El expediente donde se investiga el femicidio de Nancy Videla cuenta con un testimonio clave: el de una mujer que alquilaba en una de las habitaciones de la casa donde se encontró el cuerpo de la víctima. La misma donde vivía Damián Lezcano Mendoza, el único detenido y principal sospechoso.
En su declaración, esta persona contó detalles reveladores que le permitieron a los investigadores armar parte de la secuencia previa y posterior al asesinato. Infobae accedió a de manera completa a este texto en el que, además, el juez Diego Slupski se declaró incompetente y envió la causa a un juzgado de Lomas de Zamora.
El mismo jueves 2 de diciembre, cuando se encontró el cuerpo Nancy, los investigadores, comandados por el fiscal Marcelo Munilla Lacasa, le tomaron declaración testimonial a una de las inquilinas que vivía en una de las habitaciones de la casa de Lezcano Mendoza. Cada palabra de las que mencionó, bajo juramento de decir verdad, fueron vitales para la investigación.
D.S.I. comenzó relatando desde cuándo vivía en ese lugar y dio detalles de cómo funciona la vivienda que posee 4 habitaciones en alquiler: aseguró que está allí desde el 10 de noviembre de este año.
Según precisó la mujer, el domicilio ubicado en Bucarest al 2531, en la localidad de Ingeniero Budge, consta de varios departamentos monoambientes, en uno de los cuales vive el dueño de la propiedad, principal acusado por el homicidio.
El departamento ocupado por Lezcano es el que se encuentra ingresando “desde la vereda por un pasillo a la derecha, el cual se ve de frente desde el lado izquierdo” y era utilizado por la testigo para cocinar.
De acuerdo con la versión de D.S.I., fue justamente un día en el que estaba en la vivienda del sospechoso cocinando que “sonó un teléfono celular” que el hombre de origen paraguayo “tenía escondido arriba de un pequeño techo”.
En la declaración figura que el acusado “tomó” rápidamente el aparato “dándole la espalda” a su inquilina, al tiempo que intentaba silenciarlo “tocando la pantalla varias veces”.
“Este es el celular de mi hija que se le olvidó acá”, le dijo Lezcano a la testigo, a pesar de que ella no le había preguntado nada al respecto.
La sospecha de los investigadores es que ese era el celular de Nancy, que hasta el momento no fue encontrado.
Al ser consultada por la víctima, la mujer precisó que “nunca había mantenido diálogo” con ella, pero que sí la conocía porque el sospechoso “me comentó que una chica llamada ‘Nancy’ concurría frecuentemente a la casa a tomar mates con él”.
Además, la declarante dijo que el prestamista de 70 años también “me había mostrado la foto de perfil de ella a través de la plataforma WhatsApp”, donde la tenía agendada entre sus contactos, y comentó que esa imagen coincidía con la que días más tardes “aparecía en la televisión”, cuando Videla todavía estaba siendo intensamente buscada.
Asimismo, D.S.I. contó que el acusado por el homicidio le detalló que Nancy venía de Rosario, que estaba sola y que ante las carencias que tenía, la ayudaba: “Mirá que linda muchacha”, le dijo.
Por otra parte, la testigo precisó que “Lezcano me había comentado que Nancy tenía una ex pareja, llamado Alan, quien la volvía loca”, y que cada vez que hablaba con Lezcano parecía que el estuviera “obsesionado con ella”.
Siempre según el relato de esta mujer, en una ocasión el sospechoso incluso le pidió ayuda para revisar el Instagram de la víctima: “¿Vos sabes manejar las redes sociales? Porque yo la verdad que no entiendo y me parece que esta chica me miente, me parece que tiene un novio”, le habría explicado.
Cuando se enteró de que Nancy estaba desaparecida, la testigo aseguró que “le pedí el teléfono a Lezcano, y cuando lo obtuve intenté ubicar la conversación que éste mantenía” con la víctima, pero notó “que la misma estaba borrada, así como también el contacto”.
Otro hecho revelador que también llama la atención ocurrió días más tardes, cuando la mujer, que aportó todos estos datos clave para la investigación, vio al acusado abrir la heladera del departamento y “sintió un olor nauseabundo, como si hubiera carne podrida”, y sostuvo que la peste se fue haciendo más fuerte “a medida que los días iban transcurriendo”.
La justicia sospecha que la carne podrida era una maniobra para disimular el olor del cadaver de Nancy.
La testigo explicó que el lunes siguiente a la desaparición, Lezcano realizó un pozo en forma de “L” en uno de los departamentos de la vivienda y le dijo “que lo hacía con el fin de arreglar una cañería, sin que yo le hubiera preguntado nada al respecto”. En ese mismo lugar fue donde más tarde el acusado hizo el contrapiso donde se encontró el cuerpo de Nancy.
Por último, ya con la investigación avanzada, el sospechoso le manifestó a la testigo: “A vos si te preguntan algo sobre Nancy no digas nada, porque la gente es muy chismosa. Cualquier cosita que te pregunten vos no viste nada, no sabes nada y no la conoces”.
El constructor y prestamista paraguayo de 70 años está acusado de “homicidio agravado por violencia de género” (femicidio) por el asesinato de Videla, a quien habría golpeado y asfixiado, según se supo sobre las causas de la muerte luego del resueltado de la autopsia.
Este viernes, el hombre se presentó vía Zoom frente al juez Diego Slupski, que para ese entonces todavía estaba a cargo de la causa, y se negó a declarar, mientras que su defensa pidió la excarcelación.
Según registros oficiales, Lezcano ya tenía una imputación en un expediente por homicidio simple en la jurisdicción de La Matanza, investigado por la UFI N°2 de ese partido bonaerense, todavía sin resolución, que data de 2002 con una condena de un tribunal de la zona.
En el mismo escrito donde figura la declaración de la testigo, el juez Slupski se declaró incompetente y envió la causa a un juzgado de Lomas de Zamora: “Considero que el suceso debe quedar a cargo de un único Tribunal, en este caso, donde la víctima fue vista por última vez (inmediaciones de la estación Lanús) y donde fue hallado su cuerpo, en Ingeniero Budge, Lomas de Zamora”, señaló el magistrado.
Antes de finalizar el escrito, el magistrado hizo referencia a la declaración indagatoria de Lezcano Mendoza . Si bien el imputado se negó a declarar pronunció unas palabras: “No voy declarar, no me encuentro en condiciones. Me duele la cabeza y no cuento con mis remedios. Escuche, no entiendo. No entra en mi cabeza. No entiendo nada, estoy perdido. No entiendo nada“.
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