El juez Gabriel Alberto Castro, titular del Juzgado de Garantías Nº2 de Moreno, el mismo que el 29 de octubre pasado le dictó la prisión preventiva a Eduardo Maidana (19), el repartidor de pizza detenido por haber matado a golpes a un ladrón que le robó la bicicleta y por quitarle las zapatillas, ahora le otorgó la domiciliaria con monitoreo electrónico: consideró que el imputado tiene una “conducta vecinal intachable” y “no hay peligro de fuga”.
El juez Castro hizo lugar al pedido de la defensa de Maidana, en una resolución de cinco páginas, a la que accedió la agencia de noticias Télam. El repartidor estaba preso por el delito de “homicidio agravado por alevosía en concurso real con robo” de Javier Coria (22), y tanto la fiscal del caso, Luisa Pontecorvo como el abogado de la familia del fallecido se opusieron.
Gonzalo Rodrigo Fuenzalida, abogado de Maidana, planteó que su defendido “tiene una conducta vecinal intachable, es un hombre de familia y trabajador, que es el único sostén de familia, que no opuso resistencia al momento de su aprehensión y carece de todo tipo de antecedentes penales”.
Por lo tanto, el defensor entendió que “no existen riesgos procesales ni peligro de fuga por parte” del acusado.(…) adoptando como propios los argumentos expuestos por la defensa en cuanto a que Maidana posee domicilio fijo, buen concepto vecinal (…) su corta edad y la carencia de antecedentes penales, entiendo que corresponde hacer lugar a la imposición de una medida de coerción menos gravosa como ser la morigeración en el domicilio aportado, bajo la modalidad de prisión domiciliaria con monitoreo electrónico”, afirmó el juez.
El magistrado sostuvo que, “sin perjuicio de que los peligros procesales oportunamente valorados no se han disipado, entiendo que, aplicándose la medida de coerción referida, igualmente podría asegurarse los fines del presente proceso penal”. Y, “a los efectos de asegurar su sometimiento a proceso”, el magistrado también le impuso una caución personal de un millón de pesos. El beneficio aún no se efectivizó.
Para el abogado del padre del fallecido, Osvaldo Antonio Coria, “la medida no tiene ni un argumento sustentable”. La han apelado. ”La medida no se hará efectiva mientras no quede firme. Tampoco estamos de acuerdo a que eso pase porque van a dejar a un asesino suelto”, se quejó el letrado, quien adelantó que trabajará para que “Maidana quede preso y sea llevado a juicio, pero detenido y no libre como buen vecino”.
Desde un principio, y en base a los videos del crimen, para la fiscal Pontecorvo, de la UFI Nº 3 de Moreno, consideró que Maidana realizó un “ataque sorpresivo” y “a traición” que imposibilitó la defensa de Coria (22). Además de la golpiza, le sustrajo las zapatillas a la víctima.
Todo sucedió a las 21 del 19 de septiembre pasado, cuando Maidana iba en bicicleta en la zona de las calles Carriego y Aeronáutica Argentina, del barrio Lomas Verdes, de la localidad de Villa Trujui. Allí, Coria, quien tenía antecedentes por resistencia a la autoridad y lesiones leves, lo abordó para robarle el rodado y el celular.
Tras el asalto, Maidana no se quedó quieto y comenzó a correr al delincuente. En medio de la persecución, le pidió ayuda a un vecino que circulaba por el barrio a bordo de una camioneta Peugeot 504 negra. El hombre lo dejó subir a su vehículo y fueron tras los pasos del ladrón. La camioneta alcanzó y encerró a la bicicleta en la calle Belisario Roldán, entre Acoyte y Equidad, del barrio 202. La maniobra provocó la caída de Coria.
En ese momento, Maidana se bajó del coche y comenzó a golpear al asaltante. Le dio varias patadas en la cabeza y luego le arrojó la bicicleta. La secuencia quedó registrada por una cámara de seguridad, cuyo video es una prueba clave del expediente.
Coria quedó tendido sobre el asfalto inconsciente: su hermano se enteró por un vecino y fue hasta el lugar. Poco después, lo trasladaron al Hospital Larcade de San Miguel, donde murió siete días más tarde a causa de los politraumatismos craneoencefálicos que sufrió durante la golpiza.
Luego de la recolección de pruebas, Pontecorvo reconstruyó lo sucedido y consideró: “Aprovechando la indefensión en la que quedara colocado Coria, el aquí imputado Eduardo Ezequiel Maidana desciende de la camioneta y actuando intempestivamente, asegurando su ejecución, imposibilitó con su accionar la defensa de la víctima, con clara intención de darle muerte”.
“Las certeras patadas focalizadas en la zona de su cabeza, lo sumieron en un estado de inconsciencia que lo privó de ejercer defensa de tipo alguno para repeler la agresión, lesiones que provocaron el fatal desenlace con la perdida de su vida”, detalló la fiscal en el pedido de prisión preventiva.
Otro agravante que tuvo en cuenta Pontecorvo fue la postura de Maidana durante sus descargos de defensa, donde “incurrió en falsedades y fue mendaz en más de un dato” con el objetivo de “mejorar su situación procesal”. En ese sentido, remarcó que “estas situaciones exponen y evidencian que el imputado hará lo posible para abstraerse de su responsabilidad en el hecho que se ventila”.
En su exposición ante la fiscal, Maidana dijo que tras golpear al ladrón se alejó del lugar e intentó arreglar la bicicleta, al tiempo que otras personas le decían que le sacara cosas al muchacho tirado en el piso. “‘Por rata’, me decían, ‘por rata, sacale algo’, yo solo le saqué las zapatillas, no vi si tenía algo más de valor (sic)”, relató el acusado, y agregó que en ese momento estaba “muy asustado” y no pensó en hacer la denuncia.
Por el caso, también había sido detenido el conductor de la camioneta que ayudó a Maidana a perseguir y alcanzar al ladrón. Si bien en un principio fue indagado como partícipe necesario del homicidio, finalmente fue liberado por falta de mérito, ya que para la fiscal no hay pruebas suficientes en su contra.
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