Cuando los investigadores de la DDI de Mar del Plata vieron la publicación en el sitio Market Place de Facebook, enseguida activaron la búsqueda para dar con el vendedor: ofrecía una munición de artillería de 150 milímetros tipo AP de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas como quien se desprende de un ropero.
“Era de esas que se tiraban y destruyen una casa”, explicaron los investigadores consultados sobre el poder de ese proyectil. No bien se obtuvo la dirección del vendedor marplatense, se dispuso un allanamiento para secuestrar el armamento.
En la casa del joven de 28 años, que no tiene vínculos con la Fuerzas Armadas -según se estableció-, los policías encontraron no sólo la munición que se vendía por las redes sociales sino también un revólver calibre .32 largo, marca Doberman, que tenía la numeración suprimida.
En el allanamiento trabajó personal de la Superintendencia de Seguridad Siniestral de la Delegación de Explosivos de Mar del Plata con el fin de extremar todos los cuidados dado la peligrosidad de la munición. Fueron clave. Es que estaba sin carga.
“Por suerte, la munición no tenía letalidad ni poder ofensivo: estaba vacía. Igual, se secuestró y ahora tendrá fines académicos para la Policía Científica ya que son muy raras”, detallaron las fuentes consultadas casi como anécdota.
Así, la causa por tenencia ilegal de artefacto explosivo de uso militar y tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil contra el joven que vendía la munición -que resultó inofensiva-, y que tramitaba en la UFI N°1 de Mar del Plata, a cargo de Florencia Salas, quedó reducida a un expediente por el delito por tener un revolver sin la autorización correspondiente.
Este caso finalmente terminó siendo un susto pero el hallazgo de artillería en manos de civiles sin las debidas autorizaciones son más frecuentes de lo que se cree. Por caso, el 3 de septiembre pasado se conoció que un paciente psiquiátrico diagnosticado con esquizofrenia de 44 años tenía un arsenal en su departamento de Chacarita compuesto de escopetas, pistolones y hasta una carabina.
El hombre fue arrestado en su casa de la avenida Forest al 800 tras una denuncia de que ese vecino podría poseer una importante cantidad y variedad de armas en su vivienda.
Ingeniero, soltero y sin relación con los vecinos, tenía su puerta blindada y siempre vestía de blanco. Trabajaba en la Central Hidroelétrica de Atucha hasta que fue cesanteado por su carpeta psiquiátrica. Lo curioso es que el ex RENAR le había concedido autorizaciones de tenencia de armas de guerra para colección. Sin embargo, cuando el organismo fue notificado de la salud mental del imputado, le revocó todas las autorizaciones y lo intimó a la devolución de armas.
Pese a eso, no lo habían encontrado hasta que fue detenido con una escopeta Ithaca calibre .12, una escopeta Legend calibre .12, dos pistolones calibre 32, una pistola Bersa semiautomática calibre .9, otra Bersa .22, una Glock 9 milímetros, un revolver calibre .44 y carabina semiautomática Smith & Wesson.
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