Los clientes de una pizzería de Ramos Mejía, en La Matanza, fueron el blanco elegido por delincuentes armados que protagonizaron un raid delictivo. El martes por la noche, unos minutos antes de las 22, un grupo de cuatro ladrones se bajó de un auto en la esquina de Avenida San Martín y Coronel Allende y atacó a los comensales que cenaban en la vereda.
El caso, uno más que refleja la insoportable inseguridad en el Conurbano, quedó registrado por una cámara de seguridad del local gastronómico “Positano”. En las imágenes se observa a tres hombres compartiendo una comida en una mesa y una mujer sentada en otra contigua.
En un momento dado, en escena apareció uno de los asaltantes, caminando y con su rostro descubierto. Cuando se acercó a sus víctimas, en simultáneo estacionó un auto gris desde donde descendieron otros tres delincuentes, mientras un cuarto cómplice los esperaba arriba del vehículo.
Entre los cuatro ladrones increparon a los clientes de la pizzería, amenazándolos con las armas de fuego. Tras robarles algunas pertenencias, se dieron a la fuga a bordo del rodado. Todo sucedió incluso delante de una niña que pasó por el lugar circulando en monopatín.
Posteriormente se conoció que venían de protagonizar otro robo y cuya víctima fue la madre del dueño de Positano. La mujer, llamada Patricia, contó en redes sociales que cuatro delincuentes armados la asaltaron en la calle Acevedo de Lomas del Mirador, a unas 30 cuadras de la pizzería, y le llevaron su auto.
Más tarde, alrededor de una hora después, Patricia estaba por entrevistarse con policías, cuando se comunicó con su hijo para contarle la mala situación que había pasado. La llamada coincidió con el asalto a los comensales: “Lo llamo a mi hijo y me dice ‘a nosotros también nos están robando. Hay cuatro chorros en el local robándole a mis clientes’”.
“No se puede creer. Una mierda esto de la inseguridad. Es un desastre cómo tenemos que vivir”, lamentó la mujer, a la vez que agradeció que nadie haya salido lastimado.
El hecho es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción Nº 3 de La Matanza, a cargo del fiscal Gastón Bianchi, quien ordenó el relevamiento de cámaras de seguridad para lograr la identificación de los asaltantes.
Pero no sólo en La Matanza ocurren este tipo de robos. El asalto tipo piraña de Ramos Mejía revive una modalidad que marcó las calles del partido Lanús desde la reapertura de locales gastronómicos que hasta el momento funcionaban únicamente con envíos a domicilio y retiros de pedidos.
A fines de septiembre de 2020 se produjeron en los centros gastronómicos de esa zona del Sur del Conurbano tres robos bajo la modalidad “piraña”, que fueron captados por las cámaras de seguridad del municipio y de los comercios. Los tres compartieron una serie de particularidades: fueron cometidos por un grupo de ladrones fuertemente armados que descendieron de un auto con armas cortas y largas, entre ellas una ametralladora, ingresaron agresivamente a los locales y amenazaron a clientes y trabajadores.
Uno de estos robos se produjo en una cervecería ubicada en la Montevideo al 1.300, esquina O´Higgins, donde tres delincuentes armados bajaron de un auto, ingresaron al local y robaron las pertenencias de, al menos, 15 clientes que comían en las mesas que están en la vereda.
Días después, un Ford Fiesta azul se detuvo en la calle Oncativo e Ituzaingó, donde está el restaurante Pizza Hot. De ese auto descendieron esta vez cinco delincuentes armados y asaltaron a dos clientas de 41 y 29 años que se encontraban cenando en una mesa en la vereda. Luego, huyeron sin robar en el local. Agentes de la Comisaría 2° de Lanús fueron alertados por el dueño del comercio pero los ladrones ya habían escapado.
El caso más reciente había ocurrido en 8 de enero pasado. Esa noche, poco después de las 23, cuatro hombres armados descendieron de una camioneta Volkswagen Amarok gris para robarle a los comensales del restaurante y cervecería Anne Bonny, ubicado en la esquina de Hipólito Irigoyen y Máximo Paz.
Poco después, se supo, la banda atacó otro restaurante en la esquina de la avenida Galicia y Santiago del Estero, en Avellaneda, donde subieron la apuesta delictiva: además de robar lo que tenían los clientes, se llevaron un Fiat 500 que fue encontrado más tarde en la villa Zabaleta.
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