“Lo que más sorprendió fue la frialdad de los agresores”, no dudó en decir una fuente con acceso al expediente que investiga el violento ataque que sufrió ayer Antonella Piñones (33), la mujer embarazada que perdió a su bebé luego de recibir al menos cinco balazos por parte de dos sicarios en moto en la puerta de su casa de la localidad bonaerense de Remedios de Escalada, en el partido de Lanús. Según pudieron reconstruir los investigadores, los agresores tenían como único objetivo a Antonella y antes del balearla, la buscaron en otro domicilio unas cuadras antes hasta que finalmente pudieron dar con ella.
Fue como una suerte de cacería puerta por puerta.
El intento de femicidio ocurrió en la puerta de una casa ubicada en la calle en Álzaga al 3100. Con el dato del lugar donde podría estar la víctima, uno de los agresores descendió de la moto, llamó a la mujer y le preguntó si efectivamente era ella. No quería cometer un error. “¿Vos sos Antonella Piñones?”, le preguntó el hombre. “Sí soy yo”, contestó ella. Sin decir una sola palabra más comenzó la ráfaga de disparos, al menos once. Varios de ellos impactaron en la mujer.
Según reveló a Infobae C., una familiar de Antonella que prefirió resguardar su nombre porque tiene miedo, la víctima recibió cinco tiros: dos en la zona del estómago, dos en las piernas y uno en la espalda. “La acribillaron y por eso perdió a su bebito de 6 meses de gestación. Ahora está con asistencia respiratoria mecánica y peleando por su vida. Tiene perforado el intestino, el riñón y un pulmón”, lamentó C. La tragedia pudo ser peor. Uno de los balazos rozó el abdomen de la mamá de Piñones, quien apenas escuchó los estruendos salió a defender a su hija.
Entonces, una ambulancia del SAME la trasladó de urgencia al hospital Evita de Lanús, donde fue intervenida quirúrgicamente y ahora permanece internada en estado reservado.
En un principio se apuntó únicamente contra la ex pareja de Antonella. Se creyó que el hombre contrató a dos sicarios para asesinarla debido a un conflicto económico que mantenían por la manutención de una hija que tienen en común. Sin embargo, la historia detrás sería mucho más compleja e involucraría a más personas.
En su diálogo con Infobae, C. apuntó contra toda la familia del ex de la mujer baleada. Dijo que el hombre no tenía relación directa con el ataque, aunque sí dejó entrever que sabía lo que algunos de sus familiares estaban planeando y no hizo nada para evitarlo. El detonante habría sido una denuncia que Piñones le hizo a la familia porque no le dejaban ver a los hijos. Al parecer, con la judicialización del conflicto comenzaron las amenazas y las intimidaciones hacia ella.
La familiar de Piñones dijo a este medio que la mujer recibió no hace mucho tiempo amenazas por parte de su ex cuñado después de la denuncia. Le dijo por ejemplo, que que si la veía en la calle, la iba a atropellar. Por eso para C. no hay dudas de que toda la familia del ex planificó el intento de asesinato.
Pero hay otro dato aún más escabroso. Uno de los sicarios “contratados” no es cualquier persona. Según la testigo, se trata de “Leíto”, el sobrino de la ex pareja de Antonella que tiene antecedentes por homicidio y salió de la cárcel no hace mucho tiempo. “Lo reconocieron por la voz porque llevaba el casco puesto. Es más, hace unos días, él la llamó a Antonella y le dijo que ‘tenía algo para ella’. Está claro que fue él y fue mandado por la familia”, aseguró C..
El caso quedó en manos de la fiscal María Soledad Garibaldi, titular de la UFI Nº8 de Lanús-Avellaneda quien calificó la agresión como femicidio en grado de tentativa y desde ayer trata desentrañar el trasfondo que derivó en el ataque sicario. La investigación avanza firmemente.
De acuerdo a investigadores, no sólo el conflicto por ver a los hijos fue el posible detonante. También existe la posible disputa económica entre Piñones y su ex por la manutención de los chicos. “Creemos que era por la Asignación familiar que ayudaba a mantener a los hijos”, agregó.
En ese sentido, las fuentes confirmaron que el expediente va en la misma dirección que señalaron los familiares de Antonella: habría sido el entorno del ex, aunque por el momento están dedicados a la recolección de más pruebas y del análisis de las cámaras de seguridad de la zona para tener más certezas. “Teóricamente los que cometieron el hecho son dos pero obviamente mandados por una o más personas. Las pistas están pero habrá que probarlo”, explicó la fuente.
Respecto a la mecánica, los investigadores revelaron que no hay dudas en que fueron personas enviadas a cometer el crimen e insistieron en la crueldad con la que actuaron. Primero preguntaron por el nombre y ahí empezaron a disparar. Es algo- dicen- que sale de lo común de lo que están acostumbrados a trabajar en la Justicia. Además, reiteraron, que matar a Antonella era lo único que les importaba y por eso recorrieron el barrio para encontrarla.
La calificación es femicidio en grado de tentativa pero de acuerdo con lo que adelantaron, se podría agravar por la premeditación y por la participación de varias personas. Además, hay otro dato que todavía no tiene la fiscal y que podría agregarle elemento en contra de los presuntos agresores: tienen que si hubo nacimiento o no del bebé. En caso de que haya sido así, como ocurrió con el ataque a Carolina Píparo, la calificación podría ser aún más grave.
Por lo pronto, Antonella pelea por su vida y todavía no le dijeron que perdió a su hijo. Está inconsciente. El que sí se enteró fue el padre del bebé, un joven identificado como M.M., quien permanece preso en un penal bonaerense acusado en otra causa y que -según supo este medio- apenas supo del ataque, tuvo que ser asistido por personal médico carcelario.
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