Un joven de 25 años fue asesinado a balazos durante la madrugada de este sábado en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, por un grupo de narcotraficantes que no quisieron fiarle droga, según contó su propia familia. La Policía aún busca a los responsables del crimen.
De acuerdo con lo que se sabe hasta el momento, el hecho ocurrió cerca de las 3.45 en la esquina de las calles Acevedo y Nazca, en el barrio Stella Maris, donde la víctima, identificada como Matías Oroño, se habría encontrado voluntariamente con sus agresores para conseguir sustancias ilegales.
Según creen los investigadores, como el muchacho no tenía dinero comenzó una fuerte discusión con uno de ellos, quien se negó a entregar las drogas sin obtener una remuneración inmediata. En consecuencia llamó a más hombres, que se acercaron hasta el lugar y lo amenazaron con armas de fuego.
Cuando el enfrentamiento escaló, los narcos comenzaron a disparar y Oroño recibió balazos en la región testicular, la zona lumbar y en el brazo y la pierna, ambos izquierdos, tras lo cual quiso escapar corriendo, pero cayó herido a metros de su casa.
El joven fue trasladado por su padre en un auto particular al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), ubicado en el centro de la ciudad, pero al llegar allí los médicos de la guarda determinaron que ya había fallecido.
Ante esta situación, tomó intervención la Unidad de Homicidios Dolosos en turno, a cargo de la fiscal Georgina Pairola, quien ordenó preservar la escena del crimen y estaba buscando información para dar con los autores del homicidio, según publicó el diario local La Capital.
Entre otras tareas, el Gabinete Criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) comenzó a las pocas horas con el levantamiento de rastros y la toma de testimonios a familiares y vecinos de la zona. Además, la Brigada de Homicidios trabajó también en el lugar.
“Mi hermano pudo haber sido un buen jugador de fútbol, pero la droga lo perdió. Hace 8 meses que estaba en rehabilitación”, explicó la hermana de Oroño, Arantxa, al mencionado medio.
La mujer contó que Matías era el único varón y el más joven de cuatro hermanos de una familia que vive en un domicilio situado sobre la calle Maradona, a metros del arroyo Ludueña.
“Salió a buscar droga. No tenía plata. Fue a que le fiaran. El no era de drogarse y quedar tirado. Venía y se quedaba en la casa. Se ve que el que vendía no le quiso fiar, llamó a los que lo protegen y llegaron dos en moto: ‘Vos pagá lo que debés y dejate de joder’, le dijeron y le pegaron cinco balazos. Herido, corrió dos cuadras y cayó agonizante a la vuelta de mi casa. Lo llevamos al Heca, pero no pudieron hacer nada”, relató.
Hace menos de dos semanas, en Rosario se registraron seis muertos en distintos episodios violentos que transcurrieron en solo 24 horas, durante las cuales también un nene de 4 años fue baleado frente a su padre.
Quienes conocen la ciudad hablan de un clima particularmente revuelto por dos motivos. Uno es la ola de traslados de capos detenidos en el penal de Piñero a dependencias del Servicio Penitenciario Federal -entre ellos Lindor Alvarado- luego de la feroz fuga ocurrida el 27 de junio pasado, donde ocho detenidos atravesaron el alambrado del perímetro.
¿El otro? También, se habla de procesos penales de otro nivel, causas de guante blanco por lavado de activos que generaron rumores y preocupaciones en la City rosarina que involucran a figuras de poder, entre ellas, la causa del ex fiscal Gustavo Ponce Asahad.
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