Mientras tanto, está la calle.
Las cruentas escenas de la multitud de vecinos indignados que protestó ayer por el asesinato a sangre fría de Roberto Sabo y por la insoportable inseguridad que se vive en territorio bonaerense -y que tuvo que enfrentar provocaciones y gases lacrimógenos de la Policía provincial- tienen una sola explicación: el hartazgo. No marcharon solo por Roberto. Las remeras y pancartas con las caras de otras víctimas de la zona se mezclaron en el grito. Y el hartazgo puede medirse desde los números.
Sin un mapa del delito o estadísticas presentadas por el Ministerio de Seguridad a cargo de Sergio Berni, los números de la Procuración bonaerense que analiza las investigaciones penales preparatorias o IPP que ingresan a su sistema se convierten, junto con las estadísticas del Servicio Penitenciario provincial, en la única forma de medir de manera oficial los hechos cometidos en cada jurisdicción.
Altas fuentes en la Procuración aseguraron que no publicarán las cifras de 2021 hasta abril de 2022, fieles a su calendario, un flujo de datos que vendrá mucho después de las elecciones legislativas de este domingo 14 de noviembre. “Estamos peor”, coinciden secretarios de seguridad a lo largo de la provincia. Sin embargo, las cifras de 2020 son significativas pese a la cuarentena por la pandemia de coronavirus.
En el último informe de la Procuración, La Matanza acumuló más de 67 mil IPP, el 8,6 por ciento de la provincia; es la tercera jurisdicción con mayor tasa de criminalidad luego de Lomas de Zamora y San Martín.
El año pasado, según el informe, hubo 140 homicidios dolosos cometidos, dos de ellos en ocasión de robo, como en el caso de Sabo, con 107 tentativas. 33 de estos casos fueron criminis causa, matar o intentar matar para ocultar otro crimen. Los robos son otra historia: hubo más de 20647 casos, con 7581 de los hechos cometidos a mano armada. Hubo, también, casi 10 mil casos de hurto.
De los homicidios, 14 fueron presuntamente cometidos por menores. 270 de los casos de robos corresponden a esta categoría. En comparación general, Lomas de Zamora registró 145 crimenes consumados.
La pandemia como factor había bajado notablemente las estadísticas. Sin embargo, el cuadro de La Matanza para 2019 muestra 133 homicidios consumados y 123 intentados. Literalmente, en plena pandemia, se mató más en la jurisdicción.
Con respecto a los robos, hubo 25972 casos, la cifra de 2020 es ostensiblemente menor. La tasa de homicidios, por otra parte, no representa impunidad. Los tres fiscales especializados en homicidios de la jurisdicción -Federico Medone, Marcos Borghi y Gastón Dupláa- logran una alta tasa de arrestos en sus expedientes, con capturas y condenas significativas.
Mientras tanto, la familia Sabo comienza el proceso de velar a Roberto, con un funeral que comenzará hoy por la tarde en una funeraria de Moreno. Leandro Suárez, el principal sospechoso del hecho, recibió ayer formalmente la detención del juzgado de Garantías del caso tras negarse a declarar ante el fiscal Federico Medone. Sin embargo, ante Medone, lloró por su situación y le imploró para que no le pida perpetua en un eventual juicio.
Y.G, su novia adolescente y su cómplice en el ataque, que mintió al decir que estaba embarazada cuando la detuvieron, es considerada inimputable dada su edad de 15 años. Sin embargo, la Justicia la mantiene bajo encierro en un instituto de menores con un llamado régimen de seguridad y este jueves un magistrado del fuero decidirá su situación.
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