El policía acusado del homicidio de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años que ayer recibió un balazo en el pecho cuando lo persiguieron porque aparentemente se negó a detenerse en un control en la ciudad balnearia de Miramar, fue trasladado esta mañana a los Tribunales de Mar del Plata para ser indagado por la fiscal de la causa, Ana María Caro. Se trata de Maximiliano González, quien fue llevado bajo custodia al edificio ubicado en Tucumán y Almirante Brown, donde se sentó frente a la fiscal Caro, quien lo indagó por el delito de homicidio agravado.
El oficial se negó prestar declaración y fue derivado a un calabozo, mientras tanto los investigadores recaban más pruebas en su contra. Ayer la madre de Luciano habló por primera vez tras el asesinato de su hijo y contó los momentos previos al hecho y qué sucedió cuando se enteró de lo que había pasado.
En diálogo con Telenoche, Judith explicó que en un primer momento pensó que el joven había tenido un accidente de tránsito y que se quedó con el durante varias horas, hasta que descubrió que tenía una herida de bala en el pecho.
Además, cuestionó duramente a los efectivos de seguridad y en especial a Maximiliano González, quien se encuentra detenido por haber sido quien hirió de muerte al adolescente durante un operativo de control.
“Él fue a la cena del club donde juega al fútbol y de ahí se iba todas las noches a jugar a la pelota al anfiteatro. Lo llamé a la 1.05 para decirle que viniera temprano, que ya se volviera, él me dijo que ya salía y a los 20 minutos me vinieron a avisar que lo habían chocado”, relató la mujer.
Con la voz quebrada, la mamá de la víctima recordó que cuando se acercó hasta el lugar de los hechos vio que Olivera “estaba tirado” y que “nadie decía nada” de lo que había ocurrido. También aseguró que “la ambulancia nunca vino” porque la Policía “no la llamó” debido a que “ya sabía de entrada que estaba muerto”.
“Me quedé con él y como a la hora le descubro un tiro en el pecho. Nadie me dijo nada. Le levanté la remera y vi que tenía un tiro en el pecho. Cuando llegué pensé que lo habían chocado y que se había desnucado”, relató.
Según informaron fuentes del caso a Infobae, los peritos de la Federal secuestraron una vaina servida en el lugar. Ahora, el elemento se coteja con la pistola reglamentaria, una Bersa Thunder calibre 9mm, del oficial Maximiliano González: el policía bonaerense acusado por el crimen y aprehendido por orden de la fiscal Caro, quien le imputó el delito de homicidio agravado por ser funcionario policial.
“Lo más seguro es que la vaina coincida con el arma del policía”, indicó un investigador del caso. También, se espera que en las próximas horas comience la autopsia sobre el cuerpo del menor, para determinar las causales de su muerte. Los investigadores se encuentran recolectando material probatorio, ya sea de cámaras de seguridad de la zona y declaraciones de testigos, para mañana llamar a indagatoria al policía González acusado por el crimen.
González, por su parte, trabajaba hace tres años como policía en Miramar, confiaron desde la fuerza bonaerense. Las fuentes aseguraron que el policía era oriundo de esa ciudad balnearia. Incluso, dijeron, que el oficial vivía en el mismo barrio que Luciano. “Seguramente se conocían”, indicó a Infobae una fuente del caso.
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