Enojados y exigiendo justicia, los vecinos se concentraron frente a la Comisaría 2° de Ramos Mejía, a 300 metros de donde mataron este domingo a la tarde a Roberto Sabo, un kiosquero de 48 años padre de dos hijos: dos delincuentes lo balearon en la cabeza tras asaltarlo en su comercio de Avenida de Mayo al 800 y luego huyeron para ser capturados.
La protesta comenzó pasadas las 18. Cuatro horas después del crimen, los manifestantes se trasladaron a la puerta de la comisaría de Avenida de Mayo 549, donde una hilera de oficiales, con cascos y escudos, les impidieron el ingreso. “Hijos de put..., hijos de put...”, gritaban al tiempo que cortaban la calle y encendían una fogata.
Entre los autoconvocados -que primero se manifestaron frente al comercio donde ocurrió el asesinato y, luego, se trasladaron a la puerta de la seccional, donde permanecían detenidos los autores de crimen- había familiares de la víctima.
El enojo se hizo aún más evidente a las 21.30, cuando el ministro de Seguridad Sergio Berni llegó al lugar.
Ante el arribo del ministro de Seguridad bonaerense, los vecinos se agolparon aún más contra la puerta de la comisaría, donde una línea de policías custodiaba el ingreso. El foco del enojo también era el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, a quien insultaron.
“¿Ahora vienen? Vienen cuando no pasa nada ustedes. ¿Dónde está el ministro de Seguridad, el gobernador? ¿Dónde están?Es tamos cansados, loco. Yo soy un laburante”, increpaba un grupo de vecinos a los efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) frente al kiosko atendía Roberto y donde fue baleado.
Entre los testimonios que circulan en redes sociales y por canales de televisión, se escucha un tono de hartazgo e indignación. “A tres cuadras del kiosco está la comisaría, con todos los móviles parados en la avenida de Mayo. Y a cuatro cuadras hay un control vehicular. Para la foto están, pero la prevención nada”, señaló Ulises Ramos, uno de los vecinos, en declaraciones a TN.
“Queremos que se acerque el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni o el subsecretario General de Protección Ciudadana del municipio, Jorge Tapia. Queremos la palabra autorizada de alguien en este tema”, apuntó Ramos. Cerca de las 20 se rumoreaba que Berni iba en viaje hacia el lugar. Llegó 21.30 y los reclamos recrudecieron.
Ramos siguió: “La manifestación se está haciendo cada vez más grande. Nos vamos a quedar acá hasta que aparezca alguien. Parece que uno de los delincuentes es menor y sería liberado en cualquier momento. La gente está indignada porque mañana puede salir a asesinar a otra persona”.
Entre los presentes, se lo vio a Pedro Sabo, el padre del kiosquero, quien lloró frente a las cámaras. “Arruinaron una familia”, dijo el hombre y explicó que su hijo heredó el comercio que antes era de él y que lo atendía junto a uno de sus nietos. “No sé si mañana no voy a trabajar y me matan a mí también”, dijo el hombre, visiblemente perturbado. .
El asesinato de Roberto Sabo ocurrió cuando el comerciante fue sorprendido por una pareja de delincuentes armados que intentó asaltarlo, le disparó en la cabeza y lo mató.
Segundos después y para escapar, los asesinos (un hombre y una mujer) le robaron un Ford Focus color negro a un remisero a punta de pistola y, luego, una moto a un delivery: no llegaron muy lejos y los detuvieron.
Según las mismas fuentes, en medio de la fuga, los delincuentes chocaron contra un árbol en el cruce de las calles Saavedra y Alvear. Para intentar esconderse, la pareja ingresó a un supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la ropa que vestían para no ser reconocidos.
Agentes de la Comisaría 2° de Ramos Mejía, de la Subestación Oeste de La Matanza, fueron alertados porque le habían robado una moto a un delivery, por lo que rápidamente iniciaron un operativo cerrojo que finalizó con la detención de los sospechosos en el cruce de Avenida de Mayo y Rivadavia.
Los delincuentes fueron identificados como Leandro Daniel Suárez, de 30 años, y una adolescente de 15 de Fuerte Apache que es su pareja. En su poder hallaron cinco teléfonos celulares, dinero en efectivo, un revólver calibre .22 con cuatro vainas intactas y una servida.
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