Esta mañana, unos minutos antes del mediodía, un vecino de la localidad bonaerense de Sarandí, en el partido de Avellaneda, se comunicó con el servicio de emergencias 911 para alertar sobre un macabro hallazgo al costado del arroyo Santo Domingo, antes del cruce de las calles Juan B. Justo y Ortega, a una cuadra del tradicional Acceso Sudeste. En ese lugar se había topado con los restos de un cuerpo descuartizado.
Poco después, efectivos de la Comisaría Cuarta de ese distrito se acercaron hasta allí y constataron que se trataba del cadáver de un hombre sin brazos ni piernas: era solo un torso con cabeza, que estaba adentro de una bolsa de nylon negra y sujetado con un cable del mismo color.
La Policía Científica realizó los peritajes correspondientes en el lugar del hallazgo y el médico legista que trabajó en el lugar determinó a simple vista que la víctima tenía un golpe en la cabeza.
Según detallaron fuentes policiales, al descubrir los restos advirtieron que el hombre tenía una campera negra, un pantalón de jean y una remera roja. Si bien su identidad aún no fue consignada, se cree que corresponde a un empleado de una maderera de 50 años y nacionalidad boliviana cuyo paradero se desconocía desde el domingo pasado.
De hecho, un investigador del caso señaló a la agencia Télam que sus familiares lo reconocieron por esa vestimenta, además de declarar que no lo veían desde ese día.
El hecho es investigado por la fiscal Solange Cáceres, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 del Departamento Judicial Avellaneda - Lanús, quien dispuso que mañana se realice la autopsia correspondiente en la morgue judicial de Lomas de Zamora.
La causa fue caratulada como homicidio y la funcionaria judicial aguardaba el informe preliminar para corroborar las causas de la muerte, a la vez que procuraba avanzar en la investigación para determinar el móvil del homicidio. Para ello, ordenó, entre otras medidas, analizar las cámaras de seguridad de la zona en busca de alguna pista.
Un caso similar esclarecido
Recientemente, la Justicia estableció a quién pertenecía el cadáver calcinado encontrado en la ribera de Quilmes el 7 de enero de este año.
Ese día, en el cruce de Yoldi y Echeverría en Quilmes, en una zona de pajonales en la ribera, los bomberos voluntarios locales fueron alertados de un incendio por radio. Ingresaron al lugar y fueron por las llamas. En medio de su labor, uno de ellos sintió algo que le crujía bajo sus botas de goma. Así, llamaron a la Policía Bonaerense, con efectivos de la Comisaría 1° de la jurisdicción que llegaron al lugar: en medio de los pastos altos había un cadáver calcinado, un esqueleto ennegrecido. Las llamas llegaron directamente hasta los huesos, con unos fragmentos de ropa todavía a su alrededor.
La UFI N° 4 de la zona con la fiscal Karina Gallo encabezó la investigación del caso, calificada en un comienzo como averiguación de causales de muerte.
A fines de agosto último, siete meses después del hallazgo, la fiscal Gallo recibió la pericia de ADN realizado por la Asesoría Pericial de la Procuración que se trataba de Ramón Vicente Galeano, alias “Oreja” o “Pachu”, 42 años, vecino de la zona, que había desaparecido poco antes de la Navidad pasada.
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