Este sábado -en medio de la conmoción por el crimen de Lucas González a manos de tres policías porteños- nueve efectivos de la Policía Bonaerense fueron detenidos, acusados de golpear y matar a un detenido en una comisaría de la ciudad balnearia de San Clemente del Tuyú.
Todo comenzó el jueves pasado a la madrugada, cuando Alejandro Nicolás Martínez -un hombre de 35 años oriundo del partido bonaerense de Brandsen pero domiciliado en el partido de La Costa- fue aprehendido por provocar daños en el Gran Hotel Fontainebleau, ubicado sobre la Calle 3 y avenida Costanera.
Poco tiempo después de arribar a la Comisaría 3ra de San Clemente del Tuyú, Alejandro -con varios empleos en blanco como personal de maestranza registrados entre 2007 y 2018 y beneficiario de la Asignación Universal por Hijo- murió dentro de la dependencia.
Los efectivos dieron aviso entonces al fiscal Pablo Gamaleri, a cargo de la UFI N°11 descentralizada de La Costa, quien lleva la investigación y ordenó el traslado del cuerpo a la morgue judicial de Lomas de Zamora para la realización de una autopsia. Ese informe forense reveló que Martínez sufrió numerosos golpes en distintas partes del cuerpo y luego murió como consecuencia de una “asfixia por sofocación”.
Con esa información, el fiscal Gamaleri recalificó la causa de averiguación de causales de muerte a homicidio y solicitó 11 allanamientos en la comisaría, las casas de los efectivos involucrados, el hotel donde ocurrieron los disturbios y el patrullero del traslado, todos a cargo de la Policía Federal.
En los operativos, fueron detenidos en total 9 efectivos, de los cuales, de acuerdo a la información consignada por la agencia Télam, dos o tres deberán responder como autores materiales del homicidio y los restantes en calidad de encubridores.
Los detenidos son el oficial de policía José Carlos Pereyra, quien conducía uno de los patrulleros involucrados en la detención de Martínez; el subcomisario Miguel Alejandro Boulos, jefe del turno; la oficial Evelyn Garofalo que iba como acompañante en el móvil; el oficial Cristian Rohr, también conductor del móvil, la sargento Paola Mansilla y el teniente primero Maximiliano Munche, ambos abocados a la imaginaria de calabozos, el oficial ayudante Sandro Wilfredo Mujica, la oficial y ayudante de guardia Laura Florencia Chiarullo y la sargento Carla Cantarela, también acompañante en el patrullero.
Del relevamiento de testigos, los investigadores obtuvieron el testimonio de un hombre detenido en la comisaría al momento del ingreso de Martínez, quien refirió que Alejandro había llegado a la seccional “exaltado” y que en esas circunstancias los policías comenzaron a apretarlo contra el piso, según informaron fuentes judiciales.
Organizaciones de derechos humanos repudiaron el asesinato de Alejandro en la comisaría y exigieron justicia y celeridad en la investigación. Algunos amigos y familiares del hombre también lo despidieron en redes sociales. “Justicia por vos, tío”, escribió Micaela, una de sus sobrinas.
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