En medio de la conmoción por la muerte de Lucas González, el abogado que representa a los tres policías implicados en la causa apuntó que desde la defensa no descartan las detenciones “por la gravedad del caso”. El letrado Alfredo Oliván además aseguró que sus representados, que fueron separados de la fuerza porteña tras balear al chico de 17 años, “están buscando la explicación acerca de cómo pasó” el hecho. También confirmó que en ese momento estaban abocados a un operativo contra el tráfico de drogas.
A 48 horas de lo ocurrido, Oliván dijo que la reflexión que realizan el inspector Gabriel Alejandro Isassi, el mayor Fabián López y el oficial José Nievas “es de tristeza y dolor”. “Están buscando la explicación acerca de cómo pasó todo. La situación de ellos es de dolor por una muerte lamentable. Obviamente no es comparable a la de los familiares de Lucas”, afirmó en declaraciones a TN.
El abogado calificó lo sucedido como “un hecho dramático” y respecto de la investigación, indicó que prefiere mantener la prudencia mientras avanzan las pericias, “sin asegurar ni negar cualquier hipótesis”.
“Entiendo que la paciencia de la sociedad es poca, pero hay detalles muy puntuales. Los disparos que causaron la muerte fueron dos. Hay que ver quién fue el autor de esos disparos, o si fue más de uno. Hay que determinar cuántos disparos salieron de cada arma, si es que salieron de todas las armas. Quiero saber quién, por qué y cómo disparó”, sostuvo.
Y agregó: “Una persona dispara cuando siente, percibe o imagina una agresión. El contexto hay que entenderlo desde la óptica de la persona que está en esa situación”.
Lo que sí reveló el letrado es lo que estaban haciendo durante la mañana del miércoles los tres oficiales en uno de los ingresos a la villa 21-24, en el barrio de Barracas, donde se produjo la balacera: “Estaban en misiones que les dio el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires por ilícitos vinculados al comercio de estupefacientes”, contó.
Antes de finalizar, Oliván dio a conocer que sus clientes “no tienen sentencias condenatorias”. También aseguró que “no hay riesgo de fuga ni peligro de entorpecimiento de la investigación” y que no descarta pedidos de detenciones por la gravedad del caso. “Si el juez ordena la detención, ellos van a ir a cumplirla”, afirmó.
Este mañana, el titular del Juzgado Nacional de Menores N° 4, Alejandro Rodolfo Cilleruelo, prohibió la salida del país de los tres acusados y, simultáneamente, se declaró incompetente. Así, el expediente pasó al fuero penal de mayores.
El caso
Eran las 10 del miércoles 17 de noviembre y a pocos metros de uno de los ingresos a la villa 21-24, en Barracas, los tres policías de civil de la Comuna 4D, a bordo de un móvil no identificable, un Nissan Tiida, observaron el Volkswagen Suran que salía del asentamiento y lo cruzaron. Según la versión oficial, le dieron la voz de alto para identificar a sus ocupantes pero, supuestamente, el coche no frenó.
Fue entonces que comenzó una persecución. Siempre según lo que indicó la Policía, en la intersección de las avenidas General Iriarte y Vélez Sarsfield, frente a la Basílica del Sagrado Corazón, los agentes de civil lograron colocarse a la par del auto en el que viajaba Lucas y sus amigos pero los jóvenes, en respuesta y siempre en base a la versión oficial, embistieron contra la puerta del conductor del Nissan y lastimaron a uno de sus ocupantes.
En ese momento fue cuando se inició la balacera. Luego, los jóvenes aceleraron el auto y escaparon, pero fueron detenidos a unas cinco cuadras, en el cruce Alvarado y Perdriel. Lucas había sido herido de bala en la cabeza. El chico fue trasladado al hospital Penna, desde donde fue derivado al hospital de El Cruce de Florencio Varela: allí murió ayer tras ser diagnosticado con muerte cerebral.
Dos de los tres amigos de Lucas terminaron detenidos. Un cuarto joven, acompañado por su madre, se entregó el miércoles más tarde en la Comisaría 4D. Todos quedaron alojados en el Instituto Inchausti por orden de Cilleruelo, y recuperaron la libertad un día después.
Mientras tanto, Cintia, la mamá de Lucas, contó que su hijo salió de entrenar del club Barracas Central donde jugaba, junto a cuatro compañeros más, que habían ido a probarse en el club. Antes de seguir camino, dijo la mujer, pararon a comprar un jugo y en ese trayecto, en función de lo que sabe la familia, frenó el auto con policías.
“Por lo que nos contó el papá de uno de los chicos, ellos pensaron que los iban a asaltar. Entonces, aceleraron y en ese trayecto le dispararon a mi hijo”, relató la mamá con la voz quebrada en Radio Con Vos.
Las pericias del caso quedaron a cargo de la Policía Federal: ellos fueron los que se quedaron con las armas de los tres policías involucrados en la muerte de Lucas, los que peritaron el auto de los chicos y descubrieron que tenía cuatro impactos de bala, los que levantaron las vainas servidas calibre 9 milímetro de la calle en Barracas y los que cotejarán los proyectiles hallados en la escena. También los que encontraron un revolver de plástico en la parte de atrás del VW Suran.
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