Un policía bonaerense fue imputado y, al menos, otros 24 efectivos son investigados por la Justicia y por la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad provincial tras ser denunciados por herir a 11 jóvenes con balas de goma, tras una fiesta realizada el fin de semana en una casa de la localidad de Loma Verde, en el partido de Escobar.
La fiesta privada realizada por los adolescentes terminó de forma brutal. De acuerdo a la denuncia de los chicos, agentes de la Policía bonaerense irrumpieron con disparos de balas de goma y dejaron al menos 11 heridos. Según Paula Palacios, la dueña de casa, uno de los jóvenes recibió al menos ocho impactos de perdigones en la zona de la nuca, y otro quedó con la visión de un ojo comprometida.
A raíz de ello, el fiscal Martín Zocca, de la UFI 1 de Delitos Complejos, de Zárate- Campana, ordenó el secuestro de 11 escopetas tipo Ithaca, calibre 12/70, para establecer si fueron las utilizadas por los policías. Y, e las últimas horas, imputó a un agente por el delito de “vejaciones”, mientras que otros 24 están siendo investigados, según dijeron a la agencia de noticias Télam fuentes judiciales.
El momento de máxima tensión se produjo alrededor de las 6 en una casa ubicada en Nigromante al 400, entre Los Tilos y Los Aromos. Los incidentes arrancaron en el cierre de la fiesta, cuando los chicos se estaban despidiendo, dos discutieron y se pelearon.
Según la versión policial, los agentes intentaron separar a los adolescentes, pero desde el interior de la casa comenzaron a agredirlos. Respondieron a los tiros, con escopetas con postas antitumulto. La dueña de casa negó esa versión y dijo que los policías ingresaron directamente disparando.
“Le dije a una mujer policía que por favor los llevara al hospital porque se estaban muriendo y me respondió que no se iba a hacer cargo”, denunció Paula y agregó que eran cerca de 20 los policías, que llegaron en varios patrulleros e ingresaron a la fuerza: “Se pusieron en línea frente a la casa con los chicos como un blanco”.
“Se metieron adentro de mi casa, pusieron a los chicos en posición fetal, les dieron patadas en la cabeza y les apuntaron en la cabeza”, detalló la mujer, quien agregó: “Es un desastre lo que pasó. Acá no vino ninguna ambulancia para llevar a los chicos y hasta hoy nadie se hizo presente”.
El ataque quedó registrado en el teléfono celular de uno de los asistentes. En esas imágenes, a uno de los jóvenes que estaba en el suelo se lo observa gritando y llorando, con manchas de sangre y heridas en el abdomen. “Ayudame”, exclama uno de los afectados en el video. De fondo, se escuchan disparos de otros patrulleros que habían llegado al lugar.
Voceros policiales, por otra parte, expresaron que una oficial tuvo que ser atendida por un traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento, al ser alcanzada por una piedra lanzada desde el interior de la vivienda.
A la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense la denuncia ingresó el martes por “exceso en medios empleados en procedimiento policial”, por lo que se inició un sumario interno ya que se está identificando el personal que actuó en el hecho.
Según fuentes de la investigación, durante el procedimiento uno de los jóvenes que estaba peleando intentó con un arma blanca robarle el arma reglamentaria a uno de los policías que llegó en la primera patrulla al lugar, por lo que fue reducido y detenido, aunque quedó libre a las pocas horas por orden judicial.
La auditora a cargo del expediente de Asuntos Internos se encuentra analizando los dispositivos AVL de los patrulleros, los cuales indican el lugar, la hora y el lapso de tiempo que estuvo cada vehículo en ese sitio.
“Se están relevando las armas para realizar las pericias correspondientes de balística para determinar cuál de ellas efectuó disparos en función de las vainas que quedaron y para establecer las que percutaron sobre esos cartuchos”, indicó una fuente de la investigación. “Luego se verificará quién era el poseedor de cada una de las armas para poder seguir investigando”, añadió. Las pericias quedaron a cargo de la Gendarmería.
“El blanco eran los chicos. A mí no me dieron ningún tiro. Se metieron adentro de mi casa, fueron atrás de mi patio. Los pusieron a todos en posición fetal, les patearon y pegaron tiros en la cabeza y en el abdomen”, indicó Paula.
Una de las víctimas de las balas fue Joaquín González (18), quien recibió un disparo en su ojo derecho por parte de uno de los uniformados. “Me tiró de frente, a unos seis metros de distancia, sin dar la voz de alto, ni nada. Sentí el impacto de una, fueron segundos”, le dijo al diario El Día de Escobar. “Me metí a la casa agarrándome la cara, porque me sangraba mucho. Me fui hasta el fondo y ahí me encontré con dos oficiales, que me pidieron que me tire al piso. Yo lo hice, pero igualmente me seguían gritando y diciendo de todo. Yo les pedía por favor que llamen una ambulancia, que estaba perdiendo mucha sangre, y uno de ellos me pateó la cabeza y me dijo que me calle la boca. Después vino otro y me pateó también”, reconstruyó.
SEGUIR LEYENDO