Carlos Manuel A., el joven de 17 años que golpeó al playero de un estacionamiento de Monserrat y lo dejó al borde de la muerte, lleva 72 horas prófugo de la Justicia. A pesar de que pesa sobre su cabeza una orden de captura firmada por la jueza Carla Cavallieri, su familia decidió no entregarlo y las autoridades aún no lo encuentran. Su abogado amenazó públicamente con abandonar su defensa si no se pone a derecho. Mientras tanto, Infobae descubrió los antecedentes del menor. Además, los investigadores sospechan que el auto que originó la discusión estaría a nombre de un testaferro.
El episodió ocurrió el viernes 19 de noviembre en el garaje ubicado en la calle Moreno al 800, después de que un joven le recriminara al playero Arturo López, de 63 años, que su auto supuestamente estaba rayado. Las imágenes de la agresión quedaron registradas por la cámara de seguridad del lugar. En el video se puede observar cómo el agresor, acompañado por su madre y sus hermanos, le reclamó al playero por el daño a su vehículo, un BMW.
Después de acercarse a la cabina de cobro del estacionamiento, el joven le propinó un fuerte golpe de puño en la mandíbula a López que lo dejó inconsciente en el acto. Arturo no tuvo tiempo ni de defenderse y apenas fue atacado, cayó y golpeó su cabeza contra el piso.
López permanece internado en la terapia intensiva de la clínica ITEBA con un cuadro de “trauma craneoencefálico moderado, con una hemorragia intraparenquimatosa y hemorragia subdural”. Su situación es sumamente delicada y, a pesar de que en las últimas horas respondió a algunos estímulos generados por los médicos, aún se debate entre la vida y la muerte.
Si bien el hecho se produjo el viernes 19, la Justicia no pareció moverse demasiado en los días posteriores al ataque. Según denunció Agostina, una de las hijas de la víctima, ni siquiera recibieron un llamado por parte de la fiscalía del caso.
Recién el expediente comenzó a moverse cuando el video de la cámara de seguridad se difundió en los medios de comunicación. Eso fue el miércoles pasado. Ese mismo día, el abogado de Carlos Manuel A. se presentó en la fiscalía del doctor Sebastián Fedullo, fiscal original del expediente, para aportar los datos del acusado. Adjuntaron una fotocopia del DNI, fijaron un domicilio y sumaron la información de los padres. Allí, la Justicia se enteró de que el acusado era menor y se envió el expediente al fuero penal juvenil. Ese día el joven fue notificado de que tenía una causa por lesiones graves en su contra.
El viernes por la mañana, al filo del fin de semana, el fiscal juvenil Mauro Tereszko solicitó a la jueza Carla Cavallieri la detención del menor. La magistrada firmó la solicitud ese mismo día a la noche y se enviaron las ordenes de arresto a las fuerzas de seguridad.
Desde ese momento, Carlos Manuel A. está desaparecido.
Fuentes de la defensa del agresor aseguraron a este medio que la decisión de mantenerse prófugo es pura y exclusiva de los padres del joven. “Lo conversado con la familia era que se iba a presentar el viernes pero cuando vieron que salió la orden de detención se asustaron y ahora no quieren saber nada. El chico ya no decide sino que son los padres los que tienen las riendas de su destino. Por el momento no quieren ponerlo a derecho”, asegura un hombre clave en el expediente.
El padre del menor, llamado Reinaldo Javier Rivera A., tiene domicilios en Caleta Olivia, Santa Cruz. En el registro automotor figuran a su nombre varios autos, algunos de ellos de lujo. Según esos documentos, el padre del agresor posee una camioneta Jeep, un Mercedes Benz modelo ML350 CDI Matic y un Toyota Corolla de hace un par de años. Todos los vehículos tienen una cedula azul a favor de su hijo prófugo, Carlos Manuel.
En esa lista de vehículos no figura el BMW patente MHA que fue el eje de la discusión que derivó en la golpiza que dejó mal herido a López. Es que, según investiga la Justicia, ese vehículo estaría a nombre de una tercera persona. Es decir, un testaferro.
En los registros figura que el vehículo alemán está a nombre de un tal Abelardo F. y que lo adquirió en diciembre del año pasado por $1.800.000. Apenas terminó la transacción, hizo cedulas azules para Rivera A. y su hijo. El dueño del vehículo no cuenta con un trabajo en blanco desde el 2015.
Esta no es la primera vez que Carlos Manuel se enfrenta con la Justicia. El 21 de septiembre de este año ingresó a la comisaria 14C de la Ciudad de Buenos Aires una denuncia contra el joven por el delito de estafa y defraudación. Según fuentes judiciales, no sería el único imputado en esa causa y se trataría de una operación espuria de compra-venta de un auto.
Mientras las fuerzas de seguridad siguen los pasos del prófugo, el abogado del menor, José Pereyra, tendrá una reunión esta misma tarde con la familia del menor. La postura del letrado es que debe ponerse a derecho pero los padres se resisten. En ese encuentro se decidirá si finalmente lo entregan o prefieren que siga viviendo en la clandestinidad, al menos hasta ser capturado.
SEGUIR LEYENDO: