pareja del sospechoso y se llevó U$S20 mil.

Más antecedentes también lo involucran en expedientes por estafas y estafas reiteradas, amenazas y hasta, falsificación de documento.

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