Los nueve policías bonaerense de San Clemente del Tuyú que siguen detenidos por el asesinato de Alejandro Martínez (35) están ahora más comprometidos en la causa judicial que se les sigue.
Ante la elaboración del primer informe de autopsia, el ministro de Seguridad Sergio Berni había salido al cruce para cuestionar el estudio. En ese sentido remarcó que “para matar y determinar una muerte por asfixia debe haber una lesión en el cuello y en el estudio que se presentó en la causa, no había lastimaduras en esa zona”, se quejó. Sin embargo, a los pocos segundos recalculó: “Quiero que quede claro que no estoy defendiendo a nadie. Solo quiero saber qué pasó”, agregó.
La nueva autopsia se realizó el pasado jueves en el Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora. El cuerpo de Alejandro Martínez (35) fue preservado para el segundo estudio, autorizado por la Justicia de Dolores y ordenada por el fiscal del caso, Pablo Gamaleri.
El procedimiento se realizó con peritos de ambas partes, defensa y la familia Martínez, constituidos como particulares damnificados en el expediente. “Está cagado a palos”, se le escuchó decir a algunos de los allí presentes, incluso a quienes defienden a los policías, confirmaron fuentes del caso a Infobae. En tanto, la perito Virginia Creimer, que fue perito de parte en la causa que investiga la muerte de Facundo Astudillo Castro, esta vez en representación de la familia Martínez, indicó en su dictamen que “el cuerpo presentaba múltiples lesiones, politraumatismos en el cráneo, en el rostro, en extremidades y en la zona del tórax”.
La especialista agregó: “Tiene marcas que coinciden con una golpiza y en el hemitórax derecho se observa una lesión compatible con una patada a modo de puntapié dada por los policías”. Los golpes que registraron los peritos también se asemejan a lesiones provocadas por un objeto duro y romo similar a un palo o tonfa. Las “macanas” de los policías no fueron incautadas hasta hoy, algo que revela una posible falencia en la investigación. Tampoco se incautó la mochila de la víctima en cuyo interior se cree que Alejandro llevaba cerca de 350 mil pesos, una cifra proveniente de una extracción bancaria que consta en la causa.
Creimer también agregó que “existen marcas que permiten sostener la existencia de que hubo múltiples agresores”.
El nuevo estudio ya fue agregado a la causa penal y en los próximos días la fiscalía a cargo del caso deberá decidir si solicita la prisión preventiva para los nueve policías de la Bonaerense.
El abogado Miguel Molina representa a la familia de Martínez. No descarta que la motivación de los policías para darle muerte a Alejandro se haya dado por el dinero que cargaba en su mochila. Hasta ahora las pertenencias de la víctima no se encontraron y su destino es un misterio.
Una semana antes del asesinato, Martínez había cobrado una suma superior a los cinco millones de pesos en el marco de un juicio laboral en el que litigó contra una empresa de limpieza que lo había empleado. El recibo de una extracción bancaria en una sucursal del banco Santander y que ilustra esta nota prueba que tenía ese dinero entre sus pertenencias.
En el expediente también constan las capturas de pantalla de Facebook Messenger en las que se muestra cómo los policías de San Clemente intentan hallar a familiares de Alejandro, el fin de esta búsqueda estaba dado para contar que habría muerto por sobredosis y en la calle. Esta actitud constituye un indicio importante a la hora de fundar la acusación ya que la fiscalía entiende que de esta manera se omitió dar a conocer la verdad de los hechos. Así, una posible maniobra por encubrimiento quedó al descubierto.
El caso
El pasado 18 de noviembre, Alejandro Martínez (35) fue encontrado muerto en una celda de la Comisaría Tercera de San Clemente del Tuyú. Minutos antes, había sido demorado por la policía en el Hotel Fontanebleu por provocar desmanes. Se encontraba alterado y en estado de alucinación. Una vez arrestado y en lugar de trasladarlo a un centro médico, los policías lo llevaron a la seccional ubicada sobre Avenida San Martín. A las pocas horas fue hallado sin vida en uno de los calabozos.
De inmediato, el fiscal Pablo Gamaleri de la UFI N°11 de la jurisdicción, se dirigió al lugar del hecho y ordenó allanamientos y detenciones. La Policía Federal arrestó a 9 uniformados, entre ellos los que hicieron la detención y todos los que estaban en la guardia de la Comisaria.
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