Un jurado popular tiene desde este martes y hasta el próximo 3 de noviembre, la difícil tarea de juzgar si Gilad Gil Pereg, un ingeniero electrónico israelí de 39 años, es inimputable o puede ser condenado por los asesinatos de su madre y su tía, Pyrhia Saroussy y Lily Pereg, cuyos cuerpos fueron encontrados en su casa de la localidad mendocina de Guaymallén en enero de 2019.
Este martes, durante la primera audiencia del juicio, la jueza técnica Laura Guajardo solicitó al personal de seguridad que retire a Pereg -conocido como el “hombre gato” por su comportamiento desde el descubrimiento de los crímenes- por “maullar” de manera incesante.
Tras los alegatos de apertura de la fiscalía, la querella y la defensa, seis de los 50 testigos que participarán del proceso declararon y, a pesar del comportamiento del acusado durante la audiencia, sus testimonios complican aún más la situación de Pereg, que podría ser condenado a prisión perpetua por los asesinatos de las mujeres israelíes que habían viajado a la Argentina a visitarlo, según información de Télam.
El primero en declarar fue el oficial de policía que tomó la denuncia por averiguación de paradero que Pereg mismo hizo por las víctimas dos semanas antes de la aparición de los cuerpos. El efectivo calificó al hombre como “muy colaborativo y accesible a todo lo que se requería” e indicó que “se mostraba muy preocupado por encontrar a su tía y a su mamá”.
“En ningún momento de esos días, mientras buscábamos a sus familiares, actuó como si fuera un gato”, dijo a su turno otro efectivo policial que participó en varios de los allanamientos
“Era coherente. Vestía extravagante y actuaba en forma extraña por momentos. Pero era muy inteligente y en un principio lo tomamos como testigo y víctima al mismo tiempo, aunque estábamos atentos a todo lo que decía y algunas cosas no cerraban”, agregó en ese sentido un funcionario de la División Búsqueda de Personas.
A su turno, el propietario del departamento que habían alquilado las víctimas asesinadas para pasar sus días en Mendoza, recordó en la audiencia que mantuvo una conversación durante 5 minutos con Pereg, cuando supuestamente fue a buscarlas y no las encontró. “Nos avisó que él mismo iría a la policía a realizar la denuncia”, señaló.
Luego fue el turno de otro policía que declaró que tras varios allanamientos en el domicilio del israelí hallaron tres armas de fuego, dinero en efectivo, prendas y bolsas de cemento con posibles manchas de sangre.
“Se notaba que era un lugar que no limpiaba desde hacía meses, o quizá nunca había limpiado. Había gran cantidad de animales y malas condiciones de higiene en general”, detalló.
El hombre, efectivamente, vivía solo en un predio de dos manzanas junto a 37 gatos, donde luego de varios días de búsqueda se encontraron los cuerpos de las mujeres tapados con piedras.
Por estos hechos, Gilad Pereg afronta este juicio bajo un doble encuadre penal: homicidio agravado por el vínculo respecto de su madre y el homicidio agravado por el uso de arma de fuego de su tía. Por ambos casos le correspondería una pena a prisión perpetua.
La defensa técnica de Pereg, a cargo de Maximiliano Legrand y Lautaro Brachetta, insistió en ese punto e indagó a los testigos de los allanamientos sobre las condiciones de vida del hombre en su casa de Mendoza.
Un ayudante fiscal que participó de las primeras actuaciones señaló que “la habitación en la que él vivía era oscura, desordenada y de forma triangular. Tenía una mesada en la que se mezclaban alimentos para mascotas, computadoras y víveres personales”, dijo y detalló: “En lo que eran unas canchas de pádel dentro del predio, había animales muertos”.
Para la defensa, el acusado debe ser declarado inimputable. Uno de sus principales argumentos es el informe del psiquiatra forense Mariano Narciso Castex, uno de los peritos que lo examinó en el 2019, quien dijo que Pereg padece de licantropía: un ser humano que se siente animal.
La hipótesis de Castex es que el israelí “quería tener gatitos con su madre y cómo ella se resiste, la ahorcó, la ahogó y después mató al testigo que era su tía”, según dijo el profesional en declaraciones a la prensa.
Sin embargo, la fiscal Claudia Ríos concluyó en la etapa de instrucción que el homicida “está ubicado en tiempo y lugar, y comprende el proceso”, por lo que en abril de 2019 el juez Penal 1 de Mendoza, Eduardo Martearena, confirmó la prisión preventiva que había sido dictada a Pereg en febrero de ese mismo año.
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