Se renueva el poder narco en la 1-11-14: los hombres de “Dumbo” buscan controlar el negocio a tiros

Mataron a un vendedor del último capo de la zona y entraron a dos búnkers centrales. La sombra de “Marcos” Estrada y la sospecha de la Justicia

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Así trasladaron a los heridos de bala tras el ataque narco en la villa 1-11-14

Enrique Elezar Espinoza Cordova, alias “Picnic”, 39 años, de nacionalidad peruana, salió el 7 de octubre de cubrir su turno en el kiosco de drogas ubicado en el cruce de Oceanía y calle 2, en la zona conocida como “La Quema” de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores. “Picnic” caminó unos pocos metros cuando un grupo de hombres armados lo interceptaron y dispararon una ráfaga de tiros hasta que cayó muerto.

Las balas fueron tantas que alcanzaron a dos chicas de 14 años que no estaban relacionados con el submundo narco de la villa. Tan solo caminaban por ahí en el momento del ataque: terminaron internadas en el Hospital Piñero y se encuentran fuera de peligro, según indicaron fuentes del caso.

Tras la balacera, los sicarios se escabulleron por el llamado pasaje Bolívar, conocido como pasaje de “Tito”, y escaparon a toda velocidad en un auto que los esperaba sobre la avenida Coronel Esteban Bonorino. El crimen sicario se explica de forma simple: era una venganza, o una jugada para la toma de poder. “Picnic” era un hombre de Jhony Ray Arnao Quispe, alias “Pantro”, señalado como el nuevo capo de la villa, que fue arrestado pocos días atrás tras varios allanamientos dentro de la 1-11-14.

Jhony Ray Arnao Quispe, alias
Jhony Ray Arnao Quispe, alias “Pantro”

En esos arrestos, además de “Pantro”, un ex discípulo y jugador de “Marcos” Estrada González, el capo supremo de la historia del Bajo Flores -hoy preso en Marcos Paz, condenado a 24 años de cárcel- cayó todo su séquito de los llamados Chalecos, la primera línea de seguridad, encargados de palpar y chequear a los compradores de droga.

Así, los dos puntos centrales de venta que manejaban quedaron al descubierto, debilitados y listos para que otra organización con más estructura les robara el negocio. En uno de esos kioscos, ubicado en “La Quema”, vendía ‘Picnic’”. El otro está ubicado en San Juan, a metros de la avenida Varela.

Según indicaron fuentes que conocen la zona a Infobae, la señal del ataque a “Picnic” fue clara. Tras asesinarlo, los movimientos en el barrio se iniciaron de forma rápida. Esa misma tarde, algunos viejos conocidos, como ex miembros de la banda del todavía prófugo Raúl Martín Maylli Rivera, alias “Dumbo”, el capo narco de Villa Lugano también nacido de la banda de “Marcos” que operaba en el barrio Padre Mugica y que hoy tiene pedido de captura nacional e internacional, comenzaron a reunirse en distintos puntos de la villa.

De ese modo, a las pocas horas, con la estructura de “Pantro” desarmada, ingresaron armados y de a grupos a los puntos de venta. A los golpes y amenazas sacaron a los vendedores que respondía al narco detenido. Para los detectives, los hombres son llamados “Los Antiguos”.

Sospechan que son viejos jugadores de las ligas menores de la banda de “Dumbo” que se hicieron de cocaína y dinero para regentear su poder con nuevos negociados. Algunos investigadores arriesgan que también hay ex hombres de “Marcos” Estrada González, quien había sido el capo casi vitalicio de la zona junto a su hermano Fernando, alias “Piti”, hoy preso y con su viejo poder esmerilado.

Estas sospechas, principalmente las vinculadas a “Dumbo”, resuenan en la PROCUNAR, el ala de la Procuración dedicada a investigar delitos de narcotráfico con el fiscal federal Diego Iglesias, que participó en las investigaciones que llevaron a la cárcel a “Pantro”, a Estrada González y a la gran parte de la banda Maylli Rivera.

Así, “Los Antiguos” se organizaron y aprovecharon la oportunidad. Planearon el ataque a “Picnic” y después fueron por los puntos de venta para intentar quedarse con el gran negocio de la droga en el Bajo Flores.

Parada narco: el sistema de
Parada narco: el sistema de control de la banda de "Pantro" para compradores de droga

Por estas horas, lo que los detectives intentan dilucidar es si estos nuevos hombres que aparecieron el mapa narco de la villa tributan los réditos del negocio a algún líder, como por ejemplo a “Dumbo”. La segunda hipótesis indica que simplemente se reunieron por su cuenta ante la caída de “Pantro” para hacerse con el negocio millonario de la venta de droga en la villa y ser jefes ellos mismos en el vacío de poder.

“Pantro”, peruano, de 38 años y con domicilio legal registrado en la avenida La Plata, se hizo de abajo literalmente. Fue custodio de Oscar Lalopu Tuñoque, alias “Kevin”, otro pesado histórico ligado al clan de Estrada González. Con “Kevin” preso tras fugarse a Perú, “Pantro” se convirtió en el virtual jefe de seguridad alrededor de 2013 y comenzó a gestionar su poder. Así, quedó.

Su perfil personal es insólito. Cobró, entre este año y el anterior, el IFE y una Asignación Universal por Hijo; se encuentra registrado en el rubro de servicios personales de la AFIP. Hay dos teorías entre investigadores federales sobre su llegada al poder. La primera indica que ganó su espacio por la fuerza a “Piti”, el hermano de Estrada. Otra, que lo negoció. En todo caso, la zona, según la acusación en su contra, fue suya.

"Dumbo", prófugo
"Dumbo", prófugo

El nuevo capo implementó en los últimos tiempos una novedad, algo a lo que sus predecesores no se atrevieron: sumó argentinos a sus filas, algo que le resienten sus jefes de turno, entre ellos “Pitufo”. Y en la 1-11-14, los turnos son la base de la operación, las rotaciones de los negocios por franja horaria, un método que aplicó “Dumbo” en el Barrio Mugica de Villa Lugano.

En síntesis, tanto “Dumbo” como “Pantro” aplicaron el mismo negocio que Estrada González: copar una villa con armas y droga. Qué juega el viejo fundador del imperio del Bajo Flores es otro interrogante. Semanas atrás, la PROCUNAR elevó un preocupante informe sobre el posible control del negocio narco desde las cárceles ante un supuesto relajamiento de la inteligencia penitenciaria. En ese informe, “Marcos” tiene dedicado un capítulo.

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