Este domingo, dos hombres de 36 y 39 años fueron detenidos, acusados de mantener cautivas y en condiciones denigrantes a casi 100 personas a las que sometían a trabajo esclavo en un campo dedicado al cultivo de hortalizas en una zona de quintas de la ciudad de La Plata.
Los agricultores platenses Gerardo Gareca y Nery Marcial Vera Espinosa, de nacionalidad paraguaya -ahora investigados por los delitos de privación ilegítima de la libertad y trata de personas- cayeron por un descuido.
Todo comenzó el domingo pasado a la tarde, cerca de las 18, cuando un llamado al 911 alertó a la Policía Bonaerense de dos grupos de una decena de jóvenes que corrían a toda velocidad por la Ruta Provincial 36 -unos en dirección a la ciudad de La Plata y otros en dirección al partido de Berazategui- mientras eran perseguidos por otros hombres.
Los primeros 6 jóvenes -según contaron ellos mismos a los efectivos de la Comisaría 7° de la localidad Abasto que los alcanzaron en la ruta- habían escapado algunos minutos antes de la “Quinta de Víctor”, un predio de 6 hectáreas, ubicado a la altura de la calle 436, preparado con 45 invernáculos para la plantación de tomates y morrones.
A ese lugar, explicaron, habían sido llevados contra su voluntad desde la provincia de Corrientes y, además de trabajar irregularmente en la siembra, cosecha y embalaje de las hortalizas, eran mantenidos cautivos en unas casillas precarias al fondo del campo donde vivían en condiciones miserables y sin acceso a servicios básicos. El mismo pedido de auxilio hicieron los otros cuatro jóvenes que escapaban en dirección contraria.
Gareca y Vera Espinosa, los capataces que habían salido por la ruta a correr a los trabajadores que huían del campo, fueron detenidos en el instante.
Cuando los efectivos de la Dirección de Investigaciones Contra el Crimen Organizado de la Policía Bonaerense -junto con personal de Migraciones, Rescate de Personas de Nación y de la Dirección de la Niñez y Adolescencia- ingresaron a la “Quinta de Víctor”, lo que encontraron era aún peor: un panorama escabroso de la esclavitud moderna a apenas 40 minutos del centro de la capital provincial.
En el campo fueron rescatadas cerca de 100 personas: 47 mayores de edad extranjeros, en su mayoría bolivianos y paraguayos, 32 adultos argentinos, casi todos menores de 30 años oriundos de la provincia de Corrientes y 19 menores de edad.
Los habían llevado hasta La Plata con promesas laborales, de acuerdo al testimonio de las víctimas, y, al llegar, Gareca y Vera Espinosa los habían forzado a vivir en una serie de casillas precarias de ladrillo hueco sin revocar que compartían con varias otras personas. Dormían en colchones sucios sobre el piso al lado de letrinas inmundas y sólo tenían permitido salir para trabajar en equipos divididos en la siembra, cosecha y embalaje de las verduras.
A pesar de que un grupo de los cautivos lo logró este fin de semana, escapar era difícil: el lugar contaba con un cerco perimetral alambrado electrificado y varias garitas de seguridad con personas armadas que impedían que cualquiera saliera del predio.
En una suerte de oficinas que tenía el campo, los efectivos secuestraron un CPU, documentación y legajos de los trabajadores, remitos de mercadería y comprobantes de pago de los jornaleros.
Gareca y Vera Espinosa quedaron ahora a disposición del fiscal Juan Menucci, titular de la UFI N° 5 de La Plata, a cargo de la investigación, que les tomará declaración en los próximos días. También ordenó la apertura de seis containers encontrados en el campo.
Los investigadores intentan determinar ahora si el principal investigado tiene un antecedente de una causa del año 2016 con intervención de la Justicia Federal en la que habría sido condenado por el mismo delito.
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