La pericia balística por el crimen de Lucas González, el joven futbolista asesinado por policías de la Ciudad dos semanas atrás en un caso de gatillo fácil, arrojó sus primeros resultados. Sin embargo, a pesar del análisis, el misterio continúa. Todavía no se sabe cuál de los tres policías detenidos por la autoría material del hecho es quien disparó la bala que se insertó en el cráneo del jugador y le quitó la vida.
El estudio fue encargado a la Policía Federal por el fiscal del caso, Leonel Gómez Barbella. Comenzó el viernes último y continuó en los primeros días de esta semana, fue realizado sobre las armas reglamentarias secuestradas al inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nieva, así como a las vainas servidas en la escena y los cuatro agujeros de bala detectados en el Volkswagen Suran azul en el que Lucas viajaba con sus tres amigos.
Sobre la bala alojada en el cráneo, se determinó un resultado negativo para López y Nieva. El estudio, por el momento, es inconcluyente para Isassi, el de mayor rango entre los tres. De todas formas, los resultados son considerados preliminares y el cuadro probatorio para imputar el homicidio, entre otros delitos, es lo suficientemente robusto, consideran investigadores del caso. Al menos dos de los detenidos reconocieron haber tirado en sus declaraciones indagatorias, entre ellos Isassi.
Los tres policías, cuyas defensas suspendieron con un planteo la reconstrucción del hecho realizada ayer en Barracas, fueron acusados de homicidio agravado por su condición de policías, tentativa de homicidio, todo con alevosía, falsedad ideológica, privación ilegítima de la libertad. Podrían recibir la pena de prisión perpetua.
Los tres efectivos relataron la misma historia: que patrullaban la zona en una tarea de inteligencia contra un grupo narco de la Villa 21-24, a la espera de la firma de allanamientos, en una causa a cargo de una fiscalía porteña especializada.
“En ese momento que estábamos gritando ‘policía’, en ese momento ellos aceleran, y el vehículo se abalanza directamente hacia mí. Yo sentí que atentó contra mi vida en ese momento”, aseguró Isassi en su indagatoria
“Me colisiona a mí, y lo colisiona a Nieva, yo quedo entre el vehículo mío y el de ellos, quedo apretado. En ese momento que él acelera y me choca yo efectué un disparo”, completó el inspector. Poco después, la escena culmina. No hay nada en el testimonio sobre la réplica de arma de fuego supuestamente plantada en la Volkswagen Suran, uno de los puntos más oscuros del caso.
El Juzgado de Menores N°4, el primero en intervenir en el caso, detalló en un escrito el material incautado, que hoy es estudiado por la PFA. El propio fiscal Gómez Barbella ordenó la pericia al recibir el expediente, luego de que el juez Alejandro Cilleruello se declarara incompetente:
“Se secuestró una pistola marca Pietro Bereta modelo PXStorm serie PX260108, con cartucho en recámara y diez cartuchos en almacén perteneciente al Oficial Mayor Fabián Andrés López; una pistola marca Pietro Beretta modelo PX 4sotrm serie PX89456 con cartucho en recámara y trece en almacén cargador perteneciente al Inspector Gabriel Isassi y una pistola marca Bersa modelo Thunder 9 serie 11528763, con cartucho en recámara y catorce cartuchos en almacén cargador perteneciente al Oficial Nieva; todas ellas calibre 9mm. Asimismo, se procedió al secuestro de un fragmento de plomo hallado en el boulevard sobre cinta asfáltica tres vainas servidas y una vaina servida ubicada debajo del rodado, una vaina servida ubicada en el interior del rodado, en el lado delantero izquierdo”.
El texto continúa: “También, se determinó que sobre el vehículo Suran se constataron cuatro improntas atribuibles a disparo de arma de fuego, ubicadas sobre el parabrisas lado derecho, en la ventanilla de la puerta trasera derecho en el respaldo del asiento delantero derecho -de donde se extrajo un plomo de proyectil allí alojado-, sobre el guardabarros trasero izquierdo, del cual se extrajo un fragmento encamisado y finalmente sobre Perdriel al 1270 sobre la vereda se halló un proyectil encamisado deformado”.
“Desde el hospital donde fuera derivado el joven González se hizo entrega a la instrucción de una bolsa color verde conteniendo un par de zapatillas blancas, remera negra, par de aros, un par de medias un short de color negro, calzoncillo azul como así también un encamisado de proyectil similar a esquirla de bala, labrándose las correspondientes actas”.
La reconstrucción de ayer suscitó una controversia en el expediente. Los abogados defensores de los policías impidieron el procedimiento al argumentar que no fueron citados sus defendidos, un pedido que fue aceptado por el juez del caso, Martín del Viso.
El fiscal Gómez Barbella tuvo sus motivos: había recibido una recomendación de la DOVIC, el ala de la Procuración que trabaja en asistencia y contención a las víctimas y que interviene en el caso, que alertaba la posibilidad de que poner a los tres jóvenes sobrevivientes frente a frente con los policías profundizaría aún más el trauma. Los sobrevivientes, que el fiscal considera que fueron víctimas de tentativa de homicidio y de una causa armada, que pasaron 48 horas en un instituto de menores, participaron de la reconstrucción.
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