Un tiroteo de al menos 54 disparos entre dos bandas narco fue lo que atravesó de lleno la tranquilidad en el barrio San Rudecindo, de la localidad bonaerense de Florencio Varela, y que dejó un saldo sangriento: tres jóvenes muertos y dos heridos. Algunas de esas víctimas aquel 11 de agosto fueron vecinos que no tenían relación con la disputa, como el caso de Milagro Paola Saavedra, una joven de 18 años que fue alcanzada en su espalda por una de las balas y que murió cuando entró en su casa para pedir ayuda.
Tras el tiroteo, la fiscal Vanesa Maiola, a cargo de la UFI Nº 6 de Florencio Varela, puso la lupa sobre “Yaka” y “Tadeo”: dos narcos de nacionalidad paraguaya que fueron vistos comercializando droga en el barrio y que se disputan el control del negocio en el lugar. Un testigo aseguró que ambos se muestran armados y que por su pelea se originó el tiroteo que se cobró la vida de tres personas.
De este modo, en las últimas horas, Rolando Enrique Zeballo, alias “Yaka”, fue detenido en el vecino país de Paraguay, en el departamento de Itapuá, en la ciudad de Colonia de Kressburgo, donde se había fugado tras ser acusado como uno de los responsables del feroz tiroteo que causó la muerte de tres personas. El arresto lo realizó la policía local en conjunto con la DDI de Quilmes.
El brutal enfrentamiento comenzó minutos antes de las 20 de aquella noche de agosto, en inmediaciones de la esquina de Laguna de Iberá y Ciudadela. El video de una cámara de seguridad ubicada en una de las casas de la cuadra registró el sonido infernal de los tiros. Fueron decenas los tiros en pocos segundos, pero suficientes para dejar su marca de sangre y fuego.
Luego del llamado al 911, personal de la comisaría 4º de Florencio Varela llegó al lugar y se encontró con parte del resultado de la fugaz guerra narco que sacudió al barrio. A pocos metros del puente del Arroyo Las Conchitas, sobre la calle Ciudadela, observaron tendido en el piso el cuerpo de un hombre con un balazo en la espalda, quien sería identificado después como Matías Larrosa (32). Según las fuentes, junto al cadáver había entre 15 y 20 envoltorios que cocaína. Su familia le comentó a la Policía que el joven era consumidor de droga.
Del otro lado del arroyo, los efectivos encontraron el cuerpo de otro joven gravemente herido de un balazo en el cuello y con dificultad para respirar. Fue inmediatamente trasladado un hospital local pero los esfuerzos fueron en vano: llegó muerto. Según supo este medio, tenía debajo de sus brazos 30 envoltorios de la misma droga que le habían encontrado a Larrosa. Su identidad no pudo ser establecida en el momento ya que no contaba con ningún documento al momento del ataque. Lo único que detallaron las fuentes es que se trató de un joven de unos 30 años aproximadamente.
Casi en paralelo, los vecinos le avisaron a la policía acerca del caso de Milagros, la chica de 18 años que había sido baleada simplemente por quedar en el medio del tiroteo. La víctima, pudieron establecer los investigadores de acuerdo al testimonio de su padre, llegó herida a la casa ubicada cerca del arroyo y se desplomó. Las fuentes indicaron que el balazo impactó en el omóplato izquierdo.
El saldo final de la violenta noche narco también dejó heridos. Uno de ellos fue un joven identificado como Guillermo Aguirre, de 25 años y con domicilio en Berazategui, quien recibió un balazo en la zona de la ingle. Lo trasladaron en una ambulancia local del SAME al hospital local, donde se encuentra internado fuera peligro. Las fuentes policiales consultadas por Infobae indicaron que el padre de Aguirre le contó a los investigadores que la herida a su hijo estaba relacionada con el narcotráfico. De acuerdo con los datos aportados por el familiar, el joven “es soldado de los que manejan la venta de estupefacientes”.
La esquina donde se dio el enfrentamiento
Al continuar con las averiguaciones en el barrio, los policías pudieron saber de otro dato que impacta. Entre los heridos del tiroteo, se encontraba L., un nene de 12 años que recibió un tiro en el hombro mientras se encontraba cenando en su casa. Al parecer, el padre del chico, un hombre identificado como “Leo”, también se dedica a ser “soldado” de los narcos y es el encargado de avisar cuando la Policía recorre el barrio.
Según los testimonios que pudieron recabar los policías en el lugar, todo se originó cuando dos grupos de hombres, en medio de una disputa narco por la venta de estupefacientes, se enfrentaron a tiros. Una guerra que golpea al barrio y a localidad de Florencio Varela desde hace ya muchos meses. Una pelea que se cobró incluso más vidas.
Para saber esto fue importante el testimonio de un vecino, identificado como C.S., quien dio cuenta a los investigadores de que detrás del tiroteo estaban “Yaka” y “Tadeo”, los dos narcos de nacionalidad paraguaya que habían sido vistos comercializando droga en el barrio y que se disputan el control del negocio en el lugar. El testigo aseguró que ambos se mostraban armados y que por su pelea se originó el tiroteo que se cobró la vida de tres personas.
Entonces, la investigación que lidera la fiscal Vanesa Maiola, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Florencio Varela, puso la lupa sobre “Yaka” y “Tadeo”, que serían los líderes de esas organizaciones narco. En el lugar del tiroteo, tras el relevamiento total de los peritos, se hallaron 54 vainas servidas y un cargador, todo del calibre .9mm. La funcionaria dispuso más investigaciones en el lugar para tratar de establecer el papel de cada uno de los fallecidos en las bandas narcos que operan en la zona y si hubo más implicados.
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