Avenida Mitre y Juan C. Varela, en Ezpeleta. A 150 metros de allí está el colegio Papa Eugenio Pacelli. Hasta ahí debía llegar este miércoles a la mañana Lucas Cancino (17) en su bicicleta. Sin embargo, dos delincuentes lo interceptaron cuando salía de su casa para robarle y le dieron una puñalada mortal. A 150 metros de esa escuela que ya no lo verá llegar; los vecinos de Quilmes, conmocionados, marcharon para pedir Justicia y Seguridad. Luego, varios se movilizaron a metros de la casa de la víctima y, junto a otro grupo de personas, armaron un altar rodeado de velas en plena calle para despedir al adolescente.
Fue una mujer con delantal azul, llamada Alejandra, que llevaba una cartulina amarilla en sus manos y donde pedía “Justicia por Lucas”, con una foto de la víctima, quien tomó la iniciativa, cortó la calle y arrastró con ella al resto de los vecinos que se iban acercando tímidamente al lugar desde las 18.10. “Justicia, justicia, justicia”, pedían los vecinos mientras aplaudían y cortaban la calle ya a las 18.17, trece minutos antes de que comenzara la marcha, pautada para las 18.30.
“No hacemos nada con las alarmas vecinales, con las que puso la Intendenta, con las cámaras de seguridad... No hacemos nada. Necesitamos a la milicia en las calles”, dijo a Infobae Alejandra, aferrada a la mamá de Lucas, que es profesora de Matemáticas.
De fondo, una bandera con los colores de celestes y blanco se desplegó entre los vecinos. “Vienen de abajo a robar a los chicos cuando salen o entran (del colegio)”, explicó la docente de 43 años que siempre vivió en el barrio, mientras los gritos de los manifestantes con el reclamo de “Justicia” recrudecían de fondo. “Todos los padres del colegio están consternados. Esperamos que salga la milicia a la calle. Todo Quilmes es inseguro, a cualquier hora del día”, dijo.
Ernesto Luis tiene 74 años, y fue el primero que llegó a la esquina de la marcha. “Vivo a tres cuadras. Hace 44 años que vivo acá. A mí me robaron ocho veces. Una vez hasta me secuestraron con mi hijo y me largaron en Bernal. Es muy inseguro, esto es una mierda”. Y sin dejar de sostener la bandera argentina, amplió: “En cualquier momento viene un hijo de puta y te afana. Es una vergüenza. No se puede vivir más. Tengo 74 años, hoy vivo peor que nunca”, dijo el hombre, que tiene dos hijos y cinco nietos.
“Señor ministro la inseguridad no es una ‘sensación’ nos están matando todos los días. Justicia por Lucas, ya no queremos más Lucas”, rezaba una cartulina naranja. Para las 18.30, el horario del inicio de la marcha, un centenar de vecinos se agolparon en avenida Mitre y Varela.
Entre los vecinos, aplaudiendo y pidiendo “Justicia”, estaba Fernando, el preceptor de Lucas, acompañado de otro docente. “Era muy bueno, tenía muy buenas calificaciones y un futuro por delante y bueno... Se lo arrebataron y dejaron a una familia sin su hijo y a sus compañeros sin su amigo, en este último año”, se quebró en diálogo con Infobae.
Y contó con la voz rota: “Me pegó muy mal esta situación, es una injusticia bárbara. No pueden los chicos a salir a estudiar con miedo y que pierdan su futuro porque se los arrebatan”. También dijo que en el colegio siempre hay hechos de inseguridad, que deben llamar a la Policía y tomar precauciones: “No es de ahora, esto es de hace rato... Hoy las autoridades tienen que venir a dar una explicación de por qué no están con su compañero y porqué tienen que correr el riesgo para venir a estudiar”.
El padre Oscar Marchesi es el sacerdote de la catedral de Quilmes. Oriundo de Mendoza, 64 años, hace 14 que en Quilmes. “Estoy aquí como ciudadano de la inseguridad, de la injusticia, del mal manejo de los fondos, como esto de los viajes de egresados -que este niño no lo va a poder gozar-, en vez de dar ese dinero para seguridad, para la salud, para los hospitales”, se sinceró.
Y agregó: “En la parroquia y en los comedores estamos siendo víctimas de robos. Hace tantos años que nos vienen prometiendo cosas que no se ven. Uno está descorazonado pero con la ayuda de Dios y del pueblo creo que se puede salir adelante”.
En la marcha también estaba Fabián Omar Almada, padre de Franco Almada, repartidor asesinado en Quilmes el 25 de abril de 2020. “A nuestros hijos los matan como perros. Hoy es Lucas, ayer fue Franco. Si el pueblo no se levanta, esto va a seguir. Ya van a pasar dos años de que mataron a mi hijo. Nunca lo van a encontrar al delincuente porque no lo buscan. Y todos los días aparece un nuevo caso y los demás quedan en el olvido”, expresó entre lágrimas.
Pasadas las 19.30, los vecinos comenzaron desconcentrarse. De a poco, fueron dejando la esquina de avenida Mitre y Juan C. Varela, en Ezpeleta, que ya no verá pasar por allí a Lucas para ir al colegio.
Sin embargo, parte de la gente que se concentró esta tarde se trasladó hasta la casa de la víctima, a unas 15 cuadras de allí, en donde mataron al adolescente esta mañana.
Unos 200 vecinos llegaron a unos metros de donde vivía Lucas. Ahí, donde se juntan las calles Goleta y Río de la Plata, había ya unas 300 personas que comenzaron a gritar “seguridad”. Luego, encendieron más 30 velas en medio de la calle y pusieron delante una cartulina con la foto del chico asesinado. Pedía: “Justicia por Lucas”.
De fondo y alrededor del altar improvisado, cantaban “se sien, se siente, Lucas está presente”. Para ese entonces, las 20 de este miércoles gris, los restos del adolescente eran despedidos por sus familiares en un velatorio íntimo.
El caso
El asesinato de Lucas ocurrió poco antes de las 8, cerca de la casa de los abuelos del adolescente, ubicada en Combate Naval al 1.500, entre Lugones y Ascasubi. El chico se subió a su bicicleta para ir al colegio Papa Eugenio Pacelli, ubicado a unas 20 cuadras; pero solo avanzó unos metros, cuando fue abordado por otro joven que quería robarle sus pertenencias.
Según pudo saber Infobae, testigos aseguraron que la primera reacción del chico fue oponerse y, en medio del forcejeo, recibió una puñalada en el pecho. Gravemente herido, Lucas volvió como pudo hasta la casa de sus abuelos, y alcanzó a cruzar la reja de la entrada para pedir ayuda. Pero se desvaneció. Minutos más tarde llegó una ambulancia del SAME, que constató que el adolescente ya estaba muerto.
Por el crimen hay dos detenidos, uno de ellos sería el autor material del homicidio de Lucas. También se halló un cuchillo que será peritado. La fiscal Karina Gallo, de la UFI N°4, imputó a los sospechosos por el homicidio en ocasión de robo. Los indagará en las próximas horas.
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