Cuatro disparos y seis impactos de bala: la autopsia reveló la crueldad con la que asesinaron al kiosquero

El informe de la morgue de La Matanza enviado al fiscal Medone detalló que le dispararon a corta distancia y que los dos tiros en el tórax fueron fatales

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Roberto Sabo, el kiosquero asesinado.
Roberto Sabo, el kiosquero asesinado.

Hoy por la mañana se conocieron los resultados preliminares de la autopsia realizada al cuerpo de Roberto Sabo, el kiosquero asesinado el domingo en Ramos Mejía y cuyo crimen generó una fuerte protesta reprimida en la noche del lunes por la Policía Bonaerense. Horas más tarde, el paper final sobre el estudio practicado en la morgue de La Matanza, al que accedió Infobae, cubrió las dudas del fiscal del caso, Federico Medone, de la UFI Temática de Homicidios de esa jurisdicción. Las conclusiones fueron contundentes: lo asesinaron a quema ropa y el cuerpo tenía seis orificios de entrada y de salida.

Al comienzo del caso, había trascendido que el asesino de Sabo lo mató de un tiro en la cabeza. Sin embargo, le disparó más veces: esta tarde se confirmó que fueron cuatro los tiros que recibió la víctima, un crimen de una crueldad insólita para un simple robo de kiosco.

La causa de muerte de Sabo fue un paro cardíaco traumático causado por los balazos que recibió en el tórax. Es que dos de esos cuatro proyectiles que impactaron en el cuerpo del kiosquero fueron las fatales, “lesionando a su paso pulmones y corazón”, se remarcó el reporte al que accedió este medio. “Estas lesiones le provocaron a la víctima una abundante pérdida de la volemia lo que le ocasionó el óbito por shock hipovolémico”. Se desangró.

El cuerpo presenta seis orificios de bala, según consta en el documento. Un arma calibre .22, incautada a los sospechosos, era la sospechada de haber sido empleada para matarlo: y así se confirmó este martes por la tarde. Leandro Suárez (29) y su novia de 15 años, Y.G, ambos de Fuerte Apache, fueron detenidos con una pistola .635 y un revolver calibre .22, la posible arma homicida.

Suárez, que en agosto de 2020 salió de un penal federal tras cumplir una condena de casi seis años por dos hechos de hurto y robo, está acusado de ser el autor material del crimen de Sabo. Está imputado por los delitos de “homicidio agravado criminis causa y por el uso de arma de fuego, robo calificado -en dos hechos-, hurto de vehículo, portación ilegal de arma, y todo agravado por la participación de un menor”.

Leandro Suárez, acusado de haber
Leandro Suárez, acusado de haber cometido el crimen.

Todos los disparos fueron a corta distancia: dos de ellos, los mortales, ingresaron por el tórax. Otra bala entró por el cuello y salió por un lóbulo. Al menos cuatro heridas fueron marcadas como de ingreso. Otra fue encontrada en el labio superior. Dos de las heridas -una en el pecho, otra en la cabeza- tienen el ahumamiento y las marcas propias de un disparo realizado a menos de 30 centímetros de distancia.

El daño de la última herida reseñada en la lista es particular. Ubicada en el tórax, la bala perforó ambos pulmones y el corazón para quedar dentro del cuerpo. Fue, también, otro tiro a quemarropa.

Lo que se desconocía hasta esta tarde era cuántas balas le habían disparado a Sabo. Para resolver esta duda, Medone encargó a la forense Karina Beatriz Paredes, la jefa de la propia morgue, que elaborare un nuevo informe en las próximas horas dada la relevancia pública del caso. Se concluyó que los tiros fueron cuatro.

También se ordenó un dermotest sobre las manos de Suárez, detenido en una dependencia de la Policía Bonaerense y con su detención formalmente decretada por el juzgado del caso. Se negó a declarar ante el fiscal, mientras le pedía llorando que “no le pida perpetua”. Fuentes del caso aseguran que, espontáneamente, fuera de la declaración, Suárez reconoció que llevó la dos armas y que le disparó a su víctima en medio de un forcejeo para resistirse. La familia de Sabo aseguró que Roberto no guardaba armas de fuego en su kiosko.

Suárez detenido junto a su
Suárez detenido junto a su pareja, el remise que chocaron y una de las armas incautadas.

Mientras tanto, la familia comienza el proceso de velar a Roberto, con un funeral que comenzará hoy por la tarde en una funeraria de Moreno.

Y.G, la novia adolescente de Suárez y su cómplice en el ataque, oriunda de Ciudadela tal como él, que mintió al decir que estaba embarazada cuando la detuvieron, es considerada inimputable dada su edad de 15 años. Sin embargo, la Justicia la mantiene bajo encierro en un instituto de menores con un llamada medida de seguridad y este jueves un magistrado del fuero decidirá su situación.

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