Ayer por la noche, I., de 15 años, regresó. La buscaban desde el 20 de julio último, cuando fue vista por su familia por última vez. Llegó a una casa de la calle Marcelo T. de Alvear en José C. Paz, su zona, una casa de un vecino que conocía, donde su padre había vivido previamente. Simplemente, tocó la puerta y se anunció en el lugar.
Al saberlo, una mujer alertó a la división Trata de Personas de la Policía Federal. Así, fue contenida e ingresó al Programa Nacional de Rescate para víctimas de trata, que tomó su testimonio. Los investigadores sospechaban, precisamente, que I. había sido captada y prostituida en todo este tiempo. Y su aparición también es motivo de sospecha, lo que parece ser una escena montada por sus captores con un guión escrito.
“La largaron”, hipotetiza una alta fuente con acceso al expediente a Infobae. Tal vez sus captores sintieron que algo se acercaba, que no había otra opción que soltarla y correr.
Hubo un clamor para encontrar a la joven, con movimiento en redes sociales, marchas en José C. Paz convocadas por organizaciones feministas. La Dirección Provincial de Registro de Personas Desaparecidas de la provincia de Buenos Aires ofreció una recompensa de 4 millones de pesos por datos sobre su paradero, con una causa a cargo de la UFI N°14 de San Martín.
Y lo cierto es que I. llegó a José C. Paz luego de que una división de la Policía Bonaerense y la PFA allanaran dos puntos en Ciudadela para encontrar nueve gramos de cocaína, 400 gramos de marihuana, pasta base y arrestar a dos de los sospechosos en la trama. Poco antes de su aparición, la Federal arrestó a Arturo Rivera Barreño, de nacionalidad peruana, un exitoso vendedor de celulares de Liniers con una vieja detención por robo en su prontuario.
Después de ese arresto, con I. todavía desaparecida, los investigadores allanaron a otro vendedor de celulares de Liniers, que hoy permanece prófugo, mucho más complicado que Arturo. En el medio de ambas secuencias, la menor apareció.
El nombre de este prófugo es Harry Wilber Liñán Ruiz, de 46 años. Su casa en Ciudadela fue allanada: allí se halló la droga. Su pareja, presente en el lugar, fue arrestada también.
Erik se muestra como un hombre de familia en sus redes sociales. Para la Justicia, sería el principal cliente en la explotación de I., vinculado a Rivera Barreño. Los investigadores lo vinculan a la principal imputada del caso, Natalia Johana Romero, tía de crianza de I., la supuesta explotadora y cobradora del dinero de sus violaciones.
Harry aseguran fuentes del caso, conoció a Johana supuestamente a través de encuentros sexuales pagos en un hotel de la zona de Liniers. Hay más todavía: Johana misma implicó a Harry en el caso a través de un testimonio original, en donde aseguró que el vendedor de celulares habría visto a I., también en Liniers. Fuentes del caso hablan de publicaciones en páginas de oferta sexual, de paradas de sexo en la zona, precisamente en el hotel que Johana frecuentaba, de una supuesta fiesta donde habrían participado Harry y Rivera Barreño.
Hay también, un tercer detenido, un remisero de José C. Paz que tendría una relación amorosa con Johana que fue arrestado la semana pasada. Se cree que mintió en su declaración en el caso, un posible encubrimiento.
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