A.A.P., un contador de 52 años, fue encontrado sin vida dentro de su estudio de la localidad de Remedios de Escalada. Su cuerpo estaba desnudo, atado de pies y manos y amordazado. Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, investigan si la muerte se dio en medio de un acto sexual.
El hallazgo se produjo en un departamento del cuarto piso de un edificio ubicado en la calle Ministro Brin al 4500 por efectivos del Comando Patrulla de Lanús, quienes llegaron junto a una ambulancia del SAME, tras un llamado al 911. Al ingresar en la oficina, los médicos del servicio de emergencia observaron que el cuerpo de A.A.P estaba boca abajo, sus pies estaban atados con un cinto, sus manos con precintos y amordazado con una cinta adhesiva.
No fue lo único que encontraron. Los policías observaron además que en una mesa ratona había varios preservativos y un gel íntimo. Después, los profesionales médicos -tras una primera observación al cadáver- establecieron que la muerte se produjo por asfixia. Por eso, los investigadores creen que el desenlace fatal se dio en el marco de un acto sexual.
Al llegar al edificio de la calle Ministro Brin, los uniformados se entrevistaron con L., el hijo del contador, quien les indicó que su padre estaba separado hace algunos meses de su anterior pareja y vivía en el mismo lugar donde tiene su estudio contable. La investigación quedó a cargo del fiscal Ariel Huarte, de la Unidad Funcional N° 7 de los tribunales de Avellaneda - Lanús, quien calificó el expediente como averiguación de causales de muerte.
Un dato relevante para la investigación es que los accesos al departamento no estaban violentados, por lo que ahora deberán establecer si A.A.P. estaba solo al momento de morir o en compañía de alguien conocido.
Según registros oficiales, el hombre de 53 prestaba servicios de contabilidad, auditoría y asesoría fiscal y estaba afiliado a la Obra Social Acción Social de Empresarios. Su domicilio principal es el departamento donde fue encontrado muerto, aunque tiene registrados otros dos en Remedios de Escalada y otro en Lanús.
Otra muerte misteriosa de un contador
Hace algunos meses, en la ciudad de Paraná, en Entre Ríos, el contador Gonzalo Calleja (29) fue encontrado muerto en un descampado. Según la autopsia, falleció asfixiado. La última persona con la que se comunicó había sido su novia. Luego, no se supo nada más de su paradero y la familia rápidamente denunció el hecho.
La policía local se puso a trabajar para dar con el joven profesional hasta que finalmente se confirmó la peor noticia. El cuerpo del joven fue hallado por una vecina en medio de un fuerte operativo de la policía local, que incluyó perros, un drone y un helicóptero, en un descampado con densa vegetación y a pocos metros de un árbol en la zona oeste de Paraná.
Allí se encontró el cuerpo de Calleja, quien fue identificado por sus familiares, que se acercaron al lugar. Su Ford apareció abandonado a unas ocho cuadras. “Había 9 mil dólares en la guantera”, confirmó una alta fuente de la investigación en ese momento a Infobae.
Poco después, el padre y el hermano de Gonzalo reconocieron el cuerpo en la morgue judicial de Oro Verde. El fiscal Santiago Alfieri acusó a cuatro hombres por homicidio criminis causa, algunos de ellos con antecedentes peligrosos. La investigación del homicidio de Calleja tuvo varios indicios que siempre apuntaron al mismo grupo. Primero hubo un detenido, supuestamente un miembro de esa banda, Brandon Comas, quien pudo demostrar que estaba en Concepción del Uruguay al momento del hecho. Roda también fue demorado, pero no hay indicios que lo comprometan.
Sin embargo, a inicios de esta semana apareció un testigo que pidió mantener su identidad bajo reserva y mencionó a los hasta ahora cuatro imputados: Ramiro Colman, Alberto Enrique Osuna, Ezequiel David Morato e Iván Elías Garay.
¿Lo asesinaron para robarle los dólares que llevó o hubo un conflicto en esa casa que terminó de la peor manera? La hipótesis del robo es la oficial. Se sabe, según aportaron allegados a Calleja, que el contador fue con 17.000 dólares. En el auto Ford Fiesta fue hallado estacionado en a calle Suipacha, con 9.500 dólares en la guantera.
Es decir que bajó con 7.500 para vender. Lo cierto es que cuesta creer que una banda acostumbrada a robos muchos más cuantiosos y planificados asalte a un conocido en su propio territorio. No se descarta en la mente de los investigadores una discusión en torno al precio de vente a de la divisa entre el contador y jóvenes muy violentos, que terminó trágicamente.
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