”El acusado me dijo: ‘Sí oficial, fui yo. Yo la maté'”.
El mismo agente Juan Valiente de la Policía Bonaerense que había capturado a Mariano Fernández (31), y por quien este miércoles comenzaba a ser juzgado por el femicidio de Alicia Beatriz Soledad Vallejos, ocurrido en 2016; fue quien hizo saltar a la abogada defensora en la primera jornada del juicio. No fue el único que complicó al imputado, quien pidió que lo oculten detrás de un biombo durante la audiencia: lo terminaron tapando con banner sobre el coronavirus.
El oficial Valiente fue uno de los 12 testigos que declararon ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°5 de Quilmes, donde se juzga a Fernández luego de que pasaran casi 2.000 días desde el asesinato de su pareja de 23 años: recibió un disparo en la nuca en la casa donde convivían en el barrio Don Orione de Florencio Varela. Lo que reveló el policía generó un tenso cruce con la defensora oficial del acusado.
La audiencia había comenzado las pasadas las 10.30 en la Sala A. Tal como solicitó Fernández, por temor a sufrir represalias en la cárcel si su imagen salía filmada durante el juicio, el imputado permaneció oculto detrás de un banner y una pizarra, que funcionaron a modo de escudo. También le sirvió para no hacer contacto visual con María Josefa Saucedo, la mamá de Alicia, quien estuvo presente en el juicio. La mujer, en diálogo con Infobae, reclamó perpetua para el acusado por el crimen de su hija.
Fernández llegó al debate detenido y acusado por el delito de “homicidio agravado por mantener una relación de pareja con la víctima, por mediar violencia de género y por la utilización de un arma de fuego”. Durante las casi tres horas que duró la audiencia, el imputado solo se limitó a dar algunos datos personales, como su nombre completo y edad, su estado civil y su formación educativa: “Hasta 6° grado”. También dijo que “trabajaba en una cooperativa”.
Además de Daniela, Claudia, Romina, María Elena y Ezequiel Vallejos, los cinco hermanos de la víctima; y dos de sus primas (Viviana Vallejos y Victoria Magalí González), en la primera jornada dieron testimonio dos oficiales de policía. Uno de ellos fue Valiente y lo que dijo sobre cómo fue el arresto del acusado causó revuelo.
“Cuando llegamos al domicilio donde estaba el imputado, le explicamos por qué estábamos ahí y le dijimos que lo acusaban de haber matado a una persona. Me dijo: ‘Sí oficial, fui yo. Yo la maté’”, explicó Valiente.
Según la defensa del acusado, a cargo de Mariana Yeregui, la confesión del imputado que aportó el policía es un dato que no figuraba en el acta de procedimiento en la instrucción. Valiente, que tiene más de cuatro décadas de antigüedad en su puesto, dijo que ese día creyó que Fernández estaba hablando de más.
“Es muy probable que la confesión, en ese momento, haya sido relevante y yo no lo consideré así. Muchas veces pasa que los detenidos se desdicen. Recuerdo muy bien el hecho. Fue todo muy rápido y no quería que se nos escapara una persona acusada de un delito. Después, me dio sus datos y no se opuso al arresto”, concluyó el testigo.
Los otros testigos que declararon luego fueron Máximo Néstor y Andrea Noguera, el tío y la prima del imputado, respectivamente, así como también un remisero del barrio: Rodrigo Gauna, que lo llevó a Fernández hasta la casa de sus parientes minutos después del crimen, según la investigación. Todos lo dejaron mal parado.
“Estaba exaltado. Lloraba, me abrazaba, me agarraba la mano y la pierna. Me dijo que le había arruinado la vida a su mamá y a su novia”, describió Gauna a la fiscal Mariel del Valle Calviño. Según el chofer, Fernández llegó a la remisería y pidió que lo llevaran los monoblocks de la villa Los Eucaliptos de Quilmes, pero ninguno de sus compañeros quiso manejar hasta esa zona. “Me mostró la cintura, que no tenía nada y lo subí”, dijo haciendo referencia a que en ese momento no estaba armado. Sin embargo, reveló que sí tenía el buzo y las manos manchados con sangre. Además, agregó: estaba drogado.
¿Qué dijeron el tío y la prima del acusado? Explicaron que Fernández no podía hilvanar una frase. “Ali no está. Ali se murió”, decía. “No se le entendía nada. No había forma de sacarle una oración entera. Lloraba. Yo lo abrazaba y le decía que se calmara”, manifestó Andrea. Máximo Néstor en tanto, explicó que intentó comunicarse con la madre de Fernández, es decir con su hermana, pero que nunca lo consiguió.
Según la investigación y lo relatado por la familia de la víctima, quedó demostrado que Alicia Vallejos era víctima de violencia de género y Fernández se había encargado de alejarla de sus seres queridos. Eso se desprende de lo que contaron algunas de sus hermanas que, en el último año, habían tenido muy poco contacto con la joven.
Por lo pronto, el juicio ante el tribunal, presidido por la jueza Mónica Adriana Rodríguez de Piuma, junto a Juan Martín Mata y Gustavo Darío Farina, pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo viernes 12 noviembre a las 10, cuando declararán más testigos.
El crimen
El femicidio ocurrió el domingo 14 de agosto del 2016, cerca de las 16. Esa tarde, se escuchó un estruendo en el barrio Don Orione. Un llamado al 911 hecho por una vecina dio aviso a la Policía Bonaerense que, rápidamente se trasladó hasta la calle Monserrat al 800. Una vez en el interior de la casa, los agentes encontraron a Alicia debajo de una cama: tenía sangre en la nuca y aún respiraba. La trasladaron de urgencia al Hospital “Mi Pueblo” de Florencio Varela, pero falleció el mismo día.
El informe de autopsia fue contundente: Alicia recibió un disparo a quemarropa. El arma nunca se encontró.
A las horas del hecho, la Policía detuvo a Fernández, quien se había fugado y se ocultaba en la casa de un pariente en los monoblocks de la villa Los Eucaliptos. Desde entonces, está detenido en la Unidad Penitenciaria N°24 de Florencio Varela.
Fotos: Adrián Escandar
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