Gustavo Giménez se despertó sobresaltado esta mañana con su celular vibrando frenéticamente. Eran las 6:30 y alguien le avisaba que la Policía Bonaerense había capturado al prófugo que tres meses atrás atropelló y asesinó, adrede, a su hijo Julián en Vicente López. Santiago Mazzini fue descubierto en la casa de su hermano en la localidad de Don Torcuato, luego de que su padre cometiera un desliz en una escucha.
Ahora, la familia de la víctima respira. Gustavo afirma: “Creemos que con esta detención nosotros cumplimos con Juli. Estamos tranquilos con eso”.
“En este momento nos estamos dando muchos abrazos y sabemos que es lo que tenía que suceder. Pero para nosotros no cambió nada. Yo no esperé este momento para empezar a hacer mi duelo, sino que comenzó mucho antes. Esto no nos trae ningún beneficio en particular pero nos pone bien que se haga justicia”, cuenta Gustavo a Infobae. Hoy por la tarde, Mazzini, abogado de profesión, será indagado por el fiscal Martín Gómez, acusado de homicidio simple.
El crimen de Julián, piloto de Aerolíneas Argentinas recién recibido, ocurrió el miércoles 4 de agosto. Cerca de las 16:30, se trenzó en una discusión de tránsito con Mazzoini. La víctima viajaba a bordo de su moto y el abogado circulaba en su camioneta Jeep negra. Luego de algunas palabras cruzadas, y mientras atravesaban las vías del ferrocarril Mitre en Vicente López, el piloto golpeó el espejito retrovisor del vehículo de Mazzini, que arrinconó al motociclista contra la vereda y lo atropelló.
Tanto la moto como su conductor quedaron atrapados debajo de las ruedas de la Jeep. Luego, huyó.
Una mujer que pasaba por la zona llamó al SAME. El piloto fue internado en el hospital Vicente López y luego derivado a la Clínica Olivos. Agonizó por 20 días pero, tras varias operaciones, murió a causa de las lesiones.
A 50 días del hecho, Gustavo Giménez ya anticipaba sus sensaciones con Mazzini, que por ese entonces seguía prófugo: “A veces hay cosas que están dentro del destino de una familia o de la gente. No nos queremos montar arriba del enojo ni de la bronca porque no lleva a nada. Me han puesto ejemplos de “¿si te lo traen acá, qué le haces?”. Y yo no me voy a manchar las manos de sangre ni por venganza, ni por bronca o enojo”.
Ahora, con la detención ya consumada, el semblante de tranquilidad de Gustavo, y del resto de la familia de Julián, se mantiene igual de sereno pero con una paz distinta que se nota, incluso, a través del teléfono: “Creemos que Julián está conforme con lo que pasó hoy. Esta es la tranquilidad que nos da esta situación. Es lo que él hubiese querido. Cumplimos con Julián y estamos mejor”.
A Mazzini lo protegieron y ayudaron a esconderse durante estos días en la clandestinidad: fue su propia familia.
La Justicia descubrió, mediante intervenciones telefónicas, que la familia le brindó recursos para escaparse. Incluso, al momento de la detención estaba escondido en la casa de su hermano y acompañado por su pareja embarazada. No podrán ser imputados por ayudarlo, el Código Penal lo impide. Sin embargo, para la familia de Julián eso no constituye ningún motivo de enojo. El padre afirma: “Debe ser muy difícil escaparse de la Justicia. No sé ni me interesa donde estaba escondido. Y si la familia lo ayudó, bueno, es entendible, qué se yo. Hay que estar en la piel de cada persona”.
Los Giménez saben que esta detención no es el final de nada sino todo lo contrario. Es el comienzo de un largo derrotero judicial que continuará con el cierre de la investigación, el juicio oral y luego las apelaciones posteriores. “Ya nos lo comentó nuestro abogado. Estamos preparados para lo que sea. Pero igualmente se aceleró mucho todo y se avanzaron con pericias importantes en todo este tiempo”.
Con respecto a Mazzini, según fuentes judiciales, será alojado en la DDI de San Isidro que se encargó de capturarlo e indagado por el fiscal Martín Gómez en las próximas horas.
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