La inseguridad no da tregua en el Conurbano bonaerense y los vecinos viven con miedo. Los últimos tres asesinatos que ocurrieron en apenas 13 horas encendieron todas las alarmas en el Gobierno y fue el mismísimo ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, quien admitió que “las fuerzas no dan a basto para estar en todos lados” y le pidió colaboración a la justicia para que deje de liberar delincuentes.
Gonzalo Refi, un vendedor de hardware para minar criptomonedas, fue asesinado en Lanús, a las 19 del miércoles. Dos horas después, en Caseros, acribillaron al subcomisario Rodrigo Becker para robarle su moto. Y a las 8 del miércoles, en Quilmes, Lucas Cancino, fue acuchillado cuando dos delincuentes intentaron robarle la mochila.
En los barrios donde la policía no patrulla, la gente sale de sus casas para ir a trabajar con la angustia de no saber si en el trayecto para tomar el colectivo la asaltarán o la matarán. Y así como están los que prefieren entregar todas sus pertenencias sin confrontar con los ladrones, también están los que se resisten.
Ese fue el caso de otro hecho de inseguridad ocurrido el martes pasado por la noche en la localidad bonaerense de Longchamps, cuando un joven que caminaba por la vía pública fue víctima de un robo en patota.
Al advertir que los agresores lo comenzaron a perseguir, el joven corrió y saltó la reja de una vivienda para resguardarse de los delincuentes, pero la caer sobre el pasto su cuerpo quedó pegado a la reja y uno de ellos metió la mano entre medio de los barrotes y comenzó a golpearlo en la cabeza y en la espalda para que entregara sus pertenencias.
Como la víctima ya había sido neutralizada y no ofrecía demasiada resistencia, lo primero que hicieron fue sacarle la gorra y luego la campera y la remera.
Todo quedó filmado en la cámara de seguridad que la vivienda tiene instalada en su fachada, con dirección hacia la vereda. Tras quedar con el torso al desnudo, el joven se levantó y observó cómo los malvivientes se retiraron del lugar con los objetos robados.
Lo más sorprendente de todo es que, luego, dos de ellos se pelearon para ver quién se quedaba con el botín.
Todo indicaría, a simple vista, que ninguno de ellos portaba armas; pero que igual se salieron con la suya mientras que la víctima se agarraba la cabeza y se lamentaba de lo sucedido.
Como sucede en situaciones como estas, son muy pocos los que deciden hacer la denuncia policial por tratarse de un hurto.
En el Gran Buenos Aires, el 62% de los bonaerenses dice estar “inseguro” o “muy inseguro”. Así se desprende de un sondeo de opinión realizado recientemente por la consultora Reyes Filardo.
A la hora de buscar un motivo por el que las personas se sienten inseguras hubo varias causas señaladas. El 26% observa que hay pocos policías en la calle, pero el 13% apunta en sentido contrario, ya que dice no confiar en la policía. También se marcan cuestiones como experiencias personales o la venta de drogas.
Por otro lado, más de la mitad de los consultados (54%) dijo haber sido víctima de algún hecho de inseguridad en el último año.
Además, tres de cada cuatro de los que sufrieron hechos de inseguridad creen que se debe reformar la justicia para que se cumplan las penas en prisión.
SEGURI LEYENDO: