El juicio contra Ariel Máximo “Guille” Cantero, el jefe de la mafia narco Los Monos, preso en el penal de Marcos Paz, suma otro capítulo tenebroso. Este lunes por la tarde, el servicio santafesino del 911 recibió una llamada anónima. La voz del otro lado del teléfono decía: “Suelten a los Cantero, liberen Los Monos o matamos a todos los fiscales”, según confirman fuentes de los organismos de seguridad provinciales a Infobae.
Así, se redoblaron las custodias desde el Ministerio de Seguridad provincial con la Policía santafesina a los jueces y fiscales que son parte del proceso. Ya contaban con protección oficial, pero se sumaron más efectivos. El Centro de Justicia Penal donde ocurre el proceso ya es vigilado por fuerzas federales.
Cantero, precisamente, enfrenta al Tribunal Penal de Primera Instancia junto a seis miembros de su banda, acusados de ser los presuntos autores de al menos diez atentados contra domicilios de funcionarios e instituciones judiciales cometidos entre mayo y agosto de 2018 en esa ciudad santafesina. El jefe redobló la apuesta ante los magistrados y desafió a todos al realizar su presentación en la audiencia: “Tengo oficios varios, contrato sicarios para tirar tiros a jueces judiciales”.
“Guille” está sospechado en el juicio de planificar siete de los quince ataques a domicilios de jueces, policías, edificios judiciales y sede de la ex Policía de Investigaciones (PDI). Los fiscales Matías Edery, Gastón Ávila, Miguel Moreno y Aníbal Vescovo pidieron 24 años de prisión para Cantero por el delito de “amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado”.
Insólitamente, la celda de Cantero en Marcos Paz fue requisada y se le encontró un teléfono fijo a comienzos del mes pasado. “Es un teléfono público que funciona con tarjeta, que lo usan todos los internos para hablar con sus familiares”, se escudó María Laura Garrigós de Rébori, interventora del Servicio Penitenciario Federal. Un año antes, su celda era requisada a diario, con una fuerte vigilancia del aparato de inteligencia del SPF, desmantelado tras el escándalo de las escuchas a presos kirchneristas.
La historia del Cantero jefe tras las rejas es mucho más larga. Incluso fue escuchado en 2020 contactándose con un sicario desde el teléfono público de la cárcel. Era Maximiliano Damián Díaz, alias “Cachete”, un hombre de prontuario largo, cobrador y pistolero, un matón de su banda, el acusado de ser el cerebro del ataque armado al casino City Center de Rosario que terminó con un gerente bancario muerto de un tiro a traición.
El Tribunal Oral Federal N°3 de Rosario con el juez Mario Gambacorta ya había condenado a “Guille” a fines de octubre de 2019 a otros 10 años de cárcel por uso indebido del teléfono, por así decirlo, lo encontraron culpable de dirigir un secuestro extorsivo con un celular clandestino desde el penal santafesino de Coronda en septiembre de 2017. Sus lugartenientes le pifiaron de víctima: se llevaron al hijo de un carnicero.
Ya le habían dado 22 años en abril de 2018 en el fin del juicio a su clan por asociación ilícita, la audiencia final fue en el Juzgado Penal de Sentencia N°1 de Rosario, con cien policías que custodiaban el edificio y francotiradores de las Tropas de Operaciones Especiales apostados a los techos. Ese mismo año, por otra causa narco, le dieron 15 años más.
La nueva amenaza, que es investigada por la Justicia con la Unidad de Flagrancia en Turno con medidas que fueron ordenadas sobre la línea que realizó el llamado, oscurece aún más el panorama.
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