Durante los últimos 15 años, el negocio de la venta de cocaína se convirtió en la clave criminal de la zona roja de La Plata, el área de la capital provincial ubicada entre las calles 2 y 64, frecuentada por trabajadoras sexuales trans que se convierten en el último eslabón -y el más débil- de la cadena narco.
Esta semana, una nueva causa a cargo de la UFI N°18 del fiscal Néstor Tesón, investigada por la Dirección de Investigaciones Contra el Crimen Organizado de la Policía Bonaerense reveló un nuevo capítulo en la historia.
Con un expediente que comenzó a investigarse en julio, los efectivos obtuvieron datos de inteligencia y filmaciones encubiertas que permitieron identificar y arrestar a doce personas, muchas de ellas mujeres trans peruanas y ecuatorianas vinculadas al comercio directo, a pasamanos de bolsas y a viajes de delivery. Se realizaron 12 allanamientos entre La Plata y Berisso con puntos en Tolosa, Los Hornos.
Hubo incautaciones. Se secuestraron ocho kilos de marihuana, más de un kilo de polvo, 400 gramos de bicarbonato de sodio para cortarlo, 30 celulares que podrán ser peritados, cuadernos de anotaciones, 288 mil pesos. También se hallaron armas: dos pistolas, un pistolón, tres revólveres calibres 22, 32 y 38 con la numeración limada, así como 50 municiones.
Entre los aprehendidos, hay una figura que suele ser elusiva en este tipo de investigaciones, pero que esta vez cayó. Ciriaco M., de 40 años, vecino de Tolosa, ex empleado de dos clubes de futbol de Primera División, fue aprehendido, acusado de ser un supuesto proveedor y de facilitar un lugar de ocultamiento para la droga. Hay, también, otro prófugo acusado de ser un proveedor narco, Lorenzo S., de 36 años, alias “El Paragua”, según revelaron fuentes del caso a Infobae.
Con domicilio en La Plata y otra dirección registrada en Los Hornos, se lo vincula también a un taller mecánico que se usa como pantalla para esconder la droga y venderla.
Todavía se desconoce, por ejemplo, si hay un explotador final, un jefe de la pirámide, o si un proxeneta o varios actuaban como intermediarios entre las mujeres trans detenidas y el comercio de droga. También, se desconoce si los acusados de proveer la droga también explotaban el trabajo sexual.
La problemática de las mujeres trans detenidas en la zona roja platense es histórica, con un circuito que se agrava con condenas duras en los tribunales locales y luego en los penales bonaerenses. En 2016, el juez Juan José Ruiz firmó un polémico fallo en donde condenaba a cinco años y tres meses de cárcel a una travesti peruana que había sido encontrada con un gramo y medio de cocaína dos años antes, una decisión que generó indignación en colectivos. Su condición de extranjera se consideró un agravante, según el Ministerio Público de la Defensa que repudió la decisión. “En violación a la ley de identidad de género, la sentencia se refirió a la acusada como ‘el travestido’ o con el nombre masculino consignado en su documento, y no con el que se corresponde con su identidad autopercibida”, recordaba un comunicado.
En 2017, cinco policías de la Bonaerense fueron arrestados por la PFA como involucrados en el tráfico de droga de la zona.
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