El lunes por la mañana, Mavys Álvarez Rego, la víctima de Diego Maradona que sufrió un vínculo abusivo con el ídolo en su período cubano a comienzos del siglo, tomó un paso decisivo en la Justicia argentina. Pidió formalmente convertirse en querellante en la causa en manos del Juzgado Federal N°10 por trata de personas al ex entorno del ídolo, con ella como víctima, representada por los abogados Gastón Marano y Marcela Scotti.
La denuncia había sido hecha ante la PROTEX -el ala de la Procuración que investiga delitos de trata- por Fernando Míguez, de la ONG Fundación por la Paz y El Cambio Climático, que estipulo que podría haber existido ese delito cuando Álvarez fue trasladada a la Argentina. Entre los acusados se encuentran Guillermo Coppola, Mariano Israelit, Omar Suárez -cara visible del local nocturno Cocodrilo-, Carlos Ferro Vieira, entre otros que acompañaban al Diez. Luego, la PROTEX decidió enviar la denuncia a sorteo en la Cámara Federal. Así, recayó en manos del juez Julián Ercolini.
Al enterarse de la denuncia, Mavys pidió integrar la querella.
Hoy, mientras la víctima de Maradona espera una resolución del juez Ercolini, Infobae obtuvo una imagen de su visa de aquel entonces con la que entró a la Argentina, válida hasta el 9 de febrero de 2002, por un total de 90 días. El documento cuenta con el nombre y sello del diplomático Eduardo Porretti.
El pedido para ser considerada querellante fue presentado por sus abogados Juzgado Federal N°10, con un escrito que incluye el testimonio de Mavys desde Miami, con palabras particularmente duras. En ese relato, sugiere la cadena de responsabilidades que la convirtieron en una supuesta víctima podría ir mucho más allá de Coppola y otros. Apuntó, precisamente, a la Dirección Nacional de Migraciones en aquel entonces, que habilitó por lógica su entrada al país.
“Agrego, asimismo, que entiendo se debe investigar también la conducta de los funcionarios de la Dirección Nacional de Migraciones que autorizaron mi ingreso y egreso a la Argentina, en tanto era menor, viajé absolutamente sola, y no contaba con documentación suficiente para hacer dichos cruces. El ingreso y el egreso fueron coordinados con una persona con la que hablé al llegar. Esto me hace estar convencida de que existió una connivencia entre funcionarios públicos cubanos y argentinos para permitir mi traslado e ingreso”, aseveró.
Sobre sus días porteños, Mavys afirmó: “Es importante para mi destacar que durante mi estadía en Argentina, en 2001, en donde permanecí durante dos meses y medio, no se me permitía salir sola de los hoteles en que me alojé, ni tampoco de un departamento ubicado en Capital Federal en dónde permanecí, habiendo siempre personas encargadas de que permaneciera allí. Durante la totalidad de mi permanencia en el país, sólo pude realizar dos actividades que elegí (una a comprar y otra al zoológico), aunque siempre acompañada por una persona hasta mi regreso”.
“Del mismo modo, en Argentina, y aún siendo menor de edad, fui presionada a realizarme una operación de aumento de mamas, la que se realizó en el país sin autorización de ninguna persona responsable por mí. En las mismas circunstancias me suministraron drogas en el país, las cuales me acarrearon una adicción durante muchos años. Las secuelas de lo que viví perduran hasta hoy”, siguió.
Hasta hoy miércoles, el juez Ercolini no resolvió el pedido de querella de Álvarez Rego. Fuentes cercanas al caso aseguran que la denuncia fue presentada dos veces. Primero, en la PROTEX. Luego, en la Cámara Federal. Esto generó expedientes en dos juzgados: el N°10 a cargo de Ercolini y el N°3 a cargo de Daniel Rafecas. Hoy, se dirime esta cuestión de competencia.
SEGUIR LEYENDO: