María Leticia Zapata tiene, evidentemente, una habilidad innata para engañar. En julio pasado, la mujer de 30 años inició una campaña solidaria en Misiones, en la que solicitaba donaciones económicas para poder tratarse un cáncer que, según contó en distintas publicaciones en redes sociales, la estaba consumiendo. Incluso, mostró certificados médicos y fotos donde se mostraba con una extrema delgadez. Fue tan convincente que conmovió a cientos de personas y, en pocos días, juntó $396 mil. Cuando tuvo el dinero en su poder, escapó junto a su novio.
A las pocas horas, la Justicia misionera comprobó que todo lo que alegaba Leticia sobre su enfermedad era mentira. No estaba enferma, ni flaca y los certificados eran falsificados. Gozaba de una salud plena. Luego de tres meses en la clandestinidad, en donde siguió estafando a cuanta persona se cruzó, fue detenida junto a su pareja, Matías Poberezny, en Bolivia. Para la detención fue clave el rol del hijo de un empresario local.
“Creemos que cruzaron a Bolivia desde Jujuy por un paso ilegal hace un mes. De ahí, se trasladaron hacia Cochabamba, donde se dedicaron a limpiar vidrios en una esquina. Mientras hacían esa actividad conocieron a un empresario al que intentaron estafar y fue quien, finalmente, los descubrió y entregó”, contó a Infobae una fuente que participó activamente de la búsqueda.
La estafa que conmovió a una provincia
Según la reconstrucción parcial de los hechos que realizó el juez Miguel Mattos del Juzgado N°7 de Posadas, la estafa de Leticia comenzó en julio, cuando circuló por Facebook e Instagram la publicación en la que contaba sobre la supuesta enfermedad y realizaba el pedido de dinero.
“Hoy, dolorosamente, tengo que pedir de una pequeña colaboración, por más mínima que sea, para poder lograr el objetivo de juntar los $ 350.000 para poder continuar mi tratamiento oncológico en el Hospital Alemán de la Ciudad de Buenos Aires”, solicitaba la mujer. Además, explicaba que tenía dos hijos para mantener y que había perdido su trabajo.
La solidaridad de la gente fue inmediata y en pocas horas recibió dinero en una cuenta bancaria. Los depósitos iban desde los $100 a los $1.500. Para eso, ayudó la repercusión que se le dio en los medios locales, donde la propia mujer daba entrevistas contando sus falsas penurias. Incluso, subió un video hablando en primera persona, que luego borró.
Además, mostró un certificado médico firmado por la doctora Paola Flores, que atiende en el Hospital Madariaga. “Zapata, María Leticia. Paciente con diagnóstico de cáncer de útero. Debe asistir a consultorio de oncología el miércoles”, decía el documento.
Pero, justamente, fue Flores la que hizo la denuncia en la Justicia y aclaró que esa no era su letra, tampoco su firma.
Cuando la Justicia comprobó que, efectivamente, el certificado era trucho fueron a buscar a Leticia y a su novio al departamento que compartían en Posadas. Ya era tarde. Se habían esfumado con todo el dinero donado.
Inmediatamente, el juez Mattos ordenó la captura nacional e internacional: la buscaron durante tres meses hasta hoy, que fueron detenidos en Bolivia.
Una cacería de película
Según los trabajos de inteligencia que realizó la Policía de Misiones, en conjunto con la Secretaria de Apoyo de Investigaciones Complejas, la pareja de prófugos pasó por varias provincias durante su huida. “Se cree que de Misiones fueron por Paraná, que luego estuvieron en Córdoba, posteriormente en Santiago del Estero hasta que llegaron a Jujuy, y salieron del país”, explicaron fuentes de la investigación.
Incluso, en ese periodo, se registró una denuncia de un Apart Hotel de Paraná en el que se habrían alojado y se fueron sin pagar.
La investigación determinó que pasaron de Argentina a Bolivia hace, aproximadamente, un mes y se trasladaron a la ciudad de Cochabamba. Allí alquilaron una pequeña habitación y se dedicaron a limpiar vidrios en un semáforo de la esquina de las avenidas Ingavi y Melchor Pérez, en una zona de conocida como La Chimba.
Una semana después de su llegada a esa zona conocieron, de casualidad, a una persona que -creyeron- sería su salvación... Terminó siendo su boleto a la cárcel.
A pocos metros de donde Leticia y su novio limpiaban vidrios, está la sede de una importante empresa dedicada al saneamiento. El hijo del dueño de ese lugar, que suele salir todos los mediodías a buscar el almuerzo, se los cruzó varios días seguidos y le llamó la atención lo educados que eran para manejarse con los automovilistas, algo, evidentemente, no común en esa zona. Le dio tanta curiosidad la situación, que se les acercó a hablar.
“Comencé una conversación con ellos. Me contaron que llegaron de Argentina, que él era abogado y ella instrumentadora quirúrgica. Me mintieron diciéndome que habían venido a Bolivia por la mala situación económica del país y que les pedían 200 dólares para sacar el permiso de trabajo. Me explicaron, además, que en el paso fronterizo los habían robado y él se puso a llorar. Me conmoví mucho. Caí como un gil”, relató el empresario en diálogo con Infobae.
La pareja puso, nuevamente, en funcionamiento sus habilidades para el engaño.
La segunda vez que conversaron, le pidieron ayuda y consiguieron su objetivo. “Los días subsiguientes les fui dando parte de mi almuerzo, pero quise ir más allá. Nuestra empresa tiene un galpón que necesitaba de alguien que lo cuide y me pareció buena idea comentarle a mi padre que ellos podrían quedarse ahí. Y, les dábamos una mano hasta que se estabilicen, ahorrándoles el alquiler que estaban pagando. Mi padre estuvo de acuerdo y les acondicionamos el lugar”, contó el joven solidario.
Todo parecía marchar bien para Leticia y Matías. Sin embargo, se toparon con eso que los delincuentes quieren dejar atrás pero los suele perseguir toda la vida: su pasado.
Para formalizar la estadía de la pareja en el galpón, el empresario y su hijo les solicitaron a los estafadores sus pasaportes. “Nos los dieron sin problemas. Cuando les estaba sacando fotocopia, mi padre me dice: ´Por las dudas, busquémoslos en Google´. Cuando vimos los resultados, no lo podíamos creer. Nos topamos con cientos de artículos contando la estafa con el cáncer”, recordó.
“Inmediatamente, nos contactamos con un periodista argentina de La voz de Misiones, a quien le mandamos fotos de ellos para comprobar que, efectivamente, eran las personas indicadas. Una vez que lo corroboramos, la información llegó al juez y vino la Policía a detenerlos”, concluyó el hijo del empresario.
María Leticia Zapata y Matías Poberezny fueron detenidos, finalmente, esta mañana por la policía de Cochabamba. El juez Mattos ya comenzó los trámites para la extradición de ambos, que -se cree- será en las próximas semanas. Están acusados de estafa agravada y falsificación de documento público. Aquí los espera la cárcel.
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