El domingo 14 de agosto del 2016, cerca de las 16 horas, Mariano Rubén Fernández (26) corrió de su casa del barrio Don Orione, del partido de Florencio Varela, donde convivía con Alicia Beatriz Soledad Vallejos (23), su pareja desde hacía ocho años. El hombre tenía las manos y la ropa cubiertas de sangre. En el interior de la casa, Alicia agonizaba con un tiro en la nuca. Fernández fue encarcelado por el femicidio tras una investigación de la hoy jueza Gisella Olzaniecki pero a casi dos mil días del crimen, aún no fue juzgado por el crimen: todavía espera enfrentar al tribunal de Quilmes que podrá condenarlo.
La pandemia dilató la agonía de la familia de la víctima para conseguir Justicia. “Fueron años de incertidumbre y dolor”, sintetiza Daniela Vallejos, hermana mayor de Alicia, en diálogo con Infobae. En las últimas horas, tras un fuerte reclamo para que comience el debate, encontró algo de alivio: el próximo 10 y 12 de noviembre finalmente comenzará el juicio contra Fernández en el Tribunal Oral Criminal N°5 de Quilmes. Daniela fue testigo del calvario que sufrió Alicia antes de ser asesinada.
Fernández y su hermana y se conocieron en 2008, cuando ella tenía 15 años y él 18. “Si bien convivían, Alicia solía irse de su casa cada vez que discutían. Una vez la corrió con un cuchillo y llegó a cortarle un dedo. El maltrato no solo era físico sino también psicológico”, dijo la hermana.
Esa tarde de agosto de 2016 se escuchó un estruendo en el barrio Don Orione. Un llamado al 911 hecho por una vecina dio aviso a la Policía Bonaerense, que rápidamente se trasladó hasta la calle Monserrat al 800. Una vez dentro de la casa, los efectivos encontraron a la joven de 23 años debajo de una cama, con sangre en la nuca y todavía con vida. La trasladaron de urgencia al Hospital Mi Pueblo de Florencio Varela, pero falleció el mismo día.
El informe de autopsia fue contundente: Alicia recibió un disparo a quemarropa. El arma nunca se encontró.
A las horas del hecho, la Policía detuvo a Fernández, quien se había fugado y se ocultaba en la casa de un pariente en los monoblocks de la villa Los Eucaliptos de Quilmes. Desde entonces, está detenido en la Unidad Penitenciaria N° 24 de Florencio Varela. En el expediente de la causa, al que accedió Infobae, distintos testigos dieron cuenta de que Fernández ejercía violencia física y psicológica sobre Alicia.
De los testimonios que recopiló la fiscal se desprende que el imputado “tenía una personalidad violenta y obsesiva”. Quienes declararon contaron que Fernández “se drogaba, se ponía violento, le pegaba cachetazos y trompadas a Alicia”, o que, “cada vez que se peleaban, él le sacaba un par de zapatillas que le había regalado”.
Testigos también declararon que el detenido “llegó a cortarle un dedo y a correrla con un cuchillo” o que “la obligaba a salir de la casa cuando él se iba a trabajar, porque tenía celos de su propio hermano” o que “la dejó en la calle en bombacha y Alicia me llamó desde una obra, que estaba escondida y que la vaya a buscar”.
Después de los episodios- según los testigos- Alicia se iba de la casa pero volvía, “porque Fernández le prometía que iba a cambiar y, en otras ocasiones, porque le aseguraba que se quitaría la vida”.
La investigación realizada también demostró la existencia de otros episodios de violencia e intimidación del imputado hacia la víctima, dando cuenta de “una relación de continuo sometimiento y temor”. Incluso, en dos oportunidades previa, Fernández fue condenado por amenazas con el empleo de armas contra Alicia y su grupo familiar.
La mañana del día del femicidio, cerca de las 10.30, Alicia fue a la casa de una de sus primas y le contó que ella y Fernández habían discutido porque él se había comprado un arma y que había amenazado al marido de su hermana Daniela. También le confió que se quería separar.
La autopsia reveló la causa de muerte: un paro cardiorrespiratorio traumático ocasionado por un disparo que la víctima recibió en la parte trasera de su cabeza. El arma estaba apoyada en el cráneo. Los peritos describieron la dirección del disparo “de arriba hacia abajo”. “Vale recordar que Alicia fue encontrada debajo de la cama, quizás tratando de evitar la violencia del acusado”, explicaron fuentes del caso a este medio.
El arma homicida nunca se encontró. En este sentido, los investigadores creen que el imputado se deshizo de ella cuando se dio a la fuga.
Desde esa tarde de agosto de 2016, hace más de cinco años, la familia de Alicia Vallejos espera una condena para Fernández, quien permanece detenido. Esta semana finalmente, el Tribunal Oral Criminal N°5 de Quilmes, designado por sorteo en 2017 para llevar adelante el juicio, porque en ese momento no funcionaban tribunales de juicio en Florencio Varela; fijó fecha de debate para el el miércoles 10 de y el viernes 12 de noviembre.
Unos días antes de conocerse que ya estaba la fecha del juicio, María Josefa Saucedo (62), madre de Alicia, avisó a la Justicia de Florencio Varela que habían iniciado una campaña en la plataforma change.org para juntar firmas para el que el caso fuera llevado a juicio.
Previo a eso, en 2020, la defensa del imputado pidió que el juicio no fuera en forma virtual, para que el acusado pudiera estar en contacto personal con su abogado al momento de la declaración de los testigos. La Justicia hizo lugar a ese pedido.
“Insistimos mucho para llegar a la instancia. Fueron años de incertidumbre y dolor”, repite Daniela, la hermana de Alicia, “Ali”, como solía llamarla, quien el 13 de septiembre pasado hubiera cumplido 29 años. Finalmente, el proceso tiene fecha de inicio.
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