Este jueves despidieron los restos de Lucas Cancino, el joven de 17 años asesinado en la puerta de su casa por su bicicleta y su teléfono, luego de la multitudinaria marcha de anoche en donde cientos de vecinos de Ezpeleta y Quilmes reclamaron justicia por su muerte y una respuesta a la inseguridad que se vive en el Conurbano bonaerense.
El velatorio, donde hubo cerca de 20 personas entre familiares y compañeras de trabajo de la madre de Lucas, se hizo en la cochería Rufino Pastor, sobre la avenida Yrigoyen en Quilmes: una parte fue el miércoles por la noche, la otra este jueves temprano. Ahí también estuvo la abuela del chico asesinado, de 85 años, con quien convivía, así como su tía y varios primos. Para la abuela, la tragedia es doble: perdió a Marcelo, su marido el año pasado, un ex marino que tenía una excelente relación con su nieto.
“Estamos devastados”, aseguró un familiar directo a Infobae: “Esto es lo que pasa siempre en esta zona. Nunca nadie se hizo cargo de esto. Ni este gobierno, ni ninguno. Y ahora nos toca a nosotros”. El llanto podía verse en las puertas del lugar, mientras los autos se organizaban para el cortejo. A pocos metros, la abuela de Lucas se convertía en el foco del duelo, mientras los presentes se acercaban a la vereda para entregarle flores y sus condolencias. Luego, fue trasladada dentro de un Fiat Palio para esperar la salida del cortejo.
La indignación todavía es evidente. Ayer por la tarde en la marcha, Alejandra, colega de la madre de Lucas, aseguró. “No hacemos nada con las alarmas vecinales, con las que puso la intendenta, con las cámaras de seguridad... No hacemos nada”.
Oscar Marchesi, sacerdote de la catedral de Quilmes, aseguró: “En la parroquia y en los comedores estamos siendo víctimas de robos. Hace tantos años que nos vienen prometiendo cosas que no se ven. Uno está descorazonado pero con la ayuda de Dios y del pueblo creo que se puede salir adelante”.
El cuerpo de Lucas partió de la cochería poco después de las 9 y fue sepultado a mediados de la mañana en el cementerio de Ezpeleta. Cerca de 30 personas rodearon el féretro, con un cortejo con una decena de autos. Allí pudo verse a a la madre de Lucas, Sabrina, acompañada por madres y padres de los compañeros de colegio de su hijo, el Instituto Pacelli de Quilmes.
“Ninguno de los chicos quiso venir, están destrozados. Se enteraron en la puerta del colegio por redes sociales en sus teléfonos que a Lucas lo habían matado. Los preceptores y los docentes los contuvieron. Varios chicos tuvieron ataques de pánico”, afirmó una madre a Infobae.
Al final, Sabrina depositó flores en la tumba de su hijo. Hoy, no hubo clases para los alumnos de secundario del Pacelli. Los dos principales sospechosos por el crimen fueron indagados por la fiscal Karina Gallo y quedaron imputados como coautores del homicidio. Se negaron a declarar.
Fotos: Gustavo Gavotti
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