La familia de Daniel Cipolat, el conferencista argentino que fue hallado enterrado en Cancún hace tres semanas, necesita respuestas que aún no encuentra. Desde que se enteraron de su muerte, lo único que surge en torno al caso son dudas que nadie puede responder. La Justicia mexicana sospecha de una de sus asistentes, Linda Uribe, que luego de la muerte presentó un certificado de defunción falso y ahora nadie la encuentra. Antes de desaparecer, uno de los hijos del argentino logró hablar con ella y grabó esa conversación. En el audio, presentado en esta nota, se escucha la confesión que puede torcer el destino del expediente.
“Lo enterré sin cajón y desnudo”. Así, con una crudeza y naturalidad que llaman la atención, Uribe le confesó a uno de los hijos de Cipolat, lo que hizo con el cuerpo del conferencista. Luego de esa charla, la mujer huyó y ahora es buscada.
Para entender la importancia del audio, es necesario repasar los hechos tal como figuran en el expediente que sigue adelante la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE), la localidad donde vivía Cipolat.
El 28 de Agosto, apareció un posteo en la cuenta oficial de Cipolat, que desde hace años vive en Mexico y se dedica a dar conferencias sobre asuntos cósmicos. En esa publicación, el argentino anunciaba que se había contagiado de COVID-19. “Esta vez me tocó a mí. Salí positivo de variante Delta. ¿Qué les puedo decir? Ahí, viendo al cuerpo a ver qué hace. Por lo pronto, no responde a ninguna medicación. Sigue su proceso tremendamente debilitante y molesto. No tengo miedo, estoy abierto para cualquier desenlace y lo que deba ser”, dijo Cipolat.
Inmediatamente, los cuatro hijos varones de Cipolat y su ex mujer intentaron comunicarse con él. Fue en vano. Sus teléfonos se apagaron y se tornó inubicable. Al mismo tiempo, los seguidores de Cipolat alertaron, en los comentarios, que ese posteo no parecía escrito por él.
Desde ese momento la incertidumbre comenzó a invadir a su familia. Esas sensación se mantienen hasta hoy.
Lo cierto es que ante esta situación, que comenzaba a tornarse extraña y, al mismo tiempo, desesperante, los hijos lograron conseguir el teléfono de Linda Uribe, por referencias se enteraron que era una de las asistentes de Cipolat.
“La contactó uno de los hijos por WhatsApp para preguntarle si sabía por qué el papá no contestaba. Esto fue el 3 de septiembre. La respuesta fue terrible. Le dijo que había fallecido justo esa misma mañana de COVID. Nadie lo podía creer”, cuentan desde la familia.
Uribe, además, adjunto un certificado de defunción. En ese documento, publicado en exclusiva por Infobae, se lee que la causa de muerte fue “Infarto miocardio. Angina de pecho”. También se leen los datos de un médico y su número de teléfono.
Luego se comprobó que el certificado es apócrifo. “Para empezar no tiene ningún sello y, por otro lado, el teléfono del médico corresponde a una garita de seguridad que nada tiene que ver con la medicina”, explica alguien cercano a la causa.
Con todas estas incógnitas, uno de los hijos de la víctima, que vive en otra ciudad de Mexico, viajó a Cancún el 13 de septiembre para hablar en persona con Uribe e intentar entender qué había pasado.
La mujer se presentó no sólo como asistente de Cipolat sino también como su pareja. Llevó al hijo del argentino su propia casa, a 14 kilómetros de Cancún, en un complejo llamado “El Ramonal”. Luego, sin ningún tipo de contemplación, le confesó que su padre estaba enterrado en un terreno cercano. Por si fuera poco, le dijo que lo hizo ella misma de manera ilegal.
“Lo enterré sin cajón. Desnudo y con fibras naturales. Lo enterré en mi casa. Eso no se puede hacer acá pero a mí no me importa ningún papel”, se escucha decir a la mujer en un audio.
Antes esto, el hijo de Cipolat le pregunta, con absoluta lógica: “¿No te puede traer problemas a vos eso?. La mujer responde admitiendo un delito: “Claro que me puede traer problemas. Porque es ilegal”.
Con toda esta información en su cabeza, volcada de la manera más cruenta, el hijo de la víctima fue directo a la fiscalía local para hacer la denuncia. De esa manera comenzó la investigación penal para determinar qué pasó con el conferencista.
Recién el 23 septiembre, la policía de Quintana Roo, el estado que aloja a la ciudad de Cancún, halló el cuerpo de Cipolat. Cuando intentaron ubicar a Uribe, ya no estaba. El cadáver había sido enterrado en el jardín del terreno que había mencionado la mujer.
Mientras tanto, la policía sigue buscando Uribe. Los detalles sobre qué provocó la muerte se mantienen en reserva en el expediente aunque este medio pudo confirmar que no coinciden con lo expuesto en el certificado falso.
“La Justicia busca, además, a algún cómplice porque es imposible que ella sola, siendo tan flaquita como es, pueda haber manipulado el cuerpo de un hombre que medía 1.86 y pesaba, al menos 85 kilos”, cuentan desde México. Mientras tanto, la familia de Cipolat pide que la embajada argentina en el país azteca no deje de colaborar porque seguir el caso a la distancia se vuelve sumamente difícil.
SEGUIR LEYENDO: