El grupo empresario acusado de estafar al “vikingo de las picadas” de Twitter rompió el silencio: la llamativa excusa

Mauricio Urig lo denunció ante la Policía por una defraudación de casi $2 millones en quesos y fiambres. El abogado de la principal implicada contactó a Infobae

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El tuit de Urig denunciando
El tuit de Urig denunciando la situación que lo convirtió en trending topic

Twitter Argentina se convirtió en una cosa acalorada con la historia de Mauricio Urig, el hombre de 45 años y oriundo de Luján que tiene un negocio de picadas que se encuentra registrado en la AFIP bajo el nombre de “Picadas Viking”, su apodo. Urig reveló esta semana en esa red social que un grupo empresario del rubro de los alimentos llamado Agrofull le encargó 190 cajas navideñas con quesos y fiambres para sus empleados, que se quedaron con la mercadería y no le pagaron.

“El Vikingo”, tal como lo apodan, pactó con un supuesto gerente de la firma, llamado Marcelo Bressan, un presupuesto de 1,9 millones de pesos. Urig montó las cajas, endeudándose -según él mismo- para cubrir los costos, una inversión de 1,1 millón de pesos.

El supuesto gerente le indicó que debía entregar los pedidos en un galpón sobre la calle Ucrania, en Valentín Alsina, a donde llevó las cajas la semana pasada. Luego, debía cobrar el encargo. Recibió un cheque digital de la distribuidora Uros SA, una de las firmas que integran el grupo Agrofull y que estaba mencionada en la imagen de perfil de WhatsApp que empleaba la cuenta corporativa del presunto holding ganadero. El cheque, supo poco después, rebotó por falta de fondos.

Urig, de acuerdo a su relato, intentó comunicarse con Agrofull, sin recibir respuesta. El sitio web de Agrofull se desvaneció, aunque todavía puede verse recuperado a través del sitio Wayback Machine, que rescata sitios eliminados. “El Vikingo” regresó al galpón de Valentín Alsina, lo encontró cerrado y con una nota en su puerta. También se encontró allí con otro hombre que, según él, habría sido estafado también por otra cifra millonaria en mercadería.

El galpón de Valentín Alsina
El galpón de Valentín Alsina

Había varias firmas con sus logos inscriptos en la puerta del galpón, todas ellas existentes, reales, constituidas ante la AFIP, incluso con pagos de aportes a empleados en los últimos meses, llamadas Feed North, Con Meat, Conangus, Chic Clean. Casi todas tienen un factor en común: una mujer llamada Karen S., marplatense, de 24 años, la titular del dominio web de Agrofull.

De acuerdo a registros relevados por Infobae, Karen figura en la mayoría de las composiciones societarias de las empresas del grupo. Insólitamente, pasó en un año de cobrar planes del ANSES como la AUH y el Plan Garrafa a convertirse en empresaria a mediados de 2021. Otra vecina suya de Mar del Plata, con domicilio en una modesta regalería, fue convertida también en gerente de las firmas del holding.

En medio de todo, Urig se convirtió en una figura divisiva. Algunos empatizaron con su situación. Comenzó una colecta para recuperar el dinero perdido. Hasta la mañana de este miércoles había recaudado más de 750 mil pesos. Otros, directamente, optaron por denostarlo y buscar huecos inverosímiles en su historia, lo trataron de mentiroso y estafador en vez de preguntarse por las empresas de Agrofull. Cuestionaron por qué no pidió adelanto, por qué no realizó la denuncia penal de inmediato en vez de solo postear capturas de pantalla, cuando ningún plazo judicial corre en su contra en el corto plazo.

Así, el debate por “El Vikingo” llegó a más de 13 mil tuits a fines de la tarde, superando a cualquier otra polémica del día. En medio del fragor, Urig fue y denunció.

Fragmento de la web de
Fragmento de la web de Agrofull, hoy desaparecida

En la tarde de este miércoles, “El Vikingo” se presentó en la Seccional N1° de Luján de la Policía Bonaerense para denunciar a Agrofull y a las empresas del grupo por la presunta estafa, advertido de la pena por el delito de falsa denuncia y compartió los documentos en Twitter. Así, podrá ser citado por una fiscalía para presentar sus pruebas. En paralelo, otros relatos se ponían en marcha. Una nota había sido pegada en la puerta del galpón: decía que permanecería cerrado por dificultades financieras y fiscales. Daba un número de contacto de un “estudio jurídico-contable”.

Infobae llamó en repetidas ocasiones al número, hasta que un joven respondió y tomó el mensaje. Pocas horas después, desde el mismo número que figuraba en la nota del galpón, se recibió un llamado del abogado Arnaldo Horacio Castro. Reconoció ser el representante legal de Karen S., y que “Agrofull es el nombre de fantasía que agrupa a las empresas”. También, dio una explicación.

Las cajas entregadas por Urig
Las cajas entregadas por Urig frente al galpón de Valentín Alsina

Castro aseguró que “la empresa está siendo investigada por facturas apócrifas”, lo que llevó a un freno de sus actividades y a una “presentación propia de pedido de quiebra”. Ambas cosas son ciertas. Registros analizados revelan una marca roja de la AFIP por ese motivo y un pedido de quiebra presentado ayer martes por Castro, en nombre de Uros SA en el Juzgado Comercial N°30. Sin embargo, esto no explica el silencio de radio ante los pedidos de mercadería que terminaron en cheques rechazados.

El abogado aseguró desconocer al supuesto gerente que contactó al “Vikingo”. Tampoco se expresó sobre las supuestas estafas. Urig no estaría solo. Otros supuestos damnificados contactaron a este medio con historias similares con las empresas de Agrofull, sustentadas por capturas de pantalla, documentación diversa y una trama similar: compras de mercadería, generalmente alimentos, y todas terminan igual, con cheques sin fondo. No respondió más preguntas. Solo prometió volver a contactarse, con más información.

“El Vikingo” cree que su mercadería fue robada para ser vendida en el mercado negro: los alimentos y vinos son el principal rubro preciado por piratas del asfalto, corresponden a un 32% de los ataques a nivel nacional, según los últimos datos de la Mesa Interempresarial de Piratería de Camiones. El juego aquí parece ser literalmente inverso, una estructura legal posiblemente infiltrada para robar quesos, ahumados y tintos sin tener que encañonar a ningún chofer.

Ahora, con la denuncia realizada, “El Vikingo” podrá ser citado y dar su testimonio. Por lo pronto, ya presentó ante la Bonaerense un comprobante de emisión y una factura de compra, además de sus conversaciones.

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