El inspector Gabriel Alejandro Isassi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial José Nieva coincidieron en sus indagatorias. Sus declaraciones son totalmente simétricas: todos dicen lo mismo. Los hombres de la Brigada de Sumarios y Prevención de la Comuna 4 detenidos por la muerte de Lucas González (17), ocurrida el miércoles pasado en uno de los accesos de la Villa 21-24 de Barracas, también están acusados de intentar matar a sus tres amigos, además de fabricarles una causa y privarlos ilegítimamente de su libertad.
En el Juzgado N°7, con una investigación en su contra a cargo de la Fiscalía N°32 de Leonel Gómez Barbella, aseguraron que se encontraban en una misión de inteligencia para un inminente allanamiento de una causa narco a cargo de una fiscalía porteña especializada, que se identificaron como policías con sirenas, chalecos y gritos al creer que el Volkswagen Suran podría ser parte de la causa que investigaban.
Luego, afirmaron que el joven que conducía les lanzó el auto encima, que respondieron con fuego. Hubo cuatro tiros en la carrocería del Volkswagen. Otros dos fueron al cráneo y la cara de Lucas.
Nieva aseguró en su declaración producida ayer por la mañana en el Juzgado N°7 que descendió del Nissan Tiida que ocupaba y gritó “policía, policía, apagá el motor”, luego de advertencias previas con sirenas, que lo mismo hizo el inspector Isassi. Allí, como sus compañeros, apuntó contra los sobrevivientes.
Pero los sobrevivientes, que declararon el mismo día que los imputados, dijeron exactamente lo contrario.
“No apaga el motor y avanza, me agrede con el vehículo, me choca, y cuando yo noto que el conductor viene hacia mí -estaba a un metro y medio- hace el volantazo en primera contra mí. Cuando me choca repelo la agresión. Yo disparé, me choca a mí, choca la puerta del auto y se va. Me dolía la pierna, lo veo a mi compañero, el inspector tirado, y bueno, es eso”, continuó Nieva. Isassi, el oficial de mayor rango dentro del Nissan y quien daba las ordenes, también reconoció haber disparado.
“Hay autos con masculinos armados, es una jurisdicción bastante conflictiva. En la villa siempre hay robos, siempre hay armas, narcotráfico. Estamos en un lugar que es bastante jodido. No es Barrio Norte, no es Las Cañitas, es la Comuna 4. Tenemos la zona de la villa que siempre es muy compleja”, dijo López sobre el territorio.
“Entendiendo que circulan armas, que es una zona conflictiva, prestamos especial atención al vehículo y doblamos a la derecha. Hicimos 30 o 40 metros, quizás un poco más, Issasi nos dio la orden de colocarnos los chalecos, yo me puse el chaleco antibala debajo de la campera, y arriba de la campera me pongo el chalequito azul de la Policía de la Ciudad. El oficial Nieva se pone su chaleco antibala que dice ‘Policía de la Ciudad’. En ese momento, cuando estábamos terminando de acomodarnos las prendas, vemos pasar a la Suran de una velocidad moderada a alta”, continuó.
Otra vez, el policía cargó con la supuesta sospecha narco:
“El auto fue directamente contra Isassi y lo choco también a Nieva. En ese momento se escuchan detonaciones y yo por la situación, un auto detenido, polarizado con cuatro personas adentro, un auto que salía de la villa.... Yo no sabía quiénes eran, si tenían armas, si tenían drogas, la verdad no lo sé”, dijo. Allí, tomó su arma y efectuó “tres o cuatro disparos”. “Esto fue una fracción de segundo, es algo que pasó rapidísimo”, afirmó Nieva. Todo esto ocurrió a plena luz del día.
Sin embargo, los sobrevivientes del ataque policial aseguraron que en todo momento creyeron que eran víctimas de un robo y que los policías no solo no se identificaron, sino que también no llevaban insignia policial alguna que los distinguiera, chalecos sin gafete. Todos ellos fueron coincidentes. Y esa coincidencia puso en crisis el relato de los efectivos que continúan detenidos. Uno de ellos, por ejemplo, se negó a responder preguntas del Juzgado N°7.
López, tal como Isassi, denunció haber sido víctima de amenazas. Por quién, no lo explicitó. Afirmó que lo “hostigan continuamente, que orinaron en un tacho y se lo tiraron en la cara, que le manifestaron que lo iban a violar, que iban a matar a su familiar”. Antes de ser trasladado a Tribunales, los tres efectivos habían sido encerrados en una comisaría comunal porteña. El fiscal Andrés Heim, titular de la PROCUVIN, el ala de la Procuración dedicada delitos de violencia institucional y que participa de la causa, pidió que investiguen los dichos de ambos efectivos, que deberán permanecer bajo arresto con otros policías.
Hoy martes, el fiscal del caso continuaba con la toma de testimonios, entre ellos, los de los padres de Lucas, asistidos por psicólogas de la DOVIC, el ala de la Procuración que acompaña a víctimas de delitos. Se espera para los próximos días la pericia que será clave para definir las imputaciones en el expediente: el análisis balístico de las armas de los efectivos y los cuatro impactos de bala en la Suran, ordenado por Gómez Barbella, a cargo de la PFA, que podrá determinar si fue Isassi, Nievas, o Gómez quien mató a Lucas. Isassi es uno de dos efectivos que admitieron haber disparado en Barracas.
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