Tensión en Canning: el Grupo Halcón redujo a un joven que se atrincheró a los tiros

“Acá no entra nadie”, gritó N.B. antes de que lo detuvieran. Le había sacado el arma a su padrastro, miembro de la Fuerza Aérea, y quedó aprehendido en un hospital a la espera de estudios psicológicos

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El lugar donde ocurrió el
El lugar donde ocurrió el violento episodio

N.B., un joven de 28 años, le robó a su padrastro, miembro de la Fuerza Aérea, su pistola reglamentaria Bersa Thunder calibre 9mm y se atrincheró en su casa en la localidad de Canning, partido de Esteban Echeverría. N.B. comenzó a disparar desde adentro de su casa y tuvo que intervenir el Grupo Halcón, la fuerza táctica de elite de la Policía Bonaerense, que lo redujo rápidamente El joven sufría depresión porque estaba sin trabajo y tenía conflictos con su pareja, según informaron las fuentes del caso. Por el hecho no se registró ningún herido.

El caso quedó en manos del fiscal Fernando Semisa, titular de la UFI Nº4 de Esteban Echeverría, quien imputó a N.B. por los delitos de hurto, portación de arma de guerra y abuso de armas. El fiscal Semisa pidió que le realizaran estudios psicológicos para enviar al joven a un centro de salud que trate este tipo de patología psiquiátrica.

Así, el violento episodio comenzó este jueves en una vivienda sobre la calle Nicaragua en la localidad del El Jagüel. Allí, N.B. comenzó a discutir con su madre, su hermano y su padrastro. La tensión iba en aumento hasta que se introdujo en la habitación del padrastro, miembro de la Fuerza Aérea, y le robó su arma reglamentaria, la Bersa Thunder calibre 9mm.

Tras el hurto, escapó de la vivienda y se dirigió hacia la suya, en la localidad vecina de Canning. Las familiares de N.B. rápidamente dieron aviso al 911 y una vez que el personal policial arribó al domicilio relataron todo lo que había ocurrido. Allí, dijeron que el joven se había ido a su casa con el arma y que no sabían qué podía llegar a hacer.

Ante esto, intervino el fiscal Semisa quien ordenó a los policías que fueran a la casa del joven para determinar qué era lo que estaba ocurriendo. Cuando llegaron, los efectivos escucharon detonaciones desde adentro del domicilio y el grito: “Acá no entra nadie”.

Así, el fiscal requirió que interviniera el Grupo Halcón para que no escalara la violencia. Tras analizar durante unos minutos la situación, los efectivos de la fuerza especial ingresaron a la vivienda. N.B. los recibió a los tiros, pero ninguno de los disparos hirió a los policías y rápidamente lo redujeron.

El joven quedó aprehendido en un hospital y la espera de los resultados de los análisis psiquiátricos que pidió el fiscal del caso para determinar como avanzar con el imputado.

El dramático ingreso del grupo Halcón al PH de Caseros

El martes alrededor de las 9.30 ocurrió un hecho similar. Luego de diez horas de negociación infructuosa y más de 400 balas disparadas, el Grupo Halcón, la fuerza táctica de elite de la policía Bonaerense, entró al PH de Caseros para frenar a Alejandro Darío Maldonado. José Cáceres, el rehén, llevaba muerto más de seis horas y, tras la acción policial, el secuestrador fue abatido. Este jueves, Infobae accedió a dos videos de cómo irrumpieron en la propiedad desde que el fiscal les dio la orden para avanzar y ponerle fin a la locura.

Paralelamente al ingreso al patio del PH repleto de basura y de un sinfín de tiros y granadas de estruendo, por los techos había agentes del grupo Halcón; mientras, en el perímetro, grupos como el GAD y la UTOI, oficiaban de apoyo.

Un efectivo comenzó a filmar la entrada del Grupo por el pasillo de la propiedad de Tres de Febrero al 3.900, donde desde las 23.30 Maldonado tenía a Cáceres de rehén y respondía a los tiros todo intento de hacerle deponer la actitud: “Luz verde, mantenemos hasta el OK, fuera seguro. Listo, vamos. Despacito, señores, despacito”, indicó, como puede verse en el video que ilustra esta nota. Luego, la tensión escaló.

“Poneme el escudo, poneme el escudo acá. Escudo porque están los tiros. Despacio, despacio, mantengan, mantengan... Mantené, ¡Abel! ¡Seguridad en la ventana y la puerta! ¡Pongan el escudo!”, comenzó a gritar. Justamente, Abel es uno de los policías que resultó herido en la irrupción que finalizó con el secuestrador atrincherado asesinado de dos balazos: el teniente primero Ricardo Abel Abeldaño, de 47 años.

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