Hoy lunes 12 de octubre, la denuncia realizada en la Justicia federal contra el ex entorno de Diego Armando Maradona para investigar el posible caso de trata de personas que tuvo como objeto a Mavys Álvarez, la víctima cubana del ídolo, se encuentra en manos de Carlos Rívolo, titular de la Fiscalía Federal N°2. La denuncia investiga su traslado a la Argentina desde Cuba en el año 2001, cuando tenía 17 años. Entre los acusados se encuentran, principalmente, Guillermo Coppola, ex manager de Diego. En ese viaje, Álvarez recibió una cirugía estética de implantes mamarios, a cargo del especialista Juan Pintos Barbieri.
Rívolo, según confirmaron fuentes judiciales, recibió el expediente del juez Daniel Rafecas, que delegó en el fiscal la investigación. La denuncia había tenido una vía compleja. Había sido presentada por la ONG Fundación por la Paz y el Cambio Climático en dos frentes. Primero, ante la PROTEX, el ala de Procuración dedicada a investigar delitos de trata de personas sexual y laboral. Luego, se presentó también en la mesa de entradas de la Cámara Federal.
Esto generó dos expedientes, el primero en el Juzgado Federal N°10 de Julián Ercolini. El segundo, en el Juzgado N°3 a cargo de Daniel Rafecas.
En el juzgado a cargo de Ercolini, Mavys Álvarez se presentó como querellante, acompañada de los abogados Gastón Marano y Marcela Scotti. En representación de Mavys, la Fundación presentó una gran cantidad de pruebas que habían sido adelantadas la semana pasada por este medio.
Incluyen cartas de amor, tickets de pasajes de Copa Airlines desde Panamá, recibos del hotel Hilton, una postal del Sheraton y una carta al Hilton donde Maradona se compromete a pagar todos los gastos. Está su vieja tarjeta de La Pradera, el resort donde Diego se hospedaba en Cuba en sus momentos más caóticos. Hay, incluso, recetas de analgésicos de un cirujano plástico e imágenes que la muestran bailando con Diego, junto a Guillermo Coppola, en diversos encuentros.
Finalmente, en la Justicia federal se resolvió para que el caso quede en manos de Rafecas, que delegó la causa a Rívolo. La querella de Mavys aún no fue aceptada y la PROTEX todavía no fue convocada para intervenir en el expediente. El fiscal -que todavía no recibió las fotos y documentos enviados por Álvarez al juzgado de Ercolini- mantiene la causa en estudio y bajo estricta reserva para resolver la dirección de sus decisiones: archivarla o avanzar en el expediente no son las únicas vías posibles que tiene Rívolo.
El caso de Mavys se convierte en una paradoja para el sistema penal a la hora de determinar una responsabilidad. Con Maradona muerto, sin poder ser imputado por abuso, los investigadores encontraron una cuestión de prescripción temporal, además de ser hechos ocurridos en Cuba bajo otra legislación. El delito de trata de personas no estaba prefigurado en la ley argentina en aquel entonces: llega al Código Penal en 2008.
Sin embargo, hay otra pregunta que resuena en la Justicia federal: ¿acaso alguno de los imputados “consiguieron” otras mujeres para Maradona?
Maradona tenía 41 años al momento de los hechos. En su escrito remitido a Ercolini, Mavys afirmó sobre sus días porteños: “Es importante para mi destacar que durante mi estadía en Argentina, en 2001, en donde permanecí durante dos meses y medio, no se me permitía salir sola de los hoteles en que me alojé, ni tampoco de un departamento ubicado en Capital Federal en dónde permanecí, habiendo siempre personas encargadas de que permaneciera allí. Durante la totalidad de mi permanencia en el país, sólo pude realizar dos actividades que elegí (una a comprar y otra al zoológico), aunque siempre acompañada por una persona hasta mi regreso”.
“Del mismo modo, en Argentina, y aún siendo menor de edad, fui presionada a realizarme una operación de aumento de mamas, la que se realizó en el país sin autorización de ninguna persona responsable por mí. En las mismas circunstancias me suministraron drogas en el país, las cuales me acarrearon una adicción durante muchos años. Las secuelas de lo que viví perduran hasta hoy”, siguió.
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