Seis estaciones de servicio y dos escuelas fueron baleadas la semana pasada en Rosario sin un motivo claro. Desde el gobierno provincial sostienen que ocurre en un contexto de “intimidación pública” y sugieren que los ataques son comandados por el líder de la banda narco Los Monos, el multicondenado Ariel Máximo “Guille” Cantero. Incluso, uno de los ataques fue en un punto de venta de combustible que está frente al predio de la Jefatura de la Policía de Rosario, algo así como hacerle una “mojada de oreja” a la fuerza de seguridad local.
Por estos atentados, fue detenido esta semana un sospechoso de 19 años al que apodan “Cara de Burro”: para la Justicia, es un presunto gatillero de una conocida organización narco de la zona Sur de Rosario. Cuando fue arrestado en su domicilio tras un pedido del fiscal Matías Edery, arrojó un teléfono contra el piso para tratar de inutilizar el aparato. En paralelo a la sospecha de que fue de los autores de las balaceras, según confirmaron fuentes cercanas al expediente, la Justicia provincial lo imputará por participar de un reciente crimen.
Nicolás Alberto M., alias “Cara de Burro”, cuyo curioso apodo deviene de su cara alargada, fue atrapado en un departamento del FONAVI, situado en Sánchez de Thompson al 100. En esa casas tenía 58 bolsas de cocaína, por lo que quedó a disposición de la Justicia federal por violar la ley de drogas. Sumado al teléfono que intentó romper, la División de Inteligencia de la Agencia de Investigación Criminal encontró otro que estaba escondido en el depósito del baño.
“Cara de burro” es un presunto gatillero de la banda narco de René “El Brujo” Ungaro, un preso de alto perfil que fue condenado por la Justicia provincial y federal como jefe de una organización dedicada a crímenes, extorsiones, usurpaciones y venta de droga. Fue trasladado a un penal federal de Buenos Aires después de la osada fuga ocurrida en la cárcel de Piñero el 27 de junio pasado.
Las redes sociales de “Cara de Burro” llamaron la atención. El sospechoso detenido tiene varias imágenes de cuando era chico y usaba armas para cazar. Ahora, aparentemente las usó para cometer delitos, ya que será acusado por un homicidio que tuvo lugar en mayo pasado y se encuentra mencionado en otro expediente por otro asesinato, aunque todavía no hay evidencias suficientes para imputarlo por ese segundo hecho: la víctima fue Marcos Samuel Basavilbaso, de 15 años.
Al presunto gatillero, meses atrás, buscaban “cazarlo”, aseguran fuentes que conocen los movimientos del hampa, hablan de un botín sicario sobre su propia cabeza. Investigadores policiales sugirieron que entre bandas rivales se mencionaba una cifra superior a los 100 mil pesos para matarlo.
Un dato de calle de la Policía de Santa Fe llevó a su captura. Se presumía que “Cara de Burro” participó en el primero de los atentados a las estaciones, que ocurrió el del martes 9 de noviembre. El blanco fue la estación de servicio Axion de San Martín y Saavedra, de la zona Sur, cuyo titular es el ex presidente de la cámara de estacioneros local Daniel Giribone.
Al momento de esa balacera, el dueño de la estación se encontraba presente. Fue cerca de las 23. Los disparos impactaron en el kiosko del lugar mientras que los playeros, el dueño y otras personas que estaban presentes corrían en busca de resguardo.
Una vez que fue detenido Nicolás M., el ministro de Seguridad Jorge Lagna aseguró que el sospechoso tenía pedido de captura de tres fiscales de Homicidios Dolosos, además de la investigación en curso por el ataque contra la Axion de la zona sur.
Efectivamente, “Cara de burro” sí tenía pedido de captura, pero solo del fiscal de Homicidios Patricio Saldutti, quien lo imputará este jueves por haber participado en el crimen de Ramona Adriana Luque, que tuvo lugar el 18 de mayo pasado en Maestros Santafesinos al 4700, en barrio Parque del Mercado.
Luque, de 63 años, fue atacada por dos personas que se desplazaban en una moto. Se presume que “Cara de burro” era el que manejaba. La mujer estaba en su domicilio, cuando los proyectiles disparados terminaron impactando en su hombro derecho y en su pierna izquierda.
La mujer falleció por una hemorragia que le produjo uno de los disparos en su pierna izquierda. En la escena del crimen se encontró un cartel tristemente famoso en Rosario que decía: “Con la mafia no se jode; la familia de los pibes se respeta”.
Ramona Luque había estado en pareja con el abuelo de Brisa Amaral, condenada como miembro de las organizaciones narco Funes-Ungaro. Esa joven fue conocida a nivel nacional porque fue testigo del asesinato de Jonathan “Bam Bam” Funes, quien fue acribillado en la ruta de múltiples balazos cuando salía de visitar a Alan y Lautaro Funes en la cárcel de Piñero.
El presunto autor de ese asesinato es Sebastián Ariel P. y ya está preso. El fiscal Saldutti lo acusó el viernes 12 de noviembre por el homicidio y quedó en prisión preventiva efectiva por el plazo de Ley por resolución del juez penal de primera instancia Román Lanzón.
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