Mientras los investigadores intentan reconstruir la sucesión de hechos donde Luciano Olivera, un joven de 16 años, terminó con una bala policial que le atravesó el pecho y lo mató, la fiscal del caso, Ana Caro, ordenó a la división Científica de la Policía Federal realizar los peritajes balísticos en la escena del violento episodio ocurrido esta madrugada en la ciudad de Miramar, partido de La Costa.
Según informaron fuentes del caso a Infobae, los peritos de la Federal secuestraron una vaina servida en el lugar. Ahora, el elemento se coteja con la pistola reglamentaria, una Bersa Thunder calibre 9mm, del oficial Maximiliano González: el policía bonaerense acusado por el crimen y aprehendido por orden de la fiscal Caro, quien le imputó el delito de homicidio agravado por ser funcionario policial.
“Lo más seguro es que la vaina coincida con el arma del policía”, indicó un investigador del caso. También, se espera que en las próximas horas comience la autopsia sobre el cuerpo del menor, para determinar las causales de su muerte. Los investigadores se encuentran recolectando material probatorio, ya sea de cámaras de seguridad de la zona y declaraciones de testigos, para mañana llamar a indagatoria al policía González acusado por el crimen.
González, por su parte, trabajaba hace tres años como policía en Miramar, confiaron desde la fuerza bonaerense. Las fuentes aseguraron que el policía era oriundo de esa ciudad balnearia. Incluso, dijeron, que el oficial vivía en el mismo barrio que Luciano. “Seguramente se conocían”, indicó a Infobae una fuente del caso.
El sumario policial del hecho -al que accedió Infobae- asegura que cerca de las 4 de la madrugada el Comando de Patrulla de Miramar intentó identificar a un joven a bordo de una moto Yamaha YBR de 125 cc color roja que supuestamente se dio a la fuga al ser alertada en la zona de la plaza principal de la ciudad balnearia.
Cuando la moto fue interceptada por otro móvil del comando, luego de una alerta radial, Luciano detuvo su marcha. Pero luego, según se informa en el sumario, el joven volvió a encender el motor y se dirigió contra uno de los cuatros policías que intervenía en el procedimiento.
Ahí fue cuando uno de los oficiales, identificado como Maximiliano González, disparó su pistola reglamentaria. De acuerdo a su propio relato, el disparo se le escapó. A pesar de las tareas de reanimación que le practicaron, cuando llegó la ambulancia Luciano ya estaba muerto.
Tras el brutal hecho, familiares y vecinos se acercaron a la escena y comenzaron a protestar reclamando justicia que derivaron en un enfrentamiento con los efectivos que trasladaban el cuerpo.
Los incidentes se produjeron alrededor de las 8:45 cuando los familiares y amigos de Luciano se acercaron hasta el cruce de calle 34 y la avenida 9, el lugar donde ocurrió la muerte. Por el hecho hay un uniformado detenido, Maximiliano González.
Hubo insultos y piedrazos por parte de los familiares y amigos, que exigían explicaciones por lo ocurrido. La Bonaerense, por su parte, respondió con balas de goma y el clima se caldeó.
Una prima de Nicolás recibió dos balazos en el cuello, mientras que Nicolás Galante, periodista de radio Brisas, recibió otro en uno de sus brazos. “La situación es compleja. Se necesita que alguna autoridad de explicaciones. Cuando trasladaron los restos del joven fallecido de un disparo en el pecho por parte de un efectivo de la policía de la provincia de Buenos Aires, la situación se tornó violenta”, detalló el periodista en el portal InfoBrisas. Y agregó: “No recuerdo situaciones de gatillo fácil como esta en Miramar”.
“Lo ataron por la espalda. Tenía 16 años. Son unos hijos de puta”, se la escuchó gritar a una de las vecinas que se acercó para brindar su apoyo a la familia de Luciano. “Si se ponen el uniforme es para respetarlo y no para tirar tiros por tirar. No respetan a nadie”, se indignó la mujer.
De acuerdo al relato de la tía de Luciano, el chico “salía de jugar a la pelota y se iba para la casa”, tal como ocurrió con Lucas González, baleado por la Policía de la Ciudad semanas atrás en Barracas. Entrevistada por TN, contó que cuando su sobrino vio al patrullero “salió corriendo para que no le sacaran la moto porque no tiene registro, lo tiraron de la moto y lo mataron.
“Los amigos estaban en la esquina mirando todo”, agregó.
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