Mavys Álvares Rego, la mujer cubana que mantuvo una relación con Diego Maradona cuando era menor de edad, llegó poco después de las 10 junto a sus abogados al complejo naval Tandanor, ubicado sobre la calle España, en las afueras de los tribunales de Comodoro Py. Allí había sido citada este jueves mediante un oficio emitido el 10 de noviembre pasado.
El lugar fue elegido por el juez Daniel Rafecas para que la mujer pueda dar su testimonio en Cámara Gesell. Apenas entró al edifico, Mavys fue llevada a una oficina donde la esperaban, al menos, tres psicólogas. Cerca de las 11.30 comenzó su declaración. “Diego me metió en la droga y el alcohol”, fue una de sus primeras frases que soltó la mujer, según pudo saber Infobae.
La audiencia se desarrolló este jueves en una sala de grandes dimensiones, en una metodología que usualmente se utiliza para que declaren menores de edad, pero que también se emplea en víctimas de trata de personas desde 2008.
Todo lo que Mavys dijo fue grabado. Además, en una sala contigua, 16 personas, entre abogados defensores, querellantes y empleados judiciales, siguieron cada una de sus definiciones a través de un televisor.
A las 13.30, se dispuso un cuarto intermedio para que Mavys pudiera descansar luego de haber declarado durante dos horas seguidas. Fuentes judiciales confirmaron a este medio que en su alocución confirmó muchas de las afirmaciones que aparecieron en la presentación judicial que se hizo hace algunos meses donde contaba, entre otras cosas, que la habían traído a la argentina de manera ilegal y que la operaron de los pechos sin consentimiento de sus padres.
En otro tramo de la declaración, la mujer apuntó directamente contra el entorno que, por esos días, acompañaba a Maradona y que hoy son los principales acusados en esta causa. “Carlos Ferro Viera era el encargado de traerle mujeres a Diego en Cuba”, dijo con respecto al rol del ex asistente del Astro, que es defendido en el expediente por Fernando Burlando.
Otro de los acusados que fue mencionado por Mavys fue Gabriel Buono, ex mano derecha de Maradona y que es asistido en la causa por Omar Saker. “Buono fue el que arregló el precio de mi operación de pechos con el médico. Fueron $4.000″, señaló.
A lo largo de la declaración, que en su primera parte duró dos horas y continuó luego de un cuarto intermedio al mediodía, Mavys hizo mucho hincapié en el flagelo que vivió al sumergirse en el mundo de las drogas: “Diego me hizo probar éxtasis”, fue otra de sus frases según pudo reconstruir este medio.
En cuanto a la relación que la unía con el Diez aclaró: “A veces lo quería y otras lo odiaba”.
En el oficio emitido para disponer la declaración testimonial se ordenó que se le notifique de la declaración a los acusados en el caso -muchos de ellos presentaron abogados en Comodoro Py- para que ejerzan su derecho a defensa. En la lista están Omar Suárez, cabeza visible del local nocturno Cocodrilo, Mariano Israelit y Guillermo Coppola, entre otros. También se pidió que se libre oficio al Programa Nacional de víctimas de trata. Justamente Omar Suárez es una una persona a la que Mavys menciona en dos oportunidades, pero solo lo señala como un visitante circunstancial.
A lo largo de su declaración, la cubana hizo mucho hincapié en las adicciones y en tres ocasiones el llanto interrumpió su testimonio, sobre todo cuando hizo referencia a su madre y a cómo había sufrido por toda la situación que atraviesa.
Además, Mavys mencionó que varios de los imputados consumían droga junto a Diego Maradona en Cuba.
Luego del cuarto intermedio de las 13.30, la audiencia se reinició algunos minutos antes de las 15.
Al finalizar la jornada, Mavys salió a la puerta complejo naval Tandanor acompañada por su abogado, quien aclaró a los periodistas presentes: “Por orden del fiscal, ella ni los abogados van a hablar. Estamos cumpliendo la orden del fiscal”. “Muchas gracias a todos por estar acá”, dijo segundos después la mujer.
“Muchas gracias a todos por esperar tanto tiempo. Gracias por el respeto y por esperar tanto tiempo”, insistió el abogado. “¿Estás bien Mavys?”, le preguntó una periodista cuando ella se retiraba. La cubana giró, la miró y respondió asintiendo con la cabeza: “Estoy bien”.
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