El terreno en esa zona de Villa Fiorito, donde el límite entre Lanús y Lomas de Zamora es difuso para los vecinos y oportuno para el narcomenudeo porque a los dos distritos los divide una calle, es lo suficientemente largo como para que la dueña de la propiedad tenga, además de una casa al frente, otros dos departamentos en el fondo. En uno de ellos vivía Micaela, una chica de 18 años que hasta hace poco compartía el alquiler con una familiar. Ahora, comparte la celda con otras presas en una comisaría de Lanús.
Por pedido del fiscal de la UFI N°5 de Lanús, Mariano Leguisa Capristo, la policía Bonaerense allanó el domicilio de la calle Hornos, a metros de la avenida San Martín y del límite entre Remedios de Escalada, en Lanús, y Banfield, en Lomas de Zamora. A Micaela la encontraron en la casa de la propietaria del terreno, la que está al frente.
La chica hacía de niñera casual: estaba al cuidado de los tres hijos de la dueña de casa, que había salido un momento sin saber que su inquilina vendía droga por WhatsApp y que en la cartera que había dejado en el departamento que alquila la Policía encontraría 177 dosis de cocaína.
“Al valor del mercado, y que según la calidad oscila entre 800 y 1.200 pesos la dosis, estamos hablando de entre $141.600 y $212.400 en drogas en una cartera”, explicaron las fuentes del caso consultadas por Infobae.
Lo cierto es que Micaela, ahora imputada por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y que se negó a declarar en la indagatoria, la venían siguiendo desde julio pasado, cuando llegó la denuncia formal en su contra y también en contra de otra sospechosa, la familiar con la que solía vivir la detenida hasta que se mudó con su nuevo novio muy cerca de allí.
Según la causa, que incluso tiene documentada un par de compras con fotos en el interior de la propiedad -que tiene un paredón y un portón al frente, y unos 15 metros de terreno libre- y otra en la esquina; Micaela y la otra sospechosa vendían las drogas al menudeo.
“La chica hacía la venta por WhatsApp y la otra mujer, que durante un tiempo vivió con la detenida, era quien se encargaba de la comercialización en la calle”, describieron las fuentes.
Mientras Micaela usaba el celular para hacer su negocio, el jueves pasado, cuando la división Drogas Peligrosas de la Policía Bonaerense llegó a la casa de la calle Hornos, la encontró de casualidad haciendo de niñera de tres chicos.
“Fue una gauchada a la dueña de casa, no trabaja de niñera. No trabaja. Al principio, estaba tranquila y sorprendida, pero después fue cayendo en la realidad”, explicaron las fuentes consultadas sobre la actitud de la detenida.
El narcomenudeo ha tenido su capítulo sangriento en el último tiempo. En agosto pasado, un violento enfrentamiento entre bandas narco en Florencio Varela dejó tres muertos, entre ellos, una chica de 18 años que no estaba relacionada con la disputa pero que quedó en medio del tiroteo.
La víctima recibió un disparo en la cabeza. Hubo también otras dos personas heridas: un hombre de 25 años y un nene de 12 en el sangriento episodio del barrio San Rudecindo. Según dijeron los vecinos a la policía, los disparos provenían entre individuos vinculados al narcomenudeo. De hecho, los habitantes de la zona sostienen que desde hace al menos dos años se vende droga allí.
El tiroteo tuvo lugar en Laguna del Iberá, paralela al arroyo Las Conchitas, que divide los barrios San Rudecindo con La Carolina II. La balacera comenzó de un momento a otro y obligó a que la gente de la zona busque se refugie en sus domicilios. Fue así que la policía encontró sobre ese puente un cuerpo sin vida de un hombre de 32 años identificado como Matías La Rosa. A su lado había una veintena de envoltorios de color negro con droga que fueron secuestrados por las fuerzas de seguridad.
A unos 50 metros del puente amarillo otra persona fue encontrada boca abajo respirando con dificultad. Fue joven de entre 25 a 35 años, el cual no tenía documentos y debajo de su cuerpo también había varios envoltorios de color negro. Finalmente murió.
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